En un desarrollo significativo en el ámbito legal estadounidense, el fiscal especial Jack Smith y el Departamento de Justicia (DOJ) han gastado más de 35 millones de dólares en su persecución legal contra el expresidente Donald Trump. Esta cifra, extraída de informes recientes hasta marzo de 2024, destaca el coste notable de las investigaciones que están llevando a cabo, superando con creces los gastos de otros fiscales especiales en casos similares. A medida que las acciones legales se intensifican, el monto de este gasto solo seguirá aumentando. Desde que fue nombrado fiscal especial en noviembre de 2022, Smith ha liderado dos casos criminales de gran envergadura contra Trump. El primero se centra en los esfuerzos del expresidente por anular los resultados de las elecciones de 2020, mientras que el segundo involucra la retención indebida de documentos de la Casa Blanca.
Según los informes financieros, la oficina de Smith ha gastado 19.4 millones de dólares directamente en su investigación, además de otros 16.3 millones provenientes de los recursos del DOJ, que incluyen horas de trabajo de empleados del Departamento y medidas de protección para Smith, quien se ha convertido en un objetivo frecuente de ataques verbales por parte de Trump. Una mirada más cercana a los gastos revela que los salarios y beneficios del personal constituyen la mayor parte del gasto, sumando aproximadamente 11.6 millones de dólares.
Esta inversión en personal es fundamental, considerando la complejidad y la magnitud de los casos involucrados. Otros costos incluyen 4.6 millones de dólares en servicios contratados, que abarcan soporte informático, apoyo investigativo y de litigio, así como servicios de transcripción. Este coste es un claro reflejo de la amplia gama de recursos necesarios para abordar los desafíos legales que presenta un caso de esta magnitud. En el periodo desde abril hasta septiembre de 2023, los gastos totales alcanzaron los 14.
7 millones de dólares, coincidiendo con el momento en que se presentaron las primeras acusaciones formales contra Trump. Recientemente, entre octubre de 2023 y marzo de 2024, la oficina de Smith y el DOJ gastaron 11.8 millones de dólares, lo que indica que las investigaciones no solo están en curso, sino que probablemente se intensificarán a medida que se acerque el proceso judicial. Smith ha realizado movimientos significativos esta semana, solicitando la reactivación de cargos en el caso relacionado con los documentos después de que la jueza Aileen Cannon, designada por Trump, desestimara algunos de estos cargos. Además, Smith presentó una nueva acusación en el caso de las elecciones federales, donde se han realizado ajustes en las alegaciones después de que el Tribunal Supremo otorgara a Trump inmunidad en base a ciertas acciones oficiales realizadas durante su mandato.
A pesar de esto, las acusaciones contra el expresidente permanecen vigentes. Sin embargo, la controversia en torno a la legalidad de la designación de Smith como fiscal especial continúa. La jueza Cannon dictaminó que la manera en que Smith fue nombrado fue inadecuada, lo cual ha suscitado un intenso debate legal. Muchos expertos han criticado su decisión, argumentando que la base legal para la desestimación de los cargos es problemática y podría sentar un precedente peligroso para futuras investigaciones. La apelación de Smith ante esta decisión está pendiente de resolución, lo que añade un nivel más de complicación a un caso ya de por sí enrevesado.
El debate sobre el gasto en este caso también plantea preguntas sobre la financiación de la defensa de Trump. Mientras que los 35 millones invertidos por el DOJ están claramente destinados a la prosecución, las cifras relacionadas con los honorarios legales de Trump son notablemente menores pero igualmente sorprendentes. Según una presentación judicial reciente, Trump ha gastado aproximadamente 15 millones de dólares en su defensa por el caso de los documentos. Sin embargo, gran parte de estos gastos están siendo cubiertos por su Comité de Acción Política, Save America. Aún no está claro cuánto ha costado específicamente su defensa en el caso electoral, pero sus abogados han sido compensados colectivamente por 14.
2 millones de dólares hasta finales de julio de 2023. Comparando estos costes, los gastos de la oficina de Smith superan con creces los de otros fiscales especiales en investigaciones de alto perfil. Por ejemplo, Robert Hur, quien investigó la retención de documentos por parte del presidente Biden, gastó 11.3 millones de dólares en su investigación en un periodo similar, mientras que John Durham, encargado de investigar la pesquisa del FBI sobre la posible colusión Trump-Rusia, solo gastó 9.8 millones de dólares en un lapso de casi tres años.
La considerable discrepancia en los gastos podría interpretarse como un reflejo de la complejidad y la atención mediática que estos casos han atraído. En medio de este entorno caótico, la futura dirección de estas investigaciones y sus repercusiones políticas son inciertas. Trump ha prometido despedir a Smith si logra ser elegido nuevamente como presidente en 2024. Sin embargo, aunque Trump ha expresado su deseo de hacer esto, el proceso es en realidad más complicado. Según la ley federal, solo el Fiscal General puede despedir a un fiscal especial y solo puede hacerlo por razones válidas.
Aunque podría nombrar a un Fiscal General que apoye su decisión, este movimiento sería desafiante desde un punto de vista legal y podría ser objeto de un litigio prolongado. Mientras tanto, la reputación de Smith como fiscal especial está en juego. Desde su nombramiento, ha sido blanco de constantes ataques por parte de Trump, quien lo ha calificado de "matón" y parte de una "cacería de brujas". Aun así, Smith ha mantenido un enfoque profesional, y su equipo legal ha continuado trabajando en la prosecución de los casos contra Trump. La presión emocional y profesional que enfrenta es palpable, pero su compromiso con la justicia parece inquebrantable.
A medida que el clima político se intensifica y se aproxima la carrera electoral, el curso de estas investigaciones llegará a ser no solo una cuestión legal, sino también un factor crucial que influirá en el panorama político del país. La batalla entre Smith y Trump podría definir un capítulo importante en la historia política estadounidense, y todos estaremos atentos a los acontecimientos a medida que se desarrollen las audiencias y las decisiones judiciales. Sin duda, el impacto de estas acciones tendrá ecos en el futuro del sistema legal y político de Estados Unidos.