En el entorno actual donde la conectividad inalámbrica se ha convertido en un componente esencial para la interacción diaria con dispositivos tecnológicos, las amenazas que explotan estas conexiones representan una grave preocupación para la seguridad digital. Recientemente, una serie de vulnerabilidades críticas, que se han agrupado bajo el nombre de AirBorne, fueron descubiertas en el protocolo de transmisión inalámbrica AirPlay de Apple. Estas fallas evidencian cómo un atacante puede tomar control remoto de dispositivos Apple y otros que utilizan el SDK de AirPlay sin que el usuario tenga que realizar ninguna acción, simplemente aprovechando la conexión a una red Wi-Fi pública o local. Los investigadores de la firma israelí Oligo, expertos en ciberseguridad, fueron quienes reportaron estas debilidades. El principal peligro radica en la posibilidad de encadenar ciertas vulnerabilidades, como CVE-2025-24252 y CVE-2025-24132, para crear un exploit de ejecución remota de código (RCE) sin necesidad de interacción del usuario.
Este tipo de ataque sin clic no solo pone en riesgo individual a los dispositivos afectados, sino que también tiene la capacidad de auto-propagarse a través de redes locales, transformándolo en una amenaza de tipo wormable. Esto significa que una vez que un dispositivo es comprometido, el malware puede desplazarse y afectar otros equipos conectados en la misma red, creando un efecto domino tanto en entornos domésticos como empresariales. El impacto que podrían tener estas vulnerabilidades es considerable. Desde la posibilidad de implantar puertas traseras que permitan accesos persistentes, hasta la distribución de ransomware que podría interrumpir operaciones y generar pérdidas económicas significativas. La exposición se agrava en lugares públicos como cafeterías, aeropuertos o bibliotecas donde es común que las personas conecten sus dispositivos a redes Wi-Fi abiertas y compartidas, facilitando el acceso a agentes maliciosos que aprovechen estos fallos.
Además, las vulnerabilidades identificadas no se limitan únicamente a la ejecución remota de código. También incluyen la omisión de controles de acceso, que facilita enviar comandos AirPlay no autorizados a equipos Apple sin emparejamiento previo, incluso cuando los dispositivos estén configurados para aceptar conexiones de “cualquiera en la red”. La posibilidad de acceder a archivos locales de manera arbitraria, la divulgación no autorizada de información sensible y la capacidad de forzar cierres inesperados de aplicaciones o incluso provocar ataques de denegación de servicio (DoS) configuran un panorama preocupante para la integridad y privacidad del usuario. Entre las vulnerabilidades más relevantes reportadas están CVE-2025-24271, relacionada con la omisión de listas de control de acceso en sistemas Mac, y CVE-2025-24132, que representa un desbordamiento de búfer en la pila capaz de propiciar la ejecución remota de código en altavoces y receptores que utilizan el SDK de AirPlay. Por su parte, CVE-2025-24206 permite a un atacante eludir políticas de autenticación en redes locales, abriendo la puerta para accesos no autorizados.
Otras vulnerabilidades aseguran la filtración de información confidencial, reinicios inesperados de aplicaciones y condiciones de DoS derivadas de errores como un desbordamiento entero o confusión de tipos, lo cual genera inestabilidades críticas. Este conjunto de problemas demuestra las amplias áreas en las que el protocolo AirPlay, a pesar de su popularidad y utilidad, presentaba riesgos sustanciales de seguridad. Ante esta situación, Apple ha respondido implementando parches de seguridad en varias de sus plataformas. Las actualizaciones que corrigen estas debilidades ya están disponibles para sistemas como iOS 18.4, iPadOS 18.
4 y 17.7.6, macOS Sequoia 15.4, macOS Sonoma 14.7.
5, macOS Ventura 13.7.5, tvOS 18.4 y visionOS 2.4.
También se han corregido las vulnerabilidades en versiones actualizadas de los SDKs de AirPlay de audio y video, así como en el plug-in de comunicación de CarPlay. Esta inmediata acción evidencia un compromiso con la seguridad y la protección de los usuarios y sus dispositivos en un ecosistema tecnológico donde las amenazas evolucionan constantemente. Para organizaciones y usuarios particulares, la recomendación es clara y urgente: actualizar cuanto antes los dispositivos Apple a las versiones más recientes disponibles. En el ámbito corporativo, esta medida es aún más crítica para evitar incidentes que se puedan propagar dentro de una red empresarial, comprometiendo la confidencialidad, integridad y disponibilidad de los sistemas. Del mismo modo, los departamentos de seguridad informática deben garantizar que todos los dispositivos que soportan AirPlay dentro de las instalaciones estén correctamente parchados y restringir configuraciones que permitan conexiones abiertas o sin autenticación estricta.
También es fundamental que los responsables de seguridad comuniquen efectivamente a todos los empleados la importancia de mantener no solo los dispositivos corporativos actualizados, sino también los dispositivos personales que utilizan en su entorno laboral. La creciente interconexión de dispositivos y el frecuente uso de redes públicas o compartidas aumentan el riesgo de infecciones que pueden trascender del entorno doméstico al corporativo. Más allá de las actualizaciones, es prudente revisar y ajustar las configuraciones de AirPlay para limitar la aceptación de conexiones a dispositivos confiables y evitar usar las opciones que permiten el acceso abierto bajo configuraciones como “Todos” o “Cualquiera en la red”. La adopción de buenas prácticas en seguridad inalámbrica, como el uso de redes privadas virtuales (VPN), la evitación de redes Wi-Fi públicas sin protección y la supervisión frecuente del tráfico de red, complementan las defensas frente a este tipo de ataques. Este reciente descubrimiento pone de manifiesto la importancia de una gestión proactiva de la ciberseguridad en el ecosistema Apple y otros fabricantes que incorporan tecnologías similares.
El avance constante de la tecnología debe ir siempre acompañado de una atención rigurosa a la detección y corrección de vulnerabilidades que podrían tener consecuencias devastadoras para usuarios e instituciones. La era digital demanda un equilibrio entre innovación y seguridad. La confianza que millones de usuarios depositan en tecnologías como AirPlay debe ser correspondida con medidas robustas y actualizaciones periódicas que minimicen la superficie de ataque. La colaboración entre investigadores en seguridad, desarrolladores y usuarios finales es esencial para mantener un entorno digital seguro y confiable. En conclusión, las vulnerabilidades wormables detectadas en AirPlay representan un llamado de atención urgente para reforzar las defensas de dispositivos Apple y proteger la privacidad y seguridad en un mundo cada vez más conectado.
Mantener actualizado el software, adoptar configuraciones seguras y fomentar una cultura de ciberseguridad son pasos fundamentales para mitigar riesgos y enfrentar con éxito las amenazas emergentes en redes inalámbricas públicas y privadas.