En el mundo de las inversiones en dividendos, la búsqueda de acciones que ofrezcan rendimientos atractivos y estables es una prioridad para muchos inversores que buscan ingresos pasivos. Dos de las opciones más discutidas en el mercado en 2025 son Whirlpool y UPS, ambas con altos dividendos, pero también con desafíos importantes que podrían poner en duda la sostenibilidad de sus pagos a los accionistas. Si bien a simple vista los rendimientos por dividendo de 9.1% para Whirlpool y 6.8% para UPS pueden parecer muy atractivos, una evaluación profunda revela que no existe tal cosa como un “almuerzo gratis” y que esos altos dividendos reflejan el riesgo que el mercado asigna a cada una de estas compañías.
En esta pieza analizamos en detalle cuál de las dos podría ser una mejor opción para quienes buscan dividendos, considerando sus contextos financieros, desafíos actuales y perspectivas futuras. Whirlpool, una reconocida empresa en el sector de electrodomésticos, enfrenta un contexto complicado marcado por tasas de interés elevadas y presión competitiva en el mercado estadounidense. Las tasas de interés a largo plazo, que actualmente rondan el 6.5%, impactan directamente en el mercado inmobiliario y, por ende, en la demanda de electrodomésticos de alta gama, que suelen estar ligados a la compra de viviendas nuevas o renovaciones mayores. Este entorno retrasa el crecimiento orgánico de Whirlpool, cuya cifra de ventas en el primer trimestre solo creció modestamente un 2.
2% comparado con el año anterior, mientras que en el segmento doméstico clave se observó un estancamiento. Otro punto crítico son las prácticas comerciales de los competidores asiáticos, que en búsqueda de evitar las nuevas tarifas incrementaron considerablemente las importaciones a los Estados Unidos en los últimos trimestres. Este fenómeno ha sobrecargado el mercado local con inventarios adicionales, lo que añade una presión inesperada sobre la participación de mercado de Whirlpool y su capacidad de mantener precios y márgenes saludables. Ante esta situación, la dirección de la compañía mantiene una guía anual conservadora pero optimista, proyectando ventas de 15.8 mil millones de dólares y un margen EBIT del 6.
8%, con una generación de flujo de caja libre de entre 500 y 600 millones de dólares, cifra suficiente para cubrir los pagos de dividendos del año anterior que sumaron 384 millones. Sin embargo, el elevado nivel de deuda de Whirlpool representa una espada de doble filo. En un contexto donde el costo del financiamiento es alto, el servicio de la deuda puede comprometer recursos que pudieran destinarse a inversión o distribución de dividendos. Además, la incertidumbre económica relacionada con posibles nuevas tarifas comerciales y la persistencia de tasas de interés elevadas hacen que el camino hacia la recuperación sea más lento y complejo. Para un inversor, este escenario implica evaluar con cautela si la rentabilidad por dividendo justifica el riesgo inherente al perfil financiero y operativo de la empresa.
En paralelo, UPS, el gigante de la logística y transporte, también exhibe un alto rendimiento por dividendo, cercano al 6.8%, pero enfrenta sus propios obstáculos que podrían impactar la solidez de sus pagos. La empresa ha reportado una desaceleración en su rendimiento operacional debido a las condiciones macroeconómicas adversas, que incluyen la inflación, costos crecientes de combustible y tensiones laborales. Estos factores ponen presión sobre los márgenes operativos y, en consecuencia, sobre la capacidad de UPS para mantener un flujo de caja robusto que soporte sus compromisos con los accionistas. Además, la competitividad del sector logístico es feroz, impulsadora de continuos gastos en modernización y eficiencia tecnológica para no perder cuota de mercado frente a competidores más ágiles o especializados en nichos como el comercio electrónico.
UPS debe equilibrar la inversión en estas áreas con su política de dividendos, lo que podría dejar menos margen para incrementos o incluso el mantenimiento estable de pagos en circunstancias adversas. El impacto de las condiciones económicas generales también es significativo para UPS, dado que su negocio está estrechamente ligado al volumen de envíos y al consumo global. Una ralentización económica, como la que sugiere la cautela presente en diversos mercados, puede traducirse en menores ingresos para la compañía, afectando así su capacidad de sostener dividendos altos. En términos de valoración, ambas acciones han sufrido caídas significativas en su cotización durante el último año, reflejando el pesimismo del mercado y la cautela de los inversores. Esto puede suponer una oportunidad de compra si se cree en la recuperación de sus negocios y en la sostenibilidad futura de sus dividendos, pero con la correspondiente prudencia sobre los riesgos asociados.
Para los inversores enfocados en dividendos, es fundamental comprender que estos altos rendimientos no aparecen sin motivos. La percepción de dificultad en el entorno operativo o financiero de una empresa suele traducirse en una caída en el precio de la acción y, por ende, en un aumento artificial del rendimiento por dividendo. La clave está en discernir si esos dividendos son sostenibles a largo plazo o si la empresa podría verse forzada a recortarlos para preservar su salud financiera. Whirlpool ofrece un dividendo muy atractivo, pero su elevado endeudamiento y los retos del mercado de vivienda y tarifas comerciales implican una mayor volatilidad y riesgos que podrían afectar los pagos futuros. Por otro lado, UPS, aunque enfrenta presión en sus márgenes y un entorno desafiante, tiene un modelo configurado para resiliencia debido a su papel crucial en la cadena logística global, lo que podría darle mayor estabilidad en el mediano plazo.