Ethereum, una de las plataformas blockchain más influyentes y utilizadas en el mundo, está en constante evolución para atender las crecientes demandas de sus usuarios y desarrolladores. En los últimos años, la escalabilidad ha sido uno de los principales retos debido al número cada vez mayor de transacciones y aplicaciones descentralizadas (dApps) que dependen de la red. Vitalik Buterin, cofundador de Ethereum, ha propuesto un cambio fundamental para abordar este desafío: reemplazar la Máquina Virtual de Ethereum (EVM) por RISC-V, una arquitectura de conjunto de instrucciones (ISA) abierta y estándar en hardware. La EVM ha sido durante mucho tiempo el motor principal que ejecuta los contratos inteligentes de Ethereum, permitiendo la interacción y automatización de procesos en la red. Sin embargo, a medida que Ethereum creció, las limitaciones de la EVM se hicieron más evidentes, especialmente en términos de rendimiento y capacidad para escalar.
La propuesta de Buterin se centra en que esta transición hacia RISC-V podría revolucionar la forma en que se procesan las operaciones en Ethereum, especialmente en el contexto de las soluciones de escalado basadas en pruebas de conocimiento cero (zk-proof o ZK-EVM). Actualmente, las ZK-EVMs funcionan traduciendo las operaciones de Ethereum en comandos RISC-V y luego generando pruebas criptográficas que validan la correcta ejecución de estas operaciones. Este proceso intermedio, aunque eficiente, presenta un cuello de botella. Buterin plantea que si los desarrolladores pudieran escribir contratos que se compilen directamente en código RISC-V, evitando la traducción intermedia, se podrían obtener mejoras sustanciales en la velocidad de procesamiento y eficiencia de cómputo. RISC-V es una arquitectura de conjunto de instrucciones extremadamente flexible, abierta y reconocida en el ámbito del hardware moderno por su simplicidad y capacidad para adaptarse a distintas aplicaciones.
Su adopción permitiría que Ethereum aproveche avances tecnológicos propios del mundo hardware, como facilidades para optimizaciones y mayor compatibilidad con ciertas técnicas criptográficas avanzadas, incrementando la eficiencia de los validadores y mejorando la experiencia de usuario en la red. Uno de los aspectos más atractivos de esta propuesta es que no afectaría la estructura fundamental de Ethereum ni la forma en que los contratos inteligentes interactúan entre sí. Se mantendrían los actuales esquemas de comunicación entre contratos, abstracciones y la estructura de cuentas. La innovación está situada claramente en el motor de ejecución: el back-end recibiría instrucciones orientadas a RISC-V en lugar de los actuales bytecodes de la EVM. La compatibilidad hacia atrás es otro punto crítico que Buterin asegura mantener.
Es fundamental para que los contratos ya implementados no se vean afectados ni queden obsoletos, permitiendo que convivan de manera fluida con los nuevos contratos compilados para RISC-V. Esta coexistencia asegura una transición gradual y menos disruptiva para desarrolladores y usuarios. Esta propuesta se produce en un momento en que Ethereum está enfrentando ciertos problemas, como la disminución en el uso de la red principal (Layer 1) debido a la migración de usuarios y desarrolladores hacia soluciones Layer 2, que prometen tarifas más bajas y mayor velocidad. Según datos recientes, las tarifas promedio por transacción en Ethereum han caído a niveles no vistos desde 2020, reflejando esta baja actividad en la capa principal. Buterin considera que cambios menores y actualizaciones incrementales no serán suficientes para mantener la competitividad de Ethereum frente a otras blockchains de alto rendimiento como Solana y Sui.
Por ello, la propuesta de cambiar la arquitectura base es una apuesta a largo plazo orientada a consolidar la posición de Ethereum como una plataforma escalable, eficiente y preparada para afrontar las demandas futuras. Además, la mejora en la eficiencia de los validadores resultante del cambio a RISC-V podría traducirse en un aumento superior a 50 veces en la velocidad de generación de pruebas para los sistemas ZK, lo que tiene un enorme potencial para potenciar soluciones de escalado que sean fundamentales en el camino hacia Ethereum 2.0 y más allá. Pero la transformación propuesta no está exenta de retos. La adaptación de las actuales herramientas de desarrollo, como Solidity y Vyper, a una compilación nativa en RISC-V requerirá esfuerzos significativos, tanto en comunidad como en infraestructura.
No obstante, Buterin destaca que los lenguajes actuales seguirían siendo funcionales y accesibles, simplemente orientando su mecanismo de compilación hacia la nueva arquitectura. Este cambio también invita a reflexionar sobre la relación entre el software y hardware en las criptomonedas y blockchain. La integración de una ISA abierta como RISC-V, que goza de una comunidad activa y crecimiento en aplicaciones de hardware, podría fomentar un ecosistema donde la innovación a nivel de hardware se traduzca directamente en mejoras para la blockchain, creando sinergias inéditas entre ambos ámbitos. En conclusión, la propuesta de Vitalik Buterin de reemplazar la EVM con RISC-V representa un paso audaz hacia la modernización y escalabilidad de Ethereum. Este movimiento podría significar un antes y un después en la forma en que los contratos inteligentes se ejecutan, abriendo la puerta a un sistema más rápido, eficiente y preparado para el futuro.
Mientras la comunidad discute y evalúa esta idea, queda claro que la evolución de Ethereum no solo depende de mejoras incrementales, sino de visiones transformadoras que busquen mantener su liderazgo en el competitivo mundo blockchain.