En un discurso que marca un punto de inflexión, el presidente de la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC), Paul Atkins, ha declarado un “nuevo día” para la regulación de los activos digitales y las tecnologías blockchain. En el contexto de la tercera mesa redonda organizada por la SEC sobre criptomonedas y tokenización, Atkins ha manifestado la intención firme de transformar al país en la “capital cripto del planeta”. Este enfoque refleja un cambio estratégico profundo en la regulación, dejando atrás métodos reactivos y punitivos para adoptar un modelo de regulación clara, transparente y adaptada a la innovación tecnológica. Una de las observaciones más relevantes de Atkins es que los valores y activos están migrando de bases de datos tradicionales, denominadas “off-chain”, hacia registros basados en blockchain, también conocidos como “on-chain”. Este cambio representa una revolución comparable a la transformación digital que experimentó la industria musical hace unas décadas.
Así como la música pasó de formatos físicos a digitales, el mercado de valores se encamina hacia un sistema más líquido, automatizado y flexible gracias a los avances en tecnología de contabilidad distribuida. La agenda expuesta en la mesa redonda estuvo centrada en tres pilares fundamentales: la emisión, la custodia y el comercio de activos tokenizados. El presidente Atkins reconoció que, a pesar del crecimiento explosivo del sector cripto, muy pocos activos digitales han sido emitidos a través de procesos registrados formalmente ante la SEC. Por lo tanto, uno de los objetivos es desarrollar directrices más claras, además de explorar nuevas exenciones de registro para los emisores de tokens, lo que facilitaría una mayor participación dentro del marco legal estadounidense. En cuanto a la custodia, Atkins enfatizó la necesidad de ampliar las opciones disponibles para la protección segura de activos criptográficos.
Esto incluye una revisión de los requisitos actuales para los custodios calificados, con la intención de permitir soluciones de autogestión y otras alternativas innovadoras que respondan a la evolución del mercado. La seguridad y el control sobre los activos digitales son aspectos críticos para fomentar la confianza del inversor y, en consecuencia, la adopción masiva. Respecto al comercio, el presidente de la SEC mostró su apoyo a la incorporación de sistemas de trading avanzados, tales como las “super apps”, que integran la negociación de valores tradicionales y activos criptográficos en una misma plataforma. Además, se considera la modernización de las regulaciones que afectan a los Sistemas Alternativos de Negociación (ATS, por sus siglas en inglés), con el fin de adaptarlas a las dinámicas y particularidades que presenta el ecosistema blockchain. El enfoque anterior de la SEC, según Atkins, tuvo fases poco efectivas y hasta contraproducentes.
Inicialmente se aplicó un enfoque de “poner la cabeza bajo tierra”, como si ignorar el fenómeno pudiera hacerlo desaparecer. Posteriormente, se adoptó una posición de regulación a través de acciones coercitivas, con una interpretación estricta y sancionadora que generó incertidumbre y ralentizó la innovación. Con este nuevo liderazgo, la SEC renuncia a esta filosofía y opta por una regulación basada en la creación de reglas claras, definidas mediante procesos formales y colaborativos. Un aspecto interesante que destacó Atkins fue la dificultad de encajar los activos digitales dentro de los marcos legales existentes, los cuales fueron diseñados para activos tradicionales. Citó, por ejemplo, los formularios regulatorios como el S-1, que resultan inadecuados para las características propias de las criptomonedas y tokens.
Por ello, enfatizó la necesidad de evitar forzar modelos antiguos en un contexto tecnológico nuevo, lo que comparó con tratar de “encajar una pieza cuadrada en un agujero redondo”. La visión expresada por Paul Atkins incluye un compromiso claro de trabajar coordinadamente con otros miembros del Ejecutivo y el Congreso estadounidense para fomentar un entorno regulatorio que promueva la innovación y la participación en los mercados de activos digitales. Este trabajo conjunto es esencial para consolidar a Estados Unidos como la plataforma preferente a nivel mundial para el desarrollo y comercio de criptoactivos. La relevancia de esta nueva etapa queda reflejada también en decisiones recientes, como el acuerdo de 50 millones de dólares entre la SEC y Ripple, que puso fin a una prolongada batalla legal iniciada durante la administración precedente. Este acuerdo se interpreta como un gesto de apertura y colaboración con actores importantes del sector cripto.
El calendario de actividades del organismo regulador continúa con la cuarta y última mesa redonda titulada "DeFi y el espíritu estadounidense", prevista para el 9 de junio de 2025. Esta próxima reunión apunta a profundizar en los desafíos y oportunidades que presenta la financiación descentralizada dentro del marco regulatorio nacional. Este giro en la política de la SEC representa una oportunidad sin precedentes para la industria blockchain y las criptomonedas en Estados Unidos. Un entorno regulatorio claro, predecible y adaptado es fundamental para atraer inversiones, fomentar el desarrollo tecnológico y generar confianza entre los participantes del mercado. La voluntad expresada por el presidente Atkins de construir el marco legal adecuado para los activos digitales puede acelerar la madurez y expansión de este ecosistema en territorio estadounidense.
Además, el compromiso con la regulación a través de procesos formales en lugar de castigos arbitrarios contribuye a la estabilidad y profesionalización del mercado. Los inversores y creadores podrán actuar con mayor certeza jurídica, y las empresas cripto encontrarán un terreno fértil para la innovación continua. Sin embargo, el camino no estará exento de desafíos. La rápida evolución tecnológica, la diversidad de activos digitales, y la necesidad de proteger al consumidor internacional demandarán una regulación dinámica y flexible, pero también rigurosa. Los diálogos que mantiene la SEC con la industria, académicos y otros reguladores serán determinantes para equilibrar estos objetivos.
En conclusión, la declaración del presidente Paul Atkins marca el inicio de una nueva era para la regulación de criptoactivos en Estados Unidos. El esfuerzo por convertir el país en la capital mundial de las criptomonedas y la tokenización pasa por un cambio cultural en la forma de regular, un compromiso con la innovación y colaboración entre entes públicos y privados. La evolución de esta política será crucial para saber si Estados Unidos logra consolidar su liderazgo en un mercado global que se transforma aceleradamente.