En un mundo cada vez más interconectado, la amenaza de los estafadores se ha convertido en un desafío global que afecta a millones de personas. Sin embargo, la buena noticia es que, en Australia, una reciente disminución en las pérdidas por estafas indica que las iniciativas de defensa colectiva están empezando a dar resultados. El poder de la colaboración se ha consolidado como la mejor estrategia para combatir este flagelo. Durante más de una década, las pérdidas financieras causadas por estafas han aumentado de forma alarmante, alcanzando cifras récord. Sin embargo, en 2023, este patrón se ha visto interrumpido, ya que las pérdidas reportadas por los australianos cayeron un sorprendente 13% a $2.
7 mil millones de dólares, según datos de la Comisión Australiana de Competencia y Consumidores (ACCC) y su Centro Nacional Antiestafas (NASC). Esta tendencia, aunque aún preocupante, sugiere que las soluciones innovadoras antiestafas están brindando una mayor protección a los ciudadanos. James Roberts, gerente general del grupo de fraude de CommBank, subraya que, a pesar de que las pérdidas siguen siendo inaceptables, la reducción en las cifras es un indicativo de que los esfuerzos combinados están funcionando. Durante el último año fiscal, las pérdidas por estafas entre los clientes de CommBank se redujeron a más de la mitad, lo que resalta la efectividad de sus iniciativas antiestafas, que incluyen desde políticas diseñadas para detener pagos a cuentas de criptomonedas fraudulentas hasta herramientas tecnológicas como la verificación de llamadas CallerCheck. Sin embargo, Roberts enfatiza que el trabajo no ha terminado.
La colaboración debe ir más allá, involucrando no solo a los bancos, sino también a empresas de telecomunicaciones, plataformas tecnológicas, organismos gubernamentales y fuerzas del orden. "Todos somos parte del ecosistema", dice Roberts. "La presión debe aplicarse en toda la estructura, para que haya menos dinero que enviar a los estafadores y, por lo tanto, los australianos estén más seguros". Este enfoque colaborativo ya ha comenzado a rendir frutos. Por ejemplo, la asociación entre CommBank y Quantium Telstra para desarrollar una herramienta de IA llamada Scam Indicator ha sido un avance significativo en la detección de estafas por teléfono.
Esta herramienta ha mostrado un éxito particular al identificar estafas de acceso remoto y es un testimonio de lo que se puede lograr cuando diferentes sectores trabajan juntos. Además, el desarrollo de la tecnología Call Stop, creada por Optus, ha resultado en la eliminación de más de 470,000 estafas de suplantación de identidad bancaria, gracias a la cooperación entre CommBank y las telecomunicaciones. La inteligencia compartida entre CommBank y Vodafone ha demostrado ser efectiva en bloquear pagos fraudulentos en tiempo real y ayuda a interrumpir la propagación de estafas. La visión de un entorno más seguro se ha ampliado aún más con la formación de bucles de inteligencia antiestafa coordinados por la Australian Financial Crimes Exchange (AFCX), que fue financiado por los cuatro grandes bancos del país. Este mecanismo busca acelerar el intercambio de información entre los diferentes actores del ecosistema.
Por ejemplo, cuando un cliente de un banco informa sobre un enlace sospechoso, esa información puede ser compartida de inmediato con una empresa de telecomunicaciones para bloquear el contenido, con grandes empresas tecnológicas para eliminar el acceso a sitios fraudulentos y con el NASC para desmantelar la estafa. Roberts recalca que ya varias organizaciones se han inscrito en este circuito de intercambio de información, incluyendo a la red social Meta, pero aún queda mucho por hacer. El objetivo es integrar estos procesos en tiempo real, utilizando interfaces de programación de aplicaciones (APIs), eliminando así los retrasos en el manejo de la información sobre estafas. "CommBank fue el primer banco en integrar el circuito de inteligencia y hemos compartido más de 1500 enlaces de SMS y perfiles de redes sociales sospechosos", comenta Roberts. "A medida que más organizaciones, especialmente en la telecomunicación y las redes sociales, hagan lo mismo, el intercambio de información aumentará, lo que afectará negativamente la rentabilidad de los estafadores".
Lo que se está formando en Australia no es solo un enfoque fragmentado o un esfuerzo aislado; es un movimiento hacia una defensa integral y coordinada contra estafas. La colaboración representativa y activa entre bancos, telecomunicaciones, plataformas tecnológicas y organismos gubernamentales no solo promueve un ecosistema más seguro, sino que también actúa como un fuerte mensaje disuasorio para los estafadores. A medida que la tecnología avanza, también lo hacen las tácticas de los estafadores, lo que significa que la lucha contra el fraude y las estafas debe ser constante y dinámica. Es por eso que las iniciativas de educación al consumidor son tan cruciales. Los bancos y las organizaciones están invirtiendo en programas de sensibilización que empoderan a las personas con la información y las herramientas necesarias para reconocer y evitar las estafas.
El futuro parece prometedor si se mantienen y amplían estas iniciativas colaborativas. La creación de una comunidad consciente y alerta puede servir de escudo protector para los ciudadanos. A través de la información compartida y la cooperación efectiva, Australia puede señalar un camino hacia adelante en la lucha contra el crimen organizado y las estafas. En resumen, la colaboración es el mejor recurso en la batalla contra los estafadores. El intercambio de información y la creación de alianzas estratégicas entre diversos sectores son pasos cruciales para desmantelar las operaciones de estos criminales, haciendo que Australia sea un lugar menos atractivo para las estafas.
Con cada esfuerzo conjunto, el país se acerca más a un futuro donde la seguridad financiera pueda garantizarse para todos. La colaboración no sólo protege a los ciudadanos, sino que también crea un tejido social más fuerte en la guerra contra la delincuencia, demostrando que juntos, somos más fuertes.