Con la cercanía de las elecciones, tanto el expreso presidente Donald Trump como la vicepresidenta Kamala Harris han acelerado sus campañas en estados clave, cada uno intentando movilizar a sus simpatizantes y persuadir a los indecisos. Durante sus últimos discursos, ambos candidatos ofrecieron una mezcla de retórica apasionada, promesas audaces y, desafortunadamente, numerosas declaraciones que han sido señaladas como falsas, exageradas o engañosas. En un reciente evento en Las Vegas, Nevada, Trump desató una serie de afirmaciones que sus críticos han calificado de imprecisas. En un discurso que se extendió por más de una hora, Trump hizo más de 60 declaraciones que no se sostienen bajo el escrutinio de la verdad. Por ejemplo, al hablar de su éxito en las encuestas, afirmó haber dominado a Harris con márgenes absurdos, como un 92% frente a un 6%.
Sin embargo, la realidad es que en ese momento, las encuestas disponibles mostraban a Harris liderando por unos pocos puntos. Esta manipulación de los números parece más un intento desesperado de crear la ilusión de una victoria arrasadora que un reflejo de la realidad. Por otro lado, Trump hizo comentarios alarmantes sobre la inmigración, afirmando que "21 millones de personas han invadido nuestras comunidades". Este número es no solo engañoso sino que también ha sido desmentido por cifras oficiales. Si bien es cierto que ha habido un aumento significativo en el número de migrantes, el número total de encuentros con indocumentados no se acerca a las cifras que Trump trata de promover.
Sin evidencia sólida, sus palabras justo ahí se convierten en un recurso demagógico, diseñado para explotar sus temores y preocupaciones. Harris, en su discurso en Wilkes-Barre, Pennsylvania, también hizo cuenta de algunas inexactitudes. En solo 23 minutos, pronunció seis declaraciones que fueron objeto de crítica. Sin embargo, las diferencias son notables. Mientras el discurso de Trump fue un torrente de ataques y agresiones, el de Harris se centró más en proponer soluciones y construir un mensaje de unidad.
Aun así, sus afirmaciones sobre los beneficios económicos de su plan fiscal fueron también cuestionadas. Harris argumentó que su propuesta ayudaría a diversas comunidades a prosperar. Sin embargo, críticos han señalado que algunos de sus planes fiscales podrían no tener el impacto positivo que ella promete. Por ejemplo, su declaración de que el recorte de impuestos para las pequeñas empresas podría generar una recuperación económica es vista con escepticismo por economistas que sugieren que no hay garantía de que estas políticas fomenten un crecimiento auténtico en el contexto actual. Entre los puntos de unión, ambos discursos se vieron marcados por ataques personales.
Trump se refirió a Harris como "Comrade Kamala", sugiriendo una vinculación con el comunismo. Esta retórica no solo es incendiaria, sino que apunta a dividir aún más a los votantes, apelando a derecha en un momento de creciente polarización. En contraste, Harris, si bien crítica, centró sus ataques en las políticas y resultados, destacando cómo Trump pretendía desmantelar la Affordable Care Act y su falta de un plan coherente en temas críticos. En un momento en que la salud pública es un tema crucial, estas afirmaciones son particularmente significativas. La narrativa de Trump sobre el crimen, al afirmar que "el crimen ha aumentado de manera masiva" desde que Harris asumió el cargo, también puede ser considerada engañosa.
Los datos de diversas fuentes, incluidos informes del FBI, apuntan a que el crimen violento ha disminuido desde los picos de la pandemia de COVID-19. Pero Trump, en su afán por enfocar la atención en la figura de Harris como parte del problema, distorsiona la realidad. Estos discursos hacen eco de su estrategia de desviar la atención de sus propios fracasos al atacar a sus oponentes. A lo largo de su discurso, Trump criticó duramente a los medios de comunicación, los tildó de falsos y cuestionó su veracidad como forma de protegerse de la crítica. Este esfuerzo por desacreditar a la prensa viene en un momento en que la confianza en las instituciones es baja.
Mientras tanto, Harris hizo una mención de que su campaña representa la "lucha por la libertad", definiendo su visión de un futuro inclusivo. Aunque esta narrativa es atractiva, algunos críticos argumentan que las implementaciones de sus políticas no siempre han correspondido a un verdadero avance hacia esa libertad prometida. Ambos candidatos están buscando un camino hacia el éxito electoral en un panorama político complicado. Mientras Trump intenta usar tácticas de miedo para galvanizar su base, Harris busca capitalizar el deseo de una política más trascendental. Pero ambos comparten cosas en común: los extravíos en sus afirmaciones y un contenido que tiende a exagerar o distorsionar la verdad en función de su agenda.