Un nuevo proyecto de ley del Senado bipartidista ha cobrado atención al apuntar no solo a los gigantes del comercio electrónico como Shein y Temu, sino también a un problema de salud pública devastador: la crisis del fentanilo. Presentado por el presidente del Comité de Finanzas del Senado, Ron Wyden, este proyecto, apodado como la Ley FIGHTING (Fighting Illicit Goods, Helping Trustworthy Importers, and Netting Gains), busca fortalecer el control aduanero sobre las mercancías que llegan a Estados Unidos, justificando su propuesta en parte como una manera de combatir las pequeñas remesas de fentanilo que ingresan al país. La ley surge como respuesta a un alarmante incremento en el número de envíos de bajos valores, que han pasado de 299 millones en 2016 a la asombrosa cifra de un mil millones en 2023. Esta gran cantidad de paquetes, que a menudo eluden el escrutinio aduanero, ha sido facilitada por una política estadounidense conocida como "entrada de minimis", que permite que artículos valorados en menos de 800 dólares ingresen al país libre de tarifas y bajo un proceso simplificado. Los legisladores argumentan que algunos minoristas en línea, en particular Shein y Temu, han abusado de este sistema para inundar el mercado estadounidense con productos de bajo costo, aprovechando las laxas regulaciones aduaneras.
La situación se complica aún más cuando se considera que varios de estos envíos también pueden estar vinculados a prácticas laborales forzadas, así como a la introducción de drogas peligrosas como el fentanilo. Wyden, al presentar la legislación, señaló: "Los gigantes corporativos extranjeros están inundando nuestras fronteras con millones de paquetes de bajo valor, lo que dificulta que los agentes de aduanas detengan bienes peligrosos como el fentanilo". El mensaje es claro: no solo se trata de proteger al consumidor estadounidense, sino también de salvaguardar la salud pública. Shein, que se originó en China y ahora tiene su sede en Singapur, ha sido criticada por su modelo de negocios, que parece estar diseñado para evitar las regulaciones aduaneras. Temu, con sede en Boston pero con vínculos a una empresa matriz china, ha enfrentado alegaciones similares.
Los legisladores creen que estas empresas están explotando el sistema, haciendo que los productos lleguen rápidamente a los consumidores mientras evaden los controles de seguridad aduanera. El enfoque de la Ley FIGHTING implica restringir las reglas de entrada de minimis y mejorar la supervisión y la recolección de información sobre los paquetes que ingresan al país. Esto incluye la prohibición de ciertos bienes que son sensibles a la importación y que están sujetos a remedios comerciales adicionales, lo que teoréticamente permitiría a las Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) actuar de manera más efectiva contra importaciones ilegales. Las voces a favor de la ley provienen no solo de los legisladores, sino también de agencias de aplicación de la ley que ven una oportunidad tangible para combatir la crisis del fentanilo. La Asociación Nacional de Organizaciones Policiales (NAPO) ha expresado su apoyo, afirmando que el loophole de minimis ha exacerbado la crisis de opioides al permitir que el fentanilo y otras drogas ilegales ingresen al país casi sin inspección.
Como afirma Bill Johnson, director ejecutivo de NAPO, "una reforma sustancial para cerrar esta brecha comercial es necesaria para eliminar las rutas significativas de tráfico de fentanilo en este país". El apoyo también llega de la Fraternal Order of Police, cuyo presidente nacional, Patrick Yoes, sostiene que el proyecto de ley podría resultar en un cambio significativo en los esfuerzos del país para frenar el tráfico de drogas. "Los contrabandistas de drogas están usando envíos de bajo valor para la evasión de la detección. Este tipo de importaciones les permite a estos criminales evadir los métodos de control habituales que emplea la CBP", dice Yoes, subrayando la urgencia de la situación. Sin embargo, a pesar de estas intenciones, hay quienes cuestionan la eficacia real del proyecto de ley en la lucha contra el fentanilo.
Algunos críticos de las políticas prohibicionistas argumentan que este enfoque de más controles y regulaciones podría ser una solución temporal que no aborda las raíces del problema. La vasta cantidad de tráfico de fentanilo y otras drogas se presenta como un juego del gato y el ratón, en el que las autoridades intentan cerrar un ojo mientras los traficantes simplemente encuentran nuevas formas de eludir las restricciones. Es importante considerar que, a pesar de las buenas intenciones detrás de la Ley FIGHTING, el aumento de la seguridad en las fronteras y controles más estrictos en los envíos puede no ser suficiente. La historia ha demostrado que, a pesar de décadas de esfuerzos para adoptar políticas más estrictas contra el narcotráfico, el problema persiste. Es posible que los legisladores deban considerar enfoques alternativos, como la regulación y el control de un suministro seguro de drogas, en lugar de solamente implementar medidas de prohibición que no logran erradicar el problema.