En los últimos meses, el mundo de las criptomonedas ha estado en el ojo del huracán, y no solo por la volatilidad de los precios o los discursos de figuras prominentes en el ámbito financiero, sino también por la figura de Donald Trump. Mientras el expresidente de Estados Unidos se prepara para una nueva candidatura en las elecciones de 2024, ha anunciado el lanzamiento de un nuevo negocio relacionado con las criptomonedas, que promete ser una fuente significativa de ingresos personales. Sin embargo, este movimiento ha desatado un intenso debate sobre los potenciales conflictos de interés que podrían surgir si logra volver a la Casa Blanca. Trump ha prometido convertir a Estados Unidos en la "capital mundial de las criptomonedas". Esta afirmación, que parece un guiño a los entusiastas de este sector, coincide con el lanzamiento de su nueva plataforma llamada World Liberty Financial, que se describe como un servicio de préstamos y ahorros en el ámbito de las criptomonedas.
Este nuevo emprendimiento cuenta con el apoyo de sus dos hijos mayores, Donald Jr. y Eric, así como de su nuera, Lara Trump. Los tres han utilizado sus cuentas en redes sociales para promover la plataforma, lo que genera interrogantes sobre la integración de sus intereses comerciales con su campaña política. Históricamente, Trump ha fusionado sus actividades empresariales con su carrera política. Durante su presidencia, utilizó su plataforma para promover sus hoteles y campos de golf.
Ahora, con el enfoque en las criptomonedas, su nuevo negocio podría beneficiarse enormemente si él regresara al poder y comenzara a implementar cambios legislativos y regulatorios favorables a la industria de las criptomonedas, que han sido deseados por muchos en este sector. Jordan Libowitz, portavoz del grupo de vigilancia gubernamental Citizens for Responsibility and Ethics in Washington, expresó preocupación por esta situación. Según Libowitz, "tomar una postura a favor de las criptomonedas no es necesariamente problemático; lo preocupante es hacerlo mientras se busca beneficiarse personalmente de ello". En esencia, la idea de que uno de los hombres más poderosos del mundo tenga una participación directa en un negocio que podría beneficiarse de decisiones gubernamentales plantea serias cuestiones éticas y legales. World Liberty Financial, la nueva plataforma de Trump, se inspiró en servicios de criptomonedas similares que han tenido problemas en el pasado, como Dough Finance.
Aunque los detalles sobre la participación exacta de Trump y su familia en esta nueva empresa han sido escasos, la confluencia entre su rol como posible presidente y su interés financiero en el mundo de las criptomonedas es un terreno delicado. En un cambio notable de postura, Trump ha pasado de declarar en 2019 que no era un "fan" de las criptomonedas a presentarse ahora como un defensor de este modelo económico descentralizado. En su mandato anterior, expresó su preocupación por el potencial de que las criptomonedas facilitaran actividades ilegales, lo cual es un argumento comúnmente utilizado por los escépticos de este mercado. Sin embargo, su reciente apoyo al sector ha sido contundente. En enero de 2024, su campaña empezó a aceptar donaciones en criptomonedas, marcando un punto de inflexión en su enfoque hacia estos activos digitales.
Rafael La Torre, economista especializado en criptomonedas, sugiere que el interés de Trump en este nuevo negocio podría estar motivado no solo por el deseo de diversificar sus fuentes de ingresos, sino también por un enfoque estratégico hacia una base electoral cada vez más interesada en la tecnología y la economía digital. “Trump sabe que las criptomonedas son un tema que resuena con un sector específico de votantes jóvenes y emprendedores”, explica La Torre. Este nuevo enfoque podría resultarle beneficioso no solo a nivel financiero, sino también en su búsqueda de apoyo para las elecciones. Con todo este trasfondo, surge la pregunta de si las regulaciones y políticas que Trump podría proponer para el sector podrían favorecer su propio negocio personal. Si obtiene el poder para implementar una legislación más amigable con las criptomonedas, las implicaciones son vastas.
Un entorno regulatorio favorable podría no solo potenciar el valor de su plataforma World Liberty Financial, sino que podría tener un efecto dominó sobre el mercado, afectando incluso a millones de estadounidenses que han comenzado a invertir en criptomonedas. La promesa de Trump de crear un "reserva estratégica de bitcoin", similar a las reservas de oro mantenidas por los gobiernos, es también un llamado de atención sobre cómo los líderes políticos pueden moldear el futuro de las criptomonedas en Estados Unidos. La idea de usar bitcoin en el ámbito gubernamental podría elevar la legitimidad de estas criptomonedas y abrir la puerta a una adopción más amplia, mientras que potencialmente enriquecería a aquellos que han invertido y están vinculados a estas tecnologías. Sin embargo, esta nueva dirección no está exenta de riesgos. Si Trump se convierte nuevamente en presidente, el escrutinio sobre sus negocios y los posibles conflictos de interés serán intensos.