En 2021, el mundo de las criptomonedas fue sacudido por un nuevo ataque normativo por parte del gobierno chino que dejó en sombras las perspectivas de una industria que había florecido en el país. Esta vez, sin embargo, la represión fue notablemente más contundente y extensa que en la prohibición anterior de 2017. A medida que los inversionistas y entusiastas intentan comprender las implicaciones de estas medidas, es vital analizar cómo ha cambiado la postura de China respecto a las criptomonedas en los últimos años. En 2017, China llevó a cabo un endurecimiento de sus regulaciones sobre criptomonedas que se centró principalmente en las Ofertas Iniciales de Moneda (ICO, por sus siglas en inglés) y en el cierre de los intercambios de criptomonedas. Sin embargo, esos primeros intentos de regular la industria a menudo se percibieron como un intento de controlar el exceso y la especulación en un sector que ardía con una energía casi incendiaria.
En ese entonces, la acción de gobierno causó temor, y muchas plataformas se adaptaron, trasladándose a jurisdicciones más favorables al capital y a la innovación. Contrariamente, la represión en 2021 fue mucho más fuerte y abarcó un espectro más amplio de actividades criptográficas. El gobierno no solo limitó el acceso a los intercambios de criptomonedas, sino que tomó medidas drásticas para frenar la minería de criptomonedas, una actividad que había prosperado en China gracias a la disponibilidad de energía barata. A lo largo del tiempo, el país había escalado a la posición de líder mundial en minería de Bitcoin, pero la represión en 2021 condujo a un éxodo de empresas mineras y a una caída drástica en el tasa de hash (hashrate), que mide la potencia de procesamiento de la red global de Bitcoin. Una de las diferencias más significativas entre las prohibiciones de 2017 y 2021 es el enfoque en la infraestructura financiera.
Mientras que en 2017 la prohibición se enfocó en interacciones directas de consumidores y plataformas, en 2021 el gobierno se dirigió a la base misma que alimenta el sistema cripto. Los bancos en China ahora tienen prohibido trabajar con cualquier actividad relacionada con las criptomonedas, y se ha prohibido la conversión de criptomonedas a yuanes y viceversa. Esto representa un cambio de estrategia, mirando hacia la prohibición de las criptomonedas desde la raíz de su integración con el sistema financiero estable. Además, en 2021, el gobierno chino adoptó un enfoque más coordinado y sistemático. Reuters informó que la represión del 2021 "amplió enormemente el alcance" de la prohibición de 2017.
Las autoridades llamaron a los principales ejecutivos de bancos y plataformas financieras para recordarles que el manejo de criptomonedas es ilegal. "La represión de la PBOC [Banco Popular de China] está yendo más allá de lo que se esperaba inicialmente", comentó Jonathan Cheesman, un ejecutivo de la plataforma de intercambio de criptomonedas FTX. Esta coordinación sugirió que el gobierno no solo estaba reaccionando a una crisis, sino que había implementado una estrategia deliberada y metódica para erradicar el comercio de criptomonedas en su totalidad. El impacto de estas restricciones fue inmediato y medible. El mercado de criptomonedas vio una pérdida sustancial de valor, con más de 400 mil millones de dólares evaporándose de la capitalización total del mercado de activos digitales en cuestión de semanas.
La amplia caída de precios afectó principalmente a Bitcoin, que perdió casi 70 mil millones de dólares de su valor en pocos días. Ethereum, la segunda criptomoneda más grande, también sufrió una baja considerable. Esta vez, el efecto fue palpable e inmediato, y las plataformas de intercambio se encontraron rápidamente en la cuerda floja ante la presión de los reguladores. La reacción de las plataformas de intercambio y las empresas mineras de cripto fue rápida y decisiva. Empresas importantes como Huobi y BTC.
TOP anunciaron planes para trasladarse a otras jurisdicciones más favorables. El movimiento no representó solo un cambio de ubicación, sino un indicativo de que la industria cripto estaba dispuesta a adaptarse a un entorno hostil. Mientras 2017 vio un desplome en el número de ICOs y algunas plataformas cerraron, la reacción en 2021 fue más drástica, llevando a una exodus masiva de criptoempresas que buscaron refugio lejos de las regulaciones chinas. Sin embargo, en medio de la represión y el control, algunos analistas han expresado su anhelo de un futuro más brillante para el sector. A pesar de las restricciones, la industria cripto global ha demostrado resiliencia.
"Estamos lejos de un mercado bajista, solo los traders están asustados por acciones técnicas vistas en intercambios como volúmenes y cambios de precio", afirmó Willy Woo, un conocido analista de criptomonedas. Este nuevo contexto plantea interrogantes sobre el futuro de las criptomonedas en China y en el mundo. Al tiempo que el país busca establecer su propia moneda digital del banco central (CBDC), su camino para regular las criptomonedas parece más orientado a cerrar el espacio que a integrarlo. La ambigüedad persistente por parte de las autoridades chinas deja a los inversionistas y entusiastas con poco más que especulaciones y teorías sobre el curso que tomará la criptografía en el país. El repercutir de estos eventos no solo tiene implicaciones para la economía china, sino también para el mercado global de criptomonedas.