En los últimos años, la comunidad científica global ha enfrentado un reto monumental conocido como la crisis de reproducibilidad. Este término alude a la dificultad que experimentan muchos investigadores para replicar los resultados de estudios científicos previamente publicados, lo que pone en duda la validez y confianza en ciertos hallazgos científicos. En este contexto, un proyecto sin precedentes llevado a cabo en Brasil ha puesto de manifiesto que solo una minoría de trabajos biomédicos logra ser replicada con éxito, un hallazgo que abre un debate profundo sobre la calidad y rigor de la investigación científica en el ámbito biomédico del país y sus posibles repercusiones a nivel mundial. La iniciativa brasileña, conocida como la Iniciativa de Reproducibilidad Brasil, fue lanzada en 2019 por investigadores de la Universidad Federal de Río de Janeiro. Esta coalición reunió a más de cincuenta equipos de investigación y más de doscientos científicos provenientes de 56 laboratorios en todo el país.
Su misión era clara: evaluar de manera objetiva y rigurosa la reproducibilidad de estudios biomédicos relevantes en Brasil, buscando comprobar si sus resultados podían ser replicados con los mismos métodos empleados en los trabajos originales. A diferencia de otros esfuerzos internacionales que suelen centrarse en áreas específicas o en estudios de alto impacto, esta iniciativa adoptó un enfoque diferente. Priorizaron reproducir experimentos basándose en las metodologías utilizadas, más que en la fama, impacto o área de investigación, lo que permitió abarcar una variedad considerable de trabajos publicados entre 1998 y 2017. Se escogieron tres técnicas comunes y fundamentales para la investigación biomédica: un ensayo sobre el metabolismo celular, un método para amplificar material genético y una prueba de laberinto para roedores. Esta selección no solo aseguró que los laboratorios participantes tuvieran la capacidad técnica para reproducir los experimentos, sino que también permitió evaluar distintos aspectos del proceso científico.
Los resultados obtenidos fueron sorprendentes y, en cierto modo, alarmantes. Apenas el 21% de las pruebas pudieron considerarse replicables según criterios preestablecidos, incluyendo la consistencia en la dirección y significancia estadística de los resultados. Además, se detectó que el tamaña del efecto reportado en los estudios originales era, en promedio, un 60% mayor que el observado en las reproducciones, apuntando a una posible sobreestimación de resultados en la literatura científica original. Este fenómeno no es exclusivo de Brasil y refleja un patrón que ha sido reportado en estudios similares en otras regiones del mundo. Este bajo índice de replicabilidad tiene implicaciones profundas para la comunidad científica y para la salud pública.
La investigación biomédica es la base para el desarrollo de tratamientos, políticas sanitarias y avances médicos que pueden impactar la vida de millones de personas. Si la base teórica o experimental está comprometida, existe el riesgo de que recursos valiosos, tiempo y confianza pública se vea afectada negativamente. Los desafíos encontrados en el proyecto no se limitaron a los resultados en sí, sino que también surgieron en aspectos logísticos y prácticos. La crisis sanitaria global provocada por la pandemia de COVID-19 complicó considerablemente la coordinación entre equipos y el acceso a materiales y recursos. Además, surgieron discrepancias en la interpretación y aplicación de los protocolos originales, un síntoma del grado de variabilidad que existe en la ejecución de procedimientos científicos, incluso dentro de un mismo país.
Frente a estas revelaciones, los coordinadores de la iniciativa y expertos en metaciencia enfatizan la necesidad urgente de implementar reformas profundas en la forma en que se realiza la ciencia en Brasil. Esto incluye promover la adopción más amplia de prácticas abiertas y transparentes, fortalecer la capacitación en metodologías reproducibles, y fomentar una cultura que valore más la calidad y reproducibilidad que la cantidad o el impacto bibliométrico. Además, el papel de las políticas públicas y el financiamiento se vuelve crucial para generar incentivos que apunten a estas mejoras. El proyecto también resalta la importancia del trabajo colaborativo y multicéntrico como modelo para enfrentar la crisis de reproducibilidad. Coordinando esfuerzos y unificando protocolos, es posible no solo identificar falencias sino también construir soluciones conjuntas que mejoren la credibilidad y utilidad práctica de la ciencia producida.