En un giro inesperado dentro del contexto político estadounidense, la vicepresidenta Kamala Harris ha comenzado a acercarse a la industria de las criptomonedas, justo en los momentos críticos de su campaña presidencial. Este movimiento ha sorprendido tanto a los críticos como a los partidarios, y plantea preguntas sobre la dirección ideológica que podría tomar una posible administración Harris. Durante años, la criptomonedas han sido vistas por muchos progresistas como un terreno peligroso, especialmente después del colapso de FTX en 2022, que dejó a muchos inversores con pérdidas significativas. La administración del presidente Joe Biden, a la que Harris ha estado alineada en diversas políticas, se había mantenido cautelosa frente a la industria, sin mostrar mucho interés en establecer lazos con este sector emergente. Sin embargo, ahora Harris parece estar buscando una nueva estrategia que intenta reconciliar a diferentes facciones dentro del Partido Demócrata.
El giro de Harris hacia las criptomonedas puede interpretarse como un intento de atraer a moderados y empresarios que han sentido que el gobierno actual ha estado demasiado distante de la comunidad de negocios. En su discurso en la Universidad Carnegie Mellon, la vicepresidenta subrayó la importancia de la innovación tecnológica y mencionó sectores como la inteligencia artificial, la computación cuántica y, por supuesto, las criptomonedas, como áreas clave para el desarrollo económico del país. A pesar de que Harris asegura que su acercamiento no implica un abandono de las políticas progresistas, su posición ha generado reacciones mixtas. Algunos líderes progresistas ven este cambio como una oportunidad para abrir nuevos caminos, mientras que otros temen que signifique una traición a los principios que han guiado al Partido Demócrata en sus últimos años. Esta tensión interna es palpable y refleja una lucha más amplia entre el deseo de modernizar la economía y la necesidad de proteger a los ciudadanos de las prácticas comerciales potencialmente dañinas.
Uno de los defensores más prominentes de las criptomonedas dentro del Partido Demócrata es el representante Ritchie Torres de Nueva York, quien expresó su entusiasmo por la apertura de Harris hacia nuevas tecnologías. "Es alentador ver que la vicepresidenta Harris está tomando en serio el potencial de las criptomonedas y la tecnología blockchain", comentó en una entrevista. Sin embargo, este apoyo también viene con la expectativa de que no se sacrifiquen las políticas que protegen a los trabajadores y las comunidades. La estrategia de Harris parece estar orientada hacia la construcción de una coalición amplia que pueda unificar a moderados y progresistas. La campaña ha lanzado un manifiesto de políticas titulado "Un nuevo camino hacia adelante para la clase media", que destaca un enfoque inclusivo y equilibrado, prometiendo combatir las prácticas anticompetitivas y apoyar la agenda de antimonopolio que caracteriza la administración Biden-Harris.
Sin embargo, la verdadera prueba de la capacidad de Harris para mantener esta coalición será su capacidad para elegir a los colaboradores adecuados. La posibilidad de nombrar a personas con experiencia en el sector privado podría abrir opciones para mantener puentes con la comunidad empresarial, al tiempo que se preservan las posturas progresistas. Tony West, cuñado de Harris y actual director legal de Uber, podría ser uno de los ascendidos en una posible administración. La integración de voces moderadas y progresistas es fundamental, especialmente a medida que se acercan las elecciones de noviembre. Las encuestas han mostrado un estrechamiento en la percepción pública sobre la economía.
La confianza de los votantes en Harris ha aumentado con respecto a Trump, lo que sugiere que su enfoque podría estar funcionando en este momento crítico. La responsabilidad de dirigir las políticas sobre criptomonedas podría recaer, al menos en parte, en el presidente de la Comisión de Bolsa y Valores, Gary Gensler, quien ha sido criticado tanto por los defensores como por los críticos de la criptomoneda por su postura firme sobre la regulación del sector. La presión para despedir a Gensler está aumentando, especialmente por parte de aliados de la criptomoneda que aún no ven un camino claro hacia una regulación más favorable. Mientras la sombra del colapso de FTX se desvanecía, el lobby de las criptomonedas ha ganado fuerza, realizando inversiones significativas en campañas políticas en todo el país. Super PACs vinculados a entidades de criptomonedas han comenzado a jugar un papel fundamental, especialmente en estados clave que podrían determinar el control del Senado.
La capacidad de estos actores para influir en las decisiones políticas es un recordatorio del poder financiero que tienen, y Harris ha demostrado estar dispuesta a escuchar sus preocupaciones. Contrario a las expectativas de algunos, incluso críticos notables de las criptomonedas dentro del Partido Demócrata han comenzado a moderar su tono. La representante Maxine Waters, por ejemplo, ha indicado que la criptomoneda es "inevitable" y ha instado a una regulación apropiada en lugar de un rechazo total. Mientras tanto, Elizabeth Warren, una de las voces críticas más fuertes, ha expresado que acepta la compra y venta de criptomonedas, siempre que se cumplan las regulaciones necesarias para prevenir abusos. Este cambio de tono sugiere que Harris no es la única que busca un equilibrio entre los intereses de diferentes facciones dentro del Partido Demócrata.
Sin embargo, los escépticos, especialmente en el campo republicano, siguen cuestionando la sinceridad de Harris en su acercamiento. La senadora Cynthia Lummis, una sólida defensora de las criptomonedas, se mostró escéptica sobre la familiaridad de Harris con el sector y su posible conexión con la influencia de Warren, lo que podría complicar aún más su relación con la comunidad de criptomonedas. Con el panorama político mudándose y las elecciones a la vuelta de la esquina, el futuro de la política de criptomonedas bajo una posible administración Harris sigue siendo incierto. Su dirección actual apunta a un esfuerzo de unificación, pero el éxito dependerá de su capacidad para equilibrar las demandas de los progresistas con las expectativas de quienes ven a la industria tecnológica y las criptomonedas como una oportunidad de innovación y crecimiento. A medida que la campaña avanza, la atención estará centrada en cómo Harris manejará este delicado equilibrio en un contexto donde las elecciones se decidirán en gran medida por la percepción de la gestión económica.
Las decisiones que tome podrían no solo definir su presidencia, sino también el futuro del Partido Demócrata como un todo. La relación con la industria de las criptomonedas puede ser uno de los muchos factores que determinarán el próximo capítulo en la política estadounidense.