La comisionada de la Comisión de Valores y Bolsa de Estados Unidos (SEC), Hester Peirce, ha alzado la voz para señalar una preocupante brecha en la regulación financiera: la ineficacia de las normas de custodia de activos digitales por parte de los bancos. En un momento en que el interés del público por las criptomonedas y otros activos digitales está en su punto más alto, la falta de protección adecuada para los inversores se convierte en un tema candente que requiere atención inmediata. El contexto en el que se presentan estas preocupaciones es el crecimiento exponencial del mercado de activos digitales. Con la llegada de criptomonedas como Bitcoin y Ethereum, así como la proliferación de tokens no fungibles (NFT), se ha generado un ecosistema vibrante y complejo. Sin embargo, la protección de los consumidores en este nuevo paisaje financiero parece estar rezagada.
Peirce, conocida dentro del sector como "Crypto Mom" debido a su apoyo a la innovación y las criptomonedas, ha expresado su preocupación en múltiples ocasiones y reafirma que la regulación actual no cumple con su propósito fundamental: proteger al inversor. Durante una reciente intervención, Peirce destacó las deficiencias que presenta el marco regulatorio actual, haciendo hincapié en que las normativas de custodia de activos digitales impuestas a las instituciones financieras tradicionales, como los bancos, están lejos de ser óptimas. Según ella, estas reglas no solo son insuficientes, sino que también podrían estar creando una falsa sensación de seguridad entre los inversores que creen que sus activos digitales están adecuadamente protegidos bajo el sistema bancario. Uno de los principales problemas que Peirce resalta es la falta de claridad sobre quién realmente custodia los activos digitales. A diferencia de una cuenta bancaria tradicional, donde los fondos están claramente bajo custodia de la institución, en el mundo de las criptomonedas, la naturaleza descentralizada de muchas de estas plataformas sigue generando confusión.
Muchos inversores asumen que su dinero está seguro solo porque están utilizando bancos, sin entender completamente las diferencias en la custodia de estos activos. A su vez, Peirce señala que la regulación, tal como existe hoy, está diseñada en torno a un modelo financiero tradicional que no se adapta bien a un entorno que evoluciona tan rápidamente como el de las criptomonedas. Los bancos, por un lado, enfrentan un laberinto de regulaciones que pueden inhibir su capacidad para servir adecuadamente a los nuevos inversores en activos digitales. Esto resulta en una situación donde los inversores están más expuestos a riesgos, incluyendo el fraude y la pérdida de fondos, debido a la falta de experiencia y preparación de muchas instituciones para manejar estas inversiones. El papel de la SEC, según Peirce, debe ser el de facilitar un entorno donde la innovación pueda prosperar.
Sin embargo, sus regulaciones actuales parecen estar más enfocadas en limitar el crecimiento del sector que en asegurar una adecuada protección para los consumidores. Esto ha llevado a un claro desajuste entre la regulación y el mercado, lo que resulta en una atmósfera de incertidumbre que podría desincentivar la inversión. Sin embargo, no todo es pesimismo. La comisionada también ha hecho un llamado a los propios inversores para que se eduquen sobre los riesgos asociados a la inversión en activos digitales. Aunque la regulación juega un papel crucial en la protección del inversor, la educación financiera es igualmente importante.
Los consumidores deben ser proactivos en comprender cómo funcionan estos activos, qué riesgos están asumiendo y cómo pueden protegerse de potenciales pérdidas. Adicionalmente, Peirce ha instado a los reguladores a trabajar en conjunto con las instituciones financieras y los desarrolladores del ecosistema de activos digitales para crear reglas que no solo sean justas y razonables, sino que también aborden las necesidades específicas de este nuevo mercado emergente. "La colaboración entre el sector privado y los reguladores es esencial para construir un marco que realmente funcione para todos", afirmó. Esta visión comparte la idea de que, en lugar de una regulación rígida que podría matar la innovación, es posible alcanzar un equilibrio que fomente el crecimiento mientras se protege a los inversores. El dilema no se detiene en la falta de protección; la confianza de los inversores en el mercado de activos digitales también está en juego.
A medida que crecen los casos de fraude y robo, la desconfianza entre los inversores se exacerba. Peirce advierte que, si no se toman medidas proactivas para mejorar la regulación y la custodia de los activos digitales, el éxito futuro del mercado podría estar en peligro. La SEC, en su búsqueda de proteger a los consumidores, también tiene la responsabilidad de no destruir el potencial de un sector que, si se hace correctamente, podría transformar la forma en que las personas invierten y gestionan su dinero. Frente a estas preocupaciones, la comunidad de criptomonedas y activos digitales está comenzando a movilizarse. A través de cursos de educación, webinars y eventos, los miembros más experimentados del sector están tratando de ofrecer información y conocimiento a las nuevas generaciones de inversores.