Las empresas constructoras enfrentan una crisis laboral inminente En un mundo donde la infraestructura y el desarrollo urbano son cada vez más esenciales para el crecimiento económico, las empresas constructoras de Estados Unidos se encuentran luchando contra un desafío sin precedentes: la escasez de trabajadores. Según una nueva encuesta realizada por la Asociación Nacional de Contratistas Generales de América (AGC) y la firma de tecnología de recursos humanos Arcoro, un impresionante 94 por ciento de las empresas constructoras en el país tienen dificultades para contratar personal. La situación es alarmante y ha comenzado a afectar seriamente la ejecución de proyectos de construcción. Con el anuncio de la vice presidenta Kamala Harris sobre su intención de construir 3 millones de viviendas en un período de cuatro años si gana las elecciones presidenciales de 2024, el sector de la construcción se enfrenta a la presión adicional de cumplir con demandas que parecen inalcanzables ante la falta de mano de obra. Los resultados de la encuesta revelan que la falta de inversiones en la educación y la capacitación de la fuerza laboral en el sector de la construcción es una de las causas fundamentales de esta escasez.
Kenneth D. Simonson, economista jefe de la AGC, comentó que la falta de trabajadores calificados ha sido una preocupación constante en la industria, y cada vez es más evidente que esta escasez se ha convertido en la principal causa de retrasos en los proyectos. La encuesta, que incluyó casi 1,500 empresas de una amplia variedad en la industria de la construcción, encontró que 94 por ciento de los contratistas reportan tener vacantes, y de esos, el 94 por ciento están teniendo problemas para cubrir al menos algunos de esos puestos. La escasez es más aguda entre los trabajadores de oficios, que son los que realizan la mayor parte del trabajo en el sitio de construcción. Cerca de un tercio de los contratistas informó que tienen al menos 11 puestos de oficios sin cubrir, lo que pone en manifiesto la gravedad de la situación.
Más del 54 por ciento de los contratistas indicaron que han experimentado retrasos en sus proyectos debido a la escasez de mano de obra, una cifra que supera a aquellos que enfrentaron retrasos debido a problemas de cadena de suministro o de envío. Ante este escenario, Simonson advierte que los propietarios de proyectos deben estar preparados para que muchas obras tomen más tiempo del que habitualmente requerían en años anteriores. La situación se complica aún más porque la pandemia y el envejecimiento de la fuerza laboral han reducido la cantidad de trabajadores experimentados disponibles para completar tareas y formar a los nuevos ingresantes. La complejidad y la escala de los proyectos, que incluyen desde plantas de fabricación de semiconductores hasta infraestructuras de transporte, están llevando a que las obras tarden más en completarse y generen costos adicionales. Algunos proyectos, incluso, han tenido que ser reducidos o pospuestos, lo que afecta no solo a la economía local sino también a los ambiciosos objetivos de desarrollo que tiene el país.
Ante esta crisis, los contratistas están intentando atraer, retener y mejorar las habilidades de su fuerza laboral mediante diversas estrategias. Según la encuesta, el 91 por ciento de las empresas han aumentado las tasas de pago base para los puestos de construcción hourly en el último año. Además, el 57 por ciento ha implementado estrategias de reclutamiento en línea para atraer a trabajadores más jóvenes, mientras que el 51 por ciento se ha involucrado con programas de formación profesional en colegios y centros de formación para cultivar el futuro talento. A pesar de estos esfuerzos, la inversión en tecnología también se ha vuelto crucial. Los contratistas están invirtiendo en drones, robótica y otro tipo de equipos que ahorran mano de obra, así como en software que reduce la necesidad de trabajadores o el nivel de habilidad requerido para llevar a cabo ciertas tareas.
Sin embargo, estas medidas no serán suficientes si no se logra atraer a más personas hacia las oportunidades de carrera que ofrece el sector de la construcción. El problema se agrava porque el 62 por ciento de los encuestados indicaron que los candidatos disponibles no cuentan con las habilidades o certificaciones necesarias para los trabajos de construcción. Jeff Shoaf, director ejecutivo de AGC, señaló que la inversión federal en motivar a los estudiantes a cursar carreras de cuatro años es hasta cuatro veces mayor que el apoyo a programas de desarrollo de la fuerza laboral en campos como la construcción. Este desbalance ha contribuido a una escasez de candidatos calificados y a la urgencia de tomar medidas. Simonson sugirió que dos acciones deben ser consideradas por el Congreso de EE.
UU. en el próximo periodo: aumentar la financiación disponible a través de la Ley de Innovación y Oportunidad de la Fuerza Laboral orientada a la capacitación, y reforzar la asignación de recursos destinados a programas educativos en la construcción al establecer los niveles de gasto para la Ley Perkins de Educación Vocacional y Técnica. El gobierno federal tiene un papel clave en alcanzar a estudiantes, padres, funcionarios locales y sistemas escolares en todo el país para garantizar que las instituciones educativas proporcionen a los estudiantes y adultos la información y las habilidades necesarias para considerar la construcción como una opción de carrera viable. El sector de la construcción no solo necesita trabajadores, sino también un cambio cultural que promueva la valoración de las carreras en oficios como una opción digna y respetable. Un futuro incierto se dibuja en el horizonte de la construcción en EE.
UU. La falta de una mano de obra calificada podría seguir ralentizando el crecimiento económico y socavando los esfuerzos por alcanzar metas de seguridad y medioambientales. La esperanza reside en que, con la debida atención y apoyo, se logren cambios significativos que permitan al sector construirse a sí mismo con los recursos humanos necesarios para enfrentar los desafíos de las próximas décadas. La solución a esta crisis laboral no solo implica mejorar los salarios y emprender nuevas iniciativas de reclutamiento. También se trata de crear un camino claro para los jóvenes que deseen ingresar a la industria, educarlos sobre las oportunidades de carrera disponibles y invertir en su desarrollo profesional.
La construcción puede ofrecer no solo trabajos, sino también la posibilidad de contribuir a proyectos emblemáticos que, a su vez, marquen un legado en la comunidad.
