El ecosistema de los tokens no fungibles (NFT) continúa evolucionando a pasos acelerados, y uno de los eventos más recientes en este ámbito ha sido el lanzamiento del token DOOD, vinculado al conocido proyecto Doodles NFT. Esta iniciativa, que causó gran expectativa entre inversores y coleccionistas, experimentó un estancamiento importante justo después de su airdrop, lo que ha generado un debate sobre las implicaciones de este mecanismo y las dinámicas que se despliegan en torno a estos activos digitales. Doodles, un proyecto basado originalmente en Ethereum y famoso por su colección de arte digital caracterizado por ilustraciones coloridas y simpáticas, anunció con entusiasmo el lanzamiento de su token DOOD en febrero de 2025. La estrategia contemplaba la mintura de 10 mil millones de DOOD en la red Solana, una cadena de bloques conocida por sus bajas comisiones y alta velocidad, además de la futura intención de llevar estos tokens a Base, una solución de capa dos de Ethereum destinada a mejorar su escalabilidad. El airdrop, que se llevó a cabo el 9 de mayo, fue un evento esperado para la comunidad Doodles.
Sin embargo, inmediatamente después de este, el token DOOD sufrió una caída del 40% en su capitalización de mercado, pasando de un valor de más de 100 millones de dólares en su lanzamiento a aproximadamente 60 millones. Esta disminución abrupta se replica en la cotización de los NFTs de la colección Doodles, cuya valoración bajó aproximadamente un 60%, de 3.5 ETH a menos de 1.5 ETH en cuestión de un día. Este fenómeno no es único ni inesperado.
Una tendencia habitual en el mundo de los tokens y NFT es que los días posteriores a un airdrop suelen verse marcados por ventas aceleradas por parte de los holders que buscan capitalizar sus nuevos tokens asignados. En el caso específico de Doodles, se observó un aumento del 97% en las ventas de NFTs el día anterior al airdrop, reflejando un comportamiento especulativo motivado por la anticipación de la distribución del DOOD. Más allá del simple efecto en los precios, este evento invita a analizar la percepción del mercado hacia la tokenización de proyectos NFT y las expectativas puestas en los airdrops. Los airdrops son una estrategia común para distribuir tokens de manera masiva y crear una base amplia de usuarios que posean el nuevo activo, pero a menudo también pueden resultar en una presión de venta considerable, afectando el valor inicial. Doodles no es el primer proyecto de NFT de Ethereum que lanza un token en Solana.
Un caso similar fue el de Pudgy Penguins, cuya iniciativa de lanzar el token PENGU vía airdrop en diciembre resultó en una caída del 50% en el valor del token el mismo día. Pese a haber alcanzado una capitalización máxima impresionantemente alta, el PENGU perdió una parte significativa de su valor de mercado en los meses siguientes, evidenciando los riesgos y la volatilidad inherentes a estos movimientos. La decisión de Doodles de utilizar Solana para la emisión de su token responde a la búsqueda de eficiencia y escalabilidad fuera de la congestión de la red Ethereum. Sin embargo, esta estrategia puede generar cierto desconcierto en la comunidad, ya que combina activos nativos de Ethereum con nuevas dinámicas propias de Solana, lo cual puede dificultar la integración y la comprensión del valor real del token y su utilidad. Una cuestión clave a considerar es qué función cumplirá DOOD dentro del ecosistema Doodles a largo plazo.
Para muchos proyectos NFT, la incorporación de un token nativo busca ampliar las posibilidades, permitiendo acceso a gobernanza, incentivos a la comunidad, y caminos para la monetización y el juego (gamificación). Sin embargo, cuando el mercado percibe estos tokens como meros memecoins o herramientas de especulación sin casos de uso claros, el valor puede erosionarse rápidamente. Por otro lado, la disminución en el valor de los NFTs puede afectar la salud general del proyecto, dado que los coleccionistas e inversores tienden a evaluar el valor neto de su propiedad digital. Con una caída tan marcada, la confianza puede verse afectada, y los primeros compradores o holders a largo plazo podrían enfrentar pérdidas importantes, lo que restringe la adopción masiva y la estabilidad del proyecto. Adicionalmente, la relación entre la liquidez en el mercado secundario y la capitalización del token es una dinámica que guarda estrecha relación.
La elevada presión de venta post-airdrop puede implicar que muchos usuarios deciden no participar en el proyecto a largo plazo, prefiriendo asegurar ganancias o minimizar pérdidas inmediatas. En el plano técnico, DEX Screener, una plataforma de seguimiento de mercados descentralizados, reportó la caída del capital del DOOD y evidenció la tendencia bajista en las primeras horas y días posteriores al lanzamiento. De igual forma, datos ofrecidos por OpenSea y CoinGecko mostraron la baja en el precio de los NFTs originales, disminuyendo el valor total de la colección a unos 31 millones de dólares. No obstante, pese al declive, el volumen de ventas durante la semana posterior al airdrop fue mayor que la semana anterior, llegando a $2.6 millones, lo que indica una actividad elevada y un interés persistente en la negociación de estos activos, aunque con una narrativa más especulativa que de crecimiento sostenido.
Para quienes siguen el desarrollo y tendencias del mercado NFT, la experiencia de Doodles ofrece varias lecciones importantes. En primer lugar, muestra la volatilidad inherente a cualquier nuevo token asociado a proyectos NFT, especialmente cuando se combinan ecosistemas diferentes, como Ethereum y Solana. También constata que los airdrops, aunque útiles para promover la distribución y el marketing, pueden traer consigo consecuencias adversas sobre el precio y la percepción del proyecto si no se diseñan cuidadosamente con planes de soporte y utilidad a largo plazo. En cuanto a la comunidad de Doodles, el desafío será ahora mantener el compromiso e interés en torno al proyecto, desarrollando usos concretos para el token DOOD que justifiquen su tenencia y promuevan su adopción fuera de la simple especulación. Esto puede incluir iniciativas de gobernanza descentralizada, recompensas exclusivas, eventos especiales, o integraciones con otras plataformas y juegos digitales.
El caso Doodles también refleja un fenómeno más amplio dentro del sector: la búsqueda constante de equilibrio entre innovación tecnológica, marketing y sostenibilidad económica. Proyectos similares tendrán que aprender de estas experiencias y diseñar soluciones que minimicen la excesiva volatilidad y maximicen beneficios reales para sus usuarios y creadores. En conclusión, aunque el lanzamiento y airdrop del token DOOD marcó un hito para Doodles y el mercado NFT, el estancamiento y caída del valor post-distribución indican que el camino para transformar estos activos digitales en instrumentos sólidos y estables sigue siendo complejo y lleno de retos. Los inversores y seguidores deben estar atentos a las próximas acciones del equipo de Doodles y la evolución de la utilidad real del token para evaluar futuras oportunidades y riesgos en este vibrante pero volátil ecosistema.