Los mercados bursátiles en Estados Unidos han experimentado una jornada de oscilaciones marcadas, con los principales índices mostrando comportamientos divergentes tras el reporte del Índice de Precios al Consumidor (IPC) que señala el aumento más lento en la inflación anual desde 2021. Este escenario se desarrolla en medio de un panorama de incertidumbre por las políticas comerciales, cambios en la dirección de algunas grandes empresas y el avance de sectores específicos, especialmente la tecnología. El S&P 500 sorprendió a los inversionistas al borrar sus pérdidas del año 2025 y entrar en terreno positivo, una recuperación muy rápida que no se había visto desde 1982. Este repunte se alimenta en gran medida por un rally subyacente en las acciones tecnológicas, en particular debido al desempeño asombroso de Nvidia, que impulsó al Nasdaq a un nuevo mercado alcista tras superar un aumento del 20% desde sus mínimos de abril. Este avance ha renovado el optimismo en el sector tecnológico y redefinido el interés de los fondos hacia estas empresas denominadas "Magnificent 7", que incluyen además a Tesla y Meta, cuyos precios han escalado notablemente en las últimas sesiones.
Por otro lado, el Dow Jones Industrial Average tuvo una jornada menos favorable, cayendo cerca de un 0.6%, impactado por la caída abrupta de las acciones de UnitedHealth, las cuales retrocedieron un 18%. La empresa anunció la suspensión de sus guías financieras para 2025, además de la renuncia inmediata de su CEO por razones personales, lo que generó incertidumbre en el segmento de salud y afectó el rendimiento del índice. Otros actores del sector, como Humana y CVS, también registraron pérdidas, arrastrando un poco a este índice tradicionalmente más conservador. El reporte del IPC de abril reveló que la inflación anual se desaceleró al 2.
3%, marcando la subida más baja desde febrero de 2021. Estas cifras fueron inferiores a las expectativas de los economistas y reflejan una desaceleración en los incrementos de precios, a pesar de que la implementación de los aranceles anunciados por la administración Trump se mantuvo intermitente durante ese mes. En términos mensuales, los precios aumentaron un 0.2%, cifra levemente por encima de la caída del mes anterior, pero aún por debajo de las estimaciones. Este resultado ha levantado debates entre los analistas y responsables de las políticas económicas.
Mientras que la mayoría sostienen que la Reserva Federal adoptará una actitud de “ver y esperar” en cuanto a cambios en las tasas de interés, quedando a la espera de más datos económicos para delinear su estrategia, algunos, incluido el expresidente Trump, han insistido públicamente en la necesidad de recortes inmediatos en las tasas para estimular el crecimiento económico. La reacción del mercado de bonos también fue significativa el día del reporte, con el rendimiento del bono del Tesoro a 10 años subiendo hasta un 4.5%, nivel no visto en más de un mes. Esto refleja una tensión en los mercados de deuda sobre las expectativas a mediano plazo en torno a la política monetaria y la inflación. En el frente comercial, la pausa de 90 días en los aranceles entre Estados Unidos y China ha sido uno de los principales catalizadores de la recuperación del mercado en las últimas semanas.
La tregua ha aplacado las preocupaciones sobre una guerra comercial prolongada, generando confianza en los inversionistas sobre las perspectivas de crecimiento global. Esto también ha beneficiado a compañías que dependen en gran medida del comercio internacional, como Boeing, que vio un aumento en sus pedidos y alcanzó máximos en un año después de la reapertura de China para la entrega de sus equipos. En el sector tecnológico, las noticias sobre nuevos contratos y el fortalecimiento en la demanda de chips de inteligencia artificial reafirman la posición dominante de empresas como Nvidia. La compañía alcanzó nuevamente una valoración de mercado cercana a los 3 billones de dólares, impulsada por el entusiasmo en torno a la inteligencia artificial y las aplicaciones que esta tecnología tiene en múltiples industrias. Asimismo, otras grandes firmas como Tesla y Meta continúan ganando tracción, beneficiadas tanto por innovación constante como por la mejora en el sentiment del mercado.
El caso de Coinbase también ha destacado este año, con la inclusión de la plataforma de intercambio de criptomonedas en el S&P 500 considerada un hito significativo para la industria cripto. Su acción subió más del 18% tras el anuncio, ilustrando no solo una recuperación tras un período difícil en términos regulatorios, sino también un reconocimiento creciente hacia el sector como parte central de la innovación financiera. Sin embargo, no todos los sectores reaccionaron con entusiasmo. El sector de renta variable vinculado a la salud ha evolucionado a la baja debido a los problemas internos en empresas clave y cambios inesperados en sus liderazgos, lo que ha provocado debates en torno a la sostenibilidad de sus negocios bajo presiones regulatorias y costos crecientes. En el ámbito internacional, las negociaciones comerciales seguirán siendo un factor crucial para el rumbo de los mercados en las próximas semanas.
La reducción significativa en los aranceles y la suspensión temporal permiten que algunas industrias respiren y planeen estratégicamente sus operaciones, pero la incertidumbre sobre la extensión de estos acuerdos y el posible retorno de medidas proteccionistas sigue siendo una amenaza latente. Los estrategas de Wall Street han revisado al alza sus expectativas para el S&P 500, proyectando mayores niveles de cierre para fin de año, motivados por menores riesgos de recesión, un crecimiento económico más sólido y una inflación controlada. Sin embargo, advierten que el optimismo debe tomarse con cautela, dada la volatilidad inherente y los cambios inesperados en políticas comerciales y monetarias. En resumen, el panorama actual de los mercados bursátiles estadounidenses está marcado por un equilibrio delicado entre oportunidades de crecimiento, especialmente en el sector tecnológico, y desafíos derivados de factores económicos y corporativos. La desaceleración en la inflación anual ha reforzado la expectativa de una política monetaria menos agresiva en el corto plazo, alentando a los inversionistas a revalorar activos y posicionarse en sectores estratégicos.
Este escenario continuará evolucionando conforme se publiquen nuevos datos económicos, avances en las negociaciones comerciales internacionales y se materialicen movimientos corporativos que afectan directamente a índices y sectores clave. Los inversores deberán estar atentos a estas tendencias para tomar decisiones informadas en un contexto que, aunque ha mejorado en las últimas semanas, sigue cargado de incertidumbre y riesgos inherentes.