La figura de Donald Trump continúa siendo fuente de controversia en múltiples ámbitos, y su incursión en el mundo de las criptomonedas, especialmente con su memecoin, no es la excepción. Lanzado en enero de 2025, el token denominado Official Trump (TRUMP) ha sido protagonista no solo por sus altibajos en el mercado, sino también por las declaraciones poco claras del expresidente sobre sus ganancias derivadas del proyecto. Este fenómeno ha puesto en el centro del debate la relación entre sus intereses empresariales y su posición política, cuestionando incluso la ética y transparencia que deberían regir en casos de figuras públicas involucradas en el ecosistema cripto. Durante una entrevista con la periodista Kristen Welker en el programa Meet the Press de NBC News, que fue difundida el 4 de mayo de 2025, Trump aseguró inicialmente que “no está obteniendo ganancias de nada relacionado con la criptomoneda”. Sin embargo, tan solo segundos después reconoció que realmente no ha revisado si ha generado beneficios económicos a partir del memecoin.
Esta contradicción generó desconcierto y abrió la puerta para que analistas y críticos examinaran con más atención la estructura de propiedad y la gestión financiera que hay detrás de la moneda digital. El TRUMP fue lanzado el 17 de enero de 2025, apenas días antes de que Trump asumiera nuevamente la presidencia el 20 de enero. El token alcanzó un pico histórico de $73.43 solo dos días después de su lanzamiento, un valor que ha descendido de forma significativa, actualmente cotizándose alrededor de $11.35, lo que representa una caída superior al 85% desde su máximo.
Interesantemente, a finales de abril el token experimentó un repunte importante después de que su sitio web anunció un evento exclusivo: una cena con el propio Donald Trump programada para el 22 de mayo, disponible solo para los principales poseedores de la moneda. Lo que añade más complejidad a la historia es que Trump aparenta desconocer el valor actual de su memecoin, preguntando reiteradamente cuál es su cotización vigente, lo que alimenta más dudas sobre su reacción frente a las fluctuaciones del mercado cripto. La propiedad del token está concentrada principalmente en dos empresas vinculadas al entorno empresarial de Trump: CIC Digital LLC, que forma parte de su conglomerado Trump Organization, y Fight Fight Fight LLC, asociada también a CIC Digital. Estas compañías juntas poseen alrededor del 80% del total del suministro de 1.000 millones de tokens.
La mayoría de estas monedas están bloqueadas y se irán liberando gradualmente hasta 2028. Un primer desbloqueo reciente entregó 40 millones de tokens valorados en aproximadamente 454 millones de dólares a CIC Digital, un movimiento que fue observado de cerca por la comunidad financiera. Según un análisis publicado en marzo de 2025 por Financial Times, se estima que el proyecto memecoin de Trump ha generado al menos 350 millones de dólares. De esa cifra, 314 millones provinieron de la venta de tokens y otros 36 millones de dólares se recaudarían por concepto de comisiones. Esta revelación ha provocado críticas severas, incluso desde miembros de su propio partido, como las senadoras republicanas Cynthia Lummis y Lisa Murkowski, quienes criticaron la oferta de Trump de una cena exclusiva para los principales tenedores del token, destacando preocupaciones éticas.
En la mencionada entrevista, Welker preguntó a Trump si consideraría donar cualquier ganancia obtenida a través del memecoin, ya que él mencionó que planea devolver su salario presidencial al gobierno. La respuesta de Trump fue curiosa y evasiva. Indagó retóricamente si debería hacer lo mismo con sus propiedades inmobiliarias, sugiriendo que no ve razón alguna para ceder ganancias obtenidas por aumentos en sus activos privados durante su presidencia. Esta postura ha reforzado la percepción de que hay una falta de claridad sobre la separación entre sus negocios personales y su función pública. Por otra parte, Trump aprovechó la entrevista para reiterar su visión sobre la importancia de las criptomonedas en la economía global.
Puso especial énfasis en la competencia que representa China en este campo, afirmando que si Estados Unidos no abraza la tecnología cripto, terminará siendo dominada por ese país asiático. Según él, la regulación y el apoyo estadounidense al desarrollo de criptomonedas es clave para mantener la supremacía tecnológica y económica. Esta posición también fue comentada posteriormente durante una breve declaración frente a periodistas en el césped sur de la Casa Blanca, donde defendió que el manejo del sector cripto debe mantenerse alejado del control chino para evitar que esa nación tome ventaja, comparándolo con otros sectores industriales, incluyendo la inteligencia artificial. No obstante, hay una ironía particular en las palabras de Trump. Afirmó que el expresidente Joe Biden había demostrado una postura inicial hostil contra las criptomonedas, pero habría cambiado su estrategia para atraer el voto del sector cripto.
Cabe aclarar que Biden no compitió contra Trump en las últimas elecciones, sino que fue Kamala Harris quien estuvo en la boleta como vicepresidenta de la administración anterior. Esto refleja una narrativa algo confusa y apunta a la necesidad de un discurso más coherente sobre la política cripto en Estados Unidos. A nivel legislativo y regulatorio, la presencia de Trump en el escenario de las criptomonedas ha elevado las sospechas sobre posibles conflictos de interés y la influencia que pudiera tener su posición para flexibilizar normativas que favorezcan su emprendimiento digital. Expertos en ética política y regulatoria han expresado preocupación ante la posibilidad de que su memecoin funcione no solo como un producto financiero, sino también como un instrumento de promoción política y generación de ingresos paralelos, circunstancias que complican la transparencia y la equidad del mercado. Los ecos de esta controversia llegaron incluso a la prensa internacional y portales especializados en criptomonedas, donde se analizan las consecuencias que puede tener la participación de figuras políticas en proyectos cripto.