En octubre del año pasado, decidí adentrarme en el mundo de las criptomonedas realizando dos inversiones significativas: $5,000 en Shiba Inu y otros $5,000 en EverGrow. Mi intención era diversificar mi portafolio y explorar las oportunidades que estos activos digitales estaban ofreciendo en un mercado volátil y en constante evolución. A medida que han pasado los meses, he aprendido valiosas lecciones sobre la inversión en criptomonedas y la volatilidad del mercado. Para entrar en contexto, Shiba Inu es conocido como un "memecoin", que ganó popularidad el año pasado tras el éxito de Dogecoin. La comunidad detrás de Shiba Inu ha crecido rápidamente, y el token ha experimentado un aumento meteórico, llevando a algunos inversores a obtener ganancias extraordinarias.
Sin embargo, cuando decidí comprar, lo hice en un momento en que el entusiasmo general había comenzado a enfriarse. Compré Shiba Inu a un precio de $0.00002264 y, aunque no me considero un maximalista de cripto, la idea de HODL (Hold On for Dear Life) me atrajo. Al momento de escribir este artículo, la moneda ha caído un 87% desde su punto más alto, y mi inversión original se ha reducido a aproximadamente $2,490. Por otro lado, también decidí invertir en EverGrow, un token de menor capitalización que prometía un enfoque innovador al proporcionar ingresos pasivos a través de un sistema de recompensas.
La peculiaridad de EverGrow es que tiene un impuesto de transacción del 14%, de los cuales un 8% se redistribuye a todos los poseedores del token en forma de BUSD, una stablecoin vinculada al dólar estadounidense. A través de esta estructura, he logrado generar un ingreso significativo sin necesidad de vender mis activos. A medida que continuaba HODLando ambas monedas durante 10 meses, la diferencia en los resultados entre Shiba Inu y EverGrow se volvió notable. Mientras que la inversión en Shiba Inu estaba cada vez más en números rojos, mi inversión en EverGrow comenzó a dar frutos. A pesar de estar en un mercado bajista, he logrado recuperar mis $5,000 iniciales de EverGrow y además ganar $12,800 en recompensas en BUSD.
Esto se traduce en recibir diariamente pequeños montos de stablecoin en mi billetera de criptomonedas, un alivio en medio de la incertidumbre del mercado. La clave del éxito con EverGrow radica en su sistema de recompensas. Cada vez que alguien compra o vende el token, parte de esa transacción se redistribuye a los poseedores. Esto significa que, independientemente de la fluctuación del precio del token, el ingreso pasivo sigue creciendo. He aprendido a valorar este tipo de mecanismos en momentos en que el precio de los activos cae, permitiéndome ganar BUSD y sostener mi cartera mientras espero una posible recuperación del mercado.
La experiencia con Shiba Inu ha sido, en cierta medida, una lección valiosa en lo que respecta a la gestión de expectativas. Al principio, me dejé llevar por el entusiasmo y las historias de quienes compraron Shiba Inu por cantidades ínfimas y se convirtieron en millonarios. Sin embargo, esta no ha sido mi experiencia. Al mantener mi inversión durante un año, he comprendido que los mercados son cíclicos y que las tendencias pueden cambiar rápidamente. Durante mi tiempo invirtiendo, también he aprendido a ser más estratégico.
Lecciones como controlar los indicadores de precios y observar los momentos oportunos para comprar han sido fundamentales para ajustar mis decisiones. Decidí no vender Shiba Inu porque creía en su potencial a largo plazo, pero la realidad del mercado me ha hecho reconsiderar mi enfoque. En julio de este año, mientras observaba las fluctuaciones del mercado, estaba claramente en una fase de reflexión. A pesar de los desafíos y las pérdidas, he seguido comprando más tokens de EverGrow a precios muy bajos. Actualmente, el precio de EverGrow es de aproximadamente $0.
0000001583, lo que me permite adquirir mucho más con mi inversión. Esto podría dar sus frutos si el mercado experimenta una recuperación en el futuro. El potencial de EverGrow es prometedor, sobre todo porque la comunidad detrás de esta moneda tiene grandes planes para el futuro. Entre las iniciativas, se encuentran el desarrollo de una plataforma de juegos en la nube y un mercado de NFTs que han atraído la atención de muchos. Además, el equipo de EverGrow ha logrado quemar más de la mitad de su suministro inicial, lo que podría contribuir a aumentar el valor de los tokens en circulación en el futuro.
Respecto a Shiba Inu, no todo ha sido negativo. La comunidad ha estado trabajando en proyectos interesantes, como su propia metaverso y un juego de cartas coleccionables. Sin embargo, la vorágine de noticias no ha ocultado el hecho de que el precio del token ha sufrido un golpe considerable. A pesar de ello, mantengo mi inversión, con la esperanza de que la comunidad y los desarrolladores lograrán revivir el interés por Shiba Inu. En conclusión, mi experiencia al invertir en Shiba Inu y EverGrow ha sido un viaje de aprendizaje.
He visto cómo una inversión puede desvanecerse rápidamente y cómo, al mismo tiempo, otra puede mostrar un crecimiento inesperado. La clave para mí ha sido diversificar y no perder la fe en las oportunidades que presentan monedas innovadoras como EverGrow. Aunque el camino ha sido incierto, continúo optimista sobre el futuro del criptoespacio y estoy listo para aprovechar cada nueva oportunidad que surja en el camino. Al final del día, mi historia no es una recomendación de inversión, sino un relato personal sobre las lecciones que he aprendido en el mundo de las criptomonedas. Como siempre, es fundamental investigar y entender los riesgos antes de involucrarse en este emocionante pero volátil universo.
A pesar de los altibajos, estoy decidido a mantenerme informado y adaptarme a las circunstancias cambiantes para tomar decisiones más inteligentes en el futuro.