En abril de 2025, la inflación anual en México mostró un ligero incremento según una encuesta realizada por Reuters entre analistas económicos, sin embargo, permaneció dentro del rango meta establecido por el Banco de México (Banxico). Este comportamiento de los precios refuerza la expectativa de que la autoridad central pueda continuar con la reducción gradual de su tasa de interés de referencia, con el fin de fomentar un entorno económico más favorable para el crecimiento y la estabilidad. El sondeo llevado a cabo entre 16 especialistas económicos indicó que la tasa de inflación general anual probablemente ascendió a 3.90% en abril, en comparación con el 3.80% registrado en marzo.
Esta cifra se mantiene dentro del rango objetivo del banco central, que es de 3% ± 1 punto porcentual. La importancia de mantener la inflación dentro de este rango radica en la estabilidad que aporta al poder adquisitivo de los consumidores, la confianza de los inversores y la planificación financiera de las empresas y hogares mexicanos. Además del índice general, la inflación subyacente o núcleo, que excluye precios especialmente volátiles como los de alimentos y energía, también evidenció una aceleración en abril, pasando de 3.64% a 3.92%.
Esta medida se considera un indicador más representativo de las tendencias inflacionarias subyacentes y es un foco principal para el análisis de Banxico. En el mes de abril, los precios al consumidor mostraron un alza mensual estimada de 0.30%, mientras que la inflación subyacente creció aproximadamente 0.47%. Estos incrementos mensuales revelan una tendencia suave y controlada que está siendo monitoreada estrechamente por el banco central para ajustar sus políticas monetarias de manera oportuna.
La decisión reciente del Banxico de recortar su tasa de interés de referencia en 50 puntos base a principios de marzo, dejándola en 9%, refleja la confianza en que la inflación está contenida en un marco que permite estimular la economía sin desencadenar presiones inflacionarias desmedidas. El Consejo de Gobierno del banco ha manifestado su intención de continuar con esta política acomodaticia, siempre que las condiciones inflacionarias y económicas lo permitan. Si bien el crecimiento económico no es un mandato directo de Banxico, los analistas consideran que una perspectiva económica débil, afectada por tensiones comerciales internacionales y otros factores externos, puede influir en el banco a favorecer una política monetaria expansiva. En ese sentido, el crecimiento económico de México evitó una recesión técnica al mostrar un inesperado avance de 0.2% en el primer trimestre del año, luego de una contracción de 0.
6% en el trimestre previo. El gobierno mexicano proyecta un crecimiento para 2025 que oscila entre 1.5% y 2.3%, según un borrador del presupuesto presentado por la Secretaría de Hacienda. No obstante, los analistas del sector privado consultados por Banxico redujeron sus expectativas de crecimiento al 0.
20%, desde un 0.50% estimado anteriormente, y ajustaron ligeramente al alza su pronóstico inflacionario para fin de año a 3.8%, desde 3.7%. Esta ligera revisión a la alza en la inflación proyectada sugiere que aún existen factores que podrían ejercer presiones inflacionarias moderadas, posiblemente derivadas de incrementos en precios internacionales de materias primas o la volatilidad en los mercados financieros globales.
Sin embargo, la cifra mantiene la inflación dentro del rango saludable establecido por el banco central. El rol del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) es crucial en este contexto, ya que la publicación oficial de la inflación correspondiente a abril está programada para ser dada a conocer próximamente. Sus datos proporcionan la base para decisiones informadas tanto para las autoridades monetarias como para el público general. El efecto del entorno global en la inflación mexicana no puede ser subestimado. Las tensiones comerciales entre potencias económicas, la dinámica en los precios del petróleo, y las fluctuaciones en los costos de energía y alimentos a nivel internacional, afectan directamente los precios al consumidor dentro del país.
Por lo tanto, Banxico debe equilibrar sus políticas para contrarrestar presiones externas sin frenar el impulso económico interno. Desde una perspectiva práctica, una inflación controlada ofrece beneficios significativos para la población. Protege el valor de los salarios y las inversiones, fomenta la estabilidad en precios de bienes y servicios esenciales, y genera un clima propicio para la inversión y expansión empresarial. En contraste, una inflación alta o errática puede deteriorar el poder adquisitivo, aumentar la incertidumbre y desacelerar el crecimiento económico. En cuanto a las expectativas del mercado financiero, la tendencia observada favorece una continuidad en las reducciones de la tasa de referencia, siempre y cuando los datos inflacionarios no indiquen una presión persistente hacia niveles superiores al rango objetivo.
Esta actitud más acomodaticia en la política monetaria podría contribuir a dinamizar sectores productivos afectados por la desaceleración global y estimular la creación de empleo. El contexto actual también presenta desafíos especiales, ya que México pretende equilibrar estabilidad de precios con crecimiento económico sostenible frente a un entorno geopolítico cambiante y potencialmente volátil. La coordinación entre políticas monetarias, fiscales y el impulso a reformas estructurales será fundamental para mantener la economía mexicana en una senda favorable. Es importante destacar que la inflación no solo afecta la economía en cifras macroeconómicas, sino también tiene un impacto directo en el día a día de los ciudadanos. El aumento en los precios de alimentos, vivienda, transporte y servicios de salud suele ser el primer indicador que perciben las familias, por lo que las medidas de control inflacionario tienen un impacto social relevante.
El Banco de México, con su mandato claro de preservar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda, cuenta con herramientas y experiencia para actuar con rapidez ante posibles desviaciones. En ese sentido, la comunicación constante y transparente con el público y los mercados es vital para anclar las expectativas inflacionarias y fortalecer la credibilidad de la institución. En conclusión, el panorama inflacionario en México para abril de 2025 indica un ligero aumento manteniéndose dentro de los parámetros saludables que el banco central considera adecuados para la economía. Esta situación permite vislumbrar una continuidad en el ciclo de reducción de tasas de interés que busca reactivar el crecimiento económico sin sacrificar la estabilidad financiera. Con la publicación próxima de los datos oficiales por parte de INEGI y la reunión del Banxico programada para mayo 15, los ojos estarán pendientes de señales adicionales que confirmen si esta tendencia se sostiene o si será necesario un ajuste en las políticas para adaptarse a nuevas condiciones económicas.
En un contexto global en constante cambio, la capacidad de México para mantener la inflación controlada será clave para sostener la confianza y bienestar de sus ciudadanos.