En la década de los noventa, el mercado de sistemas operativos UNIX para computadoras PC-clon comenzó a consolidarse, ofreciendo múltiples alternativas para usuarios y desarrolladores interesados en aprovechar la potencia de UNIX en hardware accesible y económico. En 1994, la variedad de versiones UNIX disponibles para computadores estándar IBM y compatibles, comúnmente llamados PC-clones, se había diversificado considerablemente, abarcando desarrollos comerciales, freeware y versiones no derivadas del código original de AT&T. Esta guía basada en el análisis realizado por Eric S. Raymond y aportes de diversos usuarios ofrece una visión detallada de las opciones, características, compatibilidad y consideraciones generales para escoger la solución UNIX adecuada para PC en ese momento. Para aquellos que buscaban sistemas UNIX para 386 y 486, las principales opciones comerciales giraban alrededor del código base de System V Release 4 (SVr4), desarrollado originalmente por UNIX System Laboratories (USL) y ahora bajo Novell.
Distintos proveedores ofrecían versiones personalizadas de SVr4, con énfasis en soporte, mejoras específicas y herramientas añadidas. Entre estos estaban Univel (UnixWare 4.2), ESIX, Microport, UHC, Consensys y MST, cada uno con sus particularidades en cuanto a precios, niveles de licencia, paquetes de desarrollo y soporte técnico. SCO UNIX, por su parte, ofrecía una versión más basada en System V Release 3.2, aunque con extensiones propias y un amplio ecosistema de productos complementarios nuevos lanzados bajo el nombre de Open Desktop y Open Server en la versión 3.
0. SCO dominaba el mercado por volumen, especialmente entre usuarios comerciales, gracias a su reputación de estabilidad y facilidad de uso. Sin embargo, su código no estaba alineado con las especificaciones más recientes de SVr4, lo que generaba algunas incompatibilidades y críticas por parte de desarrolladores más técnicos. Desde el lado de BSD, Berkeley Software Design Inc. (BSDI) distribuía BSD/386, basado directamente en el código BSD del CSRG, que ofrecía compatibilidad nativa con estándar BSD y acceso completo a los fuentes del sistema, lo cual era muy valorado por desarrolladores interesados en la flexibilidad y conocimiento profundo del sistema operativo.
Adicionalmente, en 1994 Linux comenzaba a consolidarse como una alternativa freeware potente, liviana y comunitaria, especialmente con distribuciones comerciales como Yggdrasil Linux/GNU/X (LGX) y Soft Landing Software (SLS). Linux destacaba por incluir una amplia variedad de herramientas GNU y soporte para sistemas gráficos X11, demostrando que el software libre podía competir en funcionalidad y usabilidad. Las necesidades mínimas para ejecutar cualquiera de estas opciones incluían un mínimo de 4MB de memoria RAM y al menos 80MB de disco duro, aunque para un desempeño aceptable se recomendaban 8MB o más. La instalación generalmente requería unidades de disquete, cintas QIC o CD-ROM, siendo este último un medio que comenzaba a ganar popularidad por su capacidad para distribuir sistemas completos y actualizaciones de forma sencilla. Además, era fundamental contar con tarjetas gráficas compatibles VGA o superiores para aprovechar sistemas gráficos como X11 en sus distintas versiones.
A nivel de estándares, las implementaciones SVr4 adherían a diversas normas como ANSI C, POSIX, SVID y XPG, aunque SCO presentaba divergencias que afectaban la portabilidad de aplicaciones. BSD/386 y Linux ofrecían conformidad a estándares BSD o combinaciones híbridas con POSIX, lo que facilitaba cierto grado de interoperabilidad entre plataformas. Entre las herramientas comunes se encontraban compiladores, extensiones gráficas, y utilitarios para interoperar con sistemas DOS, aunque este soporte variaba considerablemente entre productos. Un aspecto crítico para la decisión de compra era la compatibilidad de hardware. Los sistemas SVr4 derivados del USG contaban con soporte amplio para controladores de discos duros IDE y SCSI convencionales, tarjetas de red Ethernet basadas en chipsets ampliamente difundidos y tarjetas gráficas VGA y SVGA.
Grupo especial atención merecían los controladores para tarjetas de sonido, ratones seriales y multilport, lectores de CD-ROM, y unidades de cinta. Esta compatibilidad se documentaba en tablas que ayudaban al usuario a validar su configuración particular antes de adquirir el software. Los precios variaban desde opciones gratuitas en el caso de Linux, hasta sistemas comerciales completos con soporte y documentación impresa que llegaban a costar varios miles de dólares. Algunos proveedores ofrecían versiones limitadas para uno o dos usuarios a precios mucho más bajos, permitiendo luego actualizaciones según la necesidad para sistemas multiusuario. En el apartado de soporte y actualizaciones, la mayoría de los proveedores incluía un período inicial para soporte telefónico gratuito, seguido de contratos anuales para mantenimiento y parches.
La calidad y rapidez del soporte era un factor determinante para muchas empresas y desarrolladores. Empresas como UHC y Microport tenían buena reputación por su contacto directo con desarrolladores técnicos, mientras que otras como Consensys debían mejorar su atención. Las herramientas gráficas, especialmente entornos X11 con diversas interfaces como Motif y Open Look, se constituían en un diferencial importante. SCO y BSDI ofrecían algunas de las implementaciones más completas, mientras Linux y Yggdrasil aún consolidaban su oferta gráfica con XFree86, un servidor X mejorado que ampliaba la compatibilidad de tarjetas gráficas y mejoraba el rendimiento. Para usuarios que querían maximizar el uso de sus sistemas o ahorrar costos, las soluciones freeware como BSD/386 y Linux atraían mucho interés debido a la inclusión completa de los códigos fuente y la posibilidad de aportar mejoras y parches.