El mercado de valores en Estados Unidos ha experimentado una semana espectacular, alcanzando niveles récord gracias a una combinación de factores económicos favorables y un cambio significativo en la política monetaria. Esta inesperada escalada, liderada por el S&P 500 y el Dow Jones, ha dejado a muchos inversores optimistas y ha renovado el interés en activos más arriesgados, incluyendo las acciones tecnológicas y el Bitcoin. Una de las principales razones detrás de este avance es la reciente decisión de la Reserva Federal de recortar la tasa de interés en medio punto porcentual. Después de un ciclo de aumentos agresivos que llevaron las tasas de interés a su nivel más alto en 23 años, este cambio ha sido interpretado por los mercados como una señal de que las condiciones económicas están mejorando. Los analistas creen que esto podría facilitar el acceso al crédito y estimular el crecimiento económico, lo que es un catalizador poderoso para los mercados financieros.
La reacción de los inversores ha sido inmediata. El S&P 500 ha cerrado en 42 ocasiones en niveles récord durante 2024, mientras que el Dow Jones ha establecido 32 nuevos máximos este año. Esta tendencia se ha visto acompañada por un aumento en las acciones tecnológicas, que han sido impulsadas por resultados impresionantes de empresas como Micron y Tesla. De hecho, las acciones de Nvidia, Tesla y Meta Platforms han visto incrementos significativos. La atracción de estos activos se ve reforzada por el optimismo en torno a un entorno de bajas tasas de interés que favorece la inversión en tecnología.
Los datos económicos recientes también han alimentado este optimismo. El índice de precios de consumo personal, que es el indicador de inflación preferido por la Reserva Federal, mostró un aumento del 2.2% en la comparación interanual. Esta cifra es alentadora, ya que representa una desaceleración respecto al 2.5% de julio y se aproxima al objetivo del 2% que la Fed ha establecido.
Resultados económicos positivos como este generan confianza en la capacidad del banco central para equilibrar el control de la inflación sin provocar una recesión. Además, el Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos creció a un ritmo sólido del 3% en comparación con el año anterior, el mejor resultado en meses. Expertos en economía como Gregory Daco, de EY, han señalado que la situación actual podría interpretarse como un “aterrizaje suave”, donde la inflación disminuye sin que la economía entre en recesión. Este concepto ha ofrecido a los inversores una narrativa optimista sobre la estabilidad económica futura. El mercado hipotecario también ha experimentado una reacción positiva.
La tasa promedio de una hipoteca a 30 años ha descendido a su nivel más bajo desde septiembre de 2022, brindando alivio a muchos estadounidenses en un mercado de vivienda complicado. Los datos revelan que las solicitudes para refinanciar hipotecas aumentaron un 20% la semana pasada, lo que indica que los consumidores están aprovechando las condiciones más favorables para reestructurar sus deudas. En el frente internacional, las acciones en China también han registrado un fuerte aumento, estimuladas por nuevas medidas del banco central chino para revivir su economía en dificultades, incluyendo recortes en las tasas de interés. Esta sinergia entre la economía de Estados Unidos y las políticas en otras naciones también ha contribuido a un sentimiento positivo en los mercados globales. Sin embargo, no todo ha sido optimismo.
Los precios del petróleo han registrado un descenso, lo que refleja un temor a la inflación en otras áreas. El precio promedio de la gasolina en EE. UU. se sitúa en torno a los $3.21, mientras que informes anónimos sugieren que Arabia Saudita podría abandonar su objetivo de precios de $100 por barril, lo que añade un nivel de incertidumbre a las proyecciones del mercado.
A pesar de estos retos, el entorno general se inclina a favor de los activos de riesgo. El índice de miedo y avaricia de CNN, que apunta a la psicología del inversor, ha mostrado una lectura de “avaricia”, sugiriendo que los inversores están cada vez más dispuestos a asumir riesgos en busca de mayores rendimientos. Este indicador psicológico puede ser uno de los motores detrás de la continuación de esta racha en los mercados. Los ojos ahora se centran en el informe de empleo de septiembre, que se publicará el próximo viernes. Se estima que el empleo habrá aumentado en 142,000 puestos, lo que marcaría una mejora respecto a la decepcionante cifra de julio.
La tasa de desempleo también se espera que baje al 4.2%. Esta información será crucial, ya que la Reserva Federal está poniendo un alto enfoque en mantener un mercado laboral saludable mientras ajusta su estrategia para afrontar la inflación. En conclusión, la actual racha en el mercado de valores es un fenómeno alimentado por una combinación de recortes de tasas, datos económicos sólidos y un claro optimismo de los inversores. A medida que el mercado continúa adaptándose a las nuevas condiciones, es evidente que el ciclo de crecimiento en el que nos encontramos está recibiendo un sólido respaldo de la política monetaria y un entorno macroeconómico favorable.
Los inversores deben mantenerse atentos a futuras noticias económicas y políticas que puedan influir en este optimismo. Mientras tanto, aquellos que han diversificado sus activos y han estado dispuestos a asumir riesgos están siendo recompensados en esta emocionante fase del mercado.