En el mundo de la aviación, la seguridad siempre ha sido una prioridad fundamental. En 2019, la empresa italiana Curti Costruzioni Meccaniche dio un paso importante al integrar un sistema de paracaídas balístico en su helicóptero Zefhir, un modelo biplaza y propulsado por un motor de turbina. Este desarrollo representa un hito en la industria, ya que se trata de la primera vez que un paracaídas de este tipo ha sido adaptado con éxito para un helicóptero, proponiendo una solución innovadora para aumentar la seguridad de los pilotos y ocupantes durante situaciones críticas. Tradicionalmente, los helicópteros dependen de una maniobra llamada autorrotación para sobrevivir a fallos de motor o emergencias en vuelo. La autorrotación permite que las palas del rotor principal sigan girando gracias al flujo de aire ascendente, posibilitando un descenso controlado y un aterrizaje relativamente seguro.
Sin embargo, esta técnica es exigente y requiere que el piloto tenga habilidad y experiencia para ejecutarla correctamente bajo presión. La introducción del paracaídas balístico en el Zefhir ofrece una alternativa suplementaria para momentos en que la autorrotación no pueda realizarse, por ejemplo, por condiciones adversas o falta de tiempo para desplegarla. El diseño y la instalación del paracaídas balístico en un helicóptero presentan desafíos únicos especialmente debido a la presencia constante del rotor principal girando sobre la cabina. Para evitar daños y asegurar un despliegue limpio y eficaz, el equipo de Curti decidió montar el sistema directamente sobre el rotor principal, empleando una caja especial no rotatoria que se conecta al fuselaje a través de un eje fijo dentro del mástil del rotor. Este enfoque elimina elementos móviles complejos como anillos deslizantes y reduce la exposición a condiciones atmosféricas que podrían afectar la fiabilidad en momentos críticos.
Durante el desarrollo, Curti colaboró estrechamente con PBS Velká Bíteš, fabricante del motor turbina, y Junkers Profly, líder europeo en sistemas de rescate con paracaídas balísticos. La colaboración permitió determinar el tamaño adecuado del paracaídas y la potencia del cohete balístico necesario para desplegarlo rápidamente, considerando que el Zefhir pesa aproximadamente 700 kilogramos. El sistema fue sometido a una rigurosa fase de pruebas que culminó con una demostración remota el 22 de junio de 2018 en el aeropuerto de Oristano-Fenosu, en la isla de Cerdeña, Italia. En este ensayo, el paracaídas se desplegó desde una altitud de 300 metros y a una velocidad de 30 nudos. En tan solo seis segundos la canopea se abrió completamente, logrando reducir la velocidad de descenso del helicóptero de 23 metros por segundo a solo 7,5 metros por segundo, una tasa equilibrada para aumentar considerablemente la probabilidad de supervivencia de los ocupantes.
Un dato crucial que el equipo tomó en cuenta fue detener la rotación del rotor antes de liberar el paracaídas. Esto se hizo para evitar turbulencias que pudieran retrasar o entorpecer la apertura de la canopea, así como para minimizar el riesgo de lesiones por las palas giratorias durante el impacto. A pesar de que el avión rodó al tocar tierra debido al viento, la estructura del paracaídas protegió eficazmente a los ocupantes, cumpliendo con los parámetros de seguridad establecidos en pruebas de choque tanto en la industria aeronáutica como automotriz. El desarrollo del sistema enfrentó numerosos retos, desde el diseño del mecanismo hasta la creación de una versión no tripulada del Zefhir para realizar pruebas seguras del paracaídas. Para ello, Curti trabajó con la Facultad de Ingeniería Aeroespacial de la Universidad de Bolonia, integrando un sistema de control remoto que replicaba las condiciones reales de vuelo sin poner en riesgo a pilotos durante la fase experimental.
A pesar de que hasta ahora el paracaídas solo ha sido probado en condiciones controladas, Curti está convencido de que podrá desplegarse efectivamente a partir de alturas tan bajas como los 150 metros e incluso a altitudes inferiores si la aeronave tiene velocidad hacia adelante, ampliando así el margen de seguridad en situaciones de emergencia. Esto es especialmente relevante para pilotos recreativos o principiantes que pueden no dominar completamente la autorrotación. La integración del paracaídas implica también consideraciones sobre el peso y la aerodinámica del helicóptero. La versión prototipo pesa alrededor de 20 kilogramos y está fabricada con una caja de aluminio, pero el objetivo es reducirlo usando materiales compuestos similares a los utilizados en el fuselaje. Hasta el momento, las pruebas preliminares sugieren que la influencia en el manejo del aparato será mínima, un factor clave para la aceptación y éxito comercial de esta tecnología.
Además del sistema de paracaídas, el Zefhir ofrece otras características modernas como un motor de turbina, palas de rotor compuestas y un diseño con características resistentes a impactos, incluyendo asientos y tren de aterrizaje reforzados. Curti apunta a cumplir con las regulaciones de la Agencia Europea de Seguridad Aérea para pequeñas aeronaves de rotor (CS-27), equivalente a las normas de la FAA en Estados Unidos, en busca de eventual certificación formal. Aunque inicialmente se comercializará como un kit para aficionados y constructores particulares, la innovación del paracaídas balístico promete atraer a un público mayor, especialmente a aquellos que buscan una opción más segura para su disfrute del vuelo recreativo. Según el director de estrategia de Curti, Mirco Cantelli, este sistema no reemplaza ni intenta sustituir la autorrotación —que sigue siendo la maniobra de emergencia principal—, sino que ofrece una alternativa vital cuando dicha maniobra no sea posible. La incorporación del paracaídas balístico en el Zefhir abre el camino para futuras aplicaciones en otros modelos de helicópteros, lo que podría transformar la seguridad en el sector, disminuir fatalidades y daños materiales, y ofrecer tranquilidad a pilotos que, muchas veces, cuentan con experiencias limitadas en vuelo.
La iniciativa de Curti ha sido recibida con entusiasmo en la comunidad aeronáutica, con expectativas de que este avance se convierta en un estándar para vuelos ligeros y recreativos. En resumen, el trabajo realizado por Curti en el Zefhir destaca como un ejemplo de innovación impulsada por la seguridad y la colaboración internacional. A través de un enfoque centrado en la ingeniería de precisión, pruebas rigurosas y un compromiso con la mejora continua, la empresa italiana ha desarrollado un sistema que podría marcar un antes y un después en la forma en que los helicópteros enfrentan emergencias en vuelo. El paracaídas balístico no solo representa una novedad tecnológica, sino una verdadera promesa de salvar vidas en un sector donde cada segundo y cada decisión cuenta.