El sector ferroviario del Reino Unido está experimentando un cambio significativo debido a la preocupante escasez de conductores de tren que amenaza la eficiencia y la confiabilidad del sistema de transporte público. Ante esta situación, el gobierno ha tomado la decisión innovadora de reducir la edad mínima para conducir trenes de 20 a 18 años, abriendo una oportunidad única para los jóvenes que desean desarrollar una carrera en la industria ferroviaria. Esta medida responde directamente a un problema creciente: el 87% de las cancelaciones de trenes realizadas la noche anterior se atribuyen a la ausencia de conductores disponibles. La falta de personal activo ha debilitado la capacidad operativa de diversas empresas ferroviarias, generando retrasos y molestias entre los usuarios diarios del transporte público. Actualmente, la edad promedio de los conductores de tren en el Reino Unido es de 48 años, lo que significa que aproximadamente un 30% de ellos alcanzará la edad de jubilación para 2029.
Este dato indica una probable agudización de la crisis de personal en el corto y medio plazo si no se toman medidas preventivas. El Departamento de Transporte (DfT, por sus siglas en inglés) llevó a cabo una consulta previa en la cual la industria expresó un fuerte respaldo a la iniciativa de bajar la edad mínima de ingreso al oficio. La decisión también encuentra referencia en experiencias de otros países europeos como Francia, Alemania, los Países Bajos y Suiza, que ya han implementado políticas similares con éxito, demostrando que los jóvenes de 18 años pueden desempeñarse de forma segura y eficiente en este rol tan demandante. Desde 2007, Transport for London ya había abierto programas de aprendizaje para conductores del metro a jóvenes de 18 años, lo que contribuyó positivamente a la operación y a la incorporación de talentos jóvenes en el sector. Ahora, esta experiencia se amplía para incluir el manejo de trenes en la red ferroviaria nacional, lo que representa un gran paso en la modernización y adaptación a las necesidades contemporáneas del transporte.
La formación para conductores de trenes principales suele durar entre uno y dos años, durante los cuales los aspirantes aprenden tanto aspectos técnicos como de seguridad y atención al cliente. A pesar de la reducción en la edad mínima de ingreso, los estándares de evaluación y calificación permanecerán estrictamente invariables, garantizando que todos los conductores, sin importar su edad, estén altamente capacitados para desempeñar sus responsabilidades. La asociación del gremio de conductores, la unión Aslef, ha apoyado la medida destacando que muchos jóvenes que finalizan sus estudios a los 18 años optan por trabajar en otros sectores debido a que no podían comenzar su carrera en el ferrocarril hasta cumplir los 20 años. Esta modificación legislativa permitirá atraer este talento joven y mantener la vitalidad y sostenibilidad del sector ferroviario. Heidi Alexander, la Secretaria de Transporte, declaró que esta acción busca “asegurar el futuro del ferrocarril”, eliminando retrasos y cancelaciones originadas por la falta de conductores y haciendo más eficiente el servicio para los millones de usuarios que dependen diariamente de este medio de transporte.
Además, se prevé que nuevas vacantes y oportunidades de aprendizaje puedan abrirse a finales del 2025, incentivando a los jóvenes no solo a ingresar al sector, sino también a desarrollar una carrera estable y con posibilidades de crecimiento profesional. El reto de la escasez laboral en el sector de conducción de trenes es un reflejo de problemas similares que enfrentan otros sectores industriales en países avanzados, donde la edad promedio de la fuerza laboral se eleva y las nuevas generaciones muestran preferencias cambiantes respecto a sus trayectorias profesionales. La iniciativa británica puede ser un modelo a seguir para otras naciones confrontadas con desafíos similares, demostrando que con planes de formación adecuados y políticas inclusivas es posible renovar y fortalecer sectores críticos para la economía y la movilidad. En resumen, la decisión de permitir que jóvenes de 18 años conduzcan trenes es un paso estratégico para enfrentar la escasez de conductores en el Reino Unido. Esta medida no solo responde a una necesidad urgente, sino que también abre paso a una nueva generación de profesionales ferroviarios que garantizarán la calidad, seguridad y eficiencia del transporte ferroviario en los próximos años.
La combinación de formación riguroza y apoyo institucional permitirá que estos jóvenes conducentes desempeñen un papel fundamental en la transformación del sector, adaptándolo a los desafíos del siglo XXI.
