¿Cuándo deben los estudiantes optar por un seguro de salud propio? La vida universitaria es un emocionante capítulo en la vida de muchos jóvenes. Este período está lleno de descubrimientos, amistades y, sí, desafíos. Uno de estos desafíos puede surgir en la forma de la necesidad de un seguro de salud adecuado. Aunque muchos estudiantes pueden permanecer cubiertos por el seguro de salud de sus padres, hay momentos críticos en los que deberán considerar la opción de contratar su propio seguro. Aquí, exploramos cuándo y por qué los estudiantes deben tomar esta decisión.
En muchos países, los padres pueden incluir a sus hijos en su seguro de salud hasta que cumplen 25 o incluso 27 años, dependiendo de la legislación local. Durante este tiempo, los estudiantes deben presentar anualmente una prueba de su condición de estudiante. Esto incluye, por lo general, una confirmación de matrícula y una prueba de que están asistiendo a un mínimo de créditos. Sin embargo, hay una serie de circunstancias que pueden resultar en la pérdida de esta cobertura familiar. Uno de los factores más comunes que obligan a un estudiante a buscar un seguro de salud por su cuenta es el cambio de estatus académico.
Por ejemplo, si un estudiante decide cambiar de carrera, sus créditos pueden verse afectados. Si no se mantiene el mínimo requerido por el seguro de los padres, esta cobertura podría ser cancelada, dejando al estudiante vulnerable a gastos médicos imprevistos. Aquí es donde entra en juego la vital importancia de tener un seguro de salud propio. Además, el paso de la educación secundaria a la universitaria a menudo incluye mudanzas a nuevas ciudades o incluso países. Esto puede presentar nuevos desafíos en términos de acceso a la atención médica, especialmente si los estudiantes se trasladan a un lugar donde el sistema de salud es diferente.
Recibir atención médica sin un seguro adecuado puede resultar costoso y estresante, por lo que es aconsejable considerar la auto-seguro en estos casos. El costo del seguro de salud puede ser una preocupación significativa para muchos estudiantes, que a menudo enfrentan restricciones financieras. En algunos lugares, existen opciones de seguros diseñadas específicamente para estudiantes, que ofrecen tasas reducidas y cobertura adecuada a un precio asequible. Por ejemplo, en 2024, el costo de un seguro de salud específico para estudiantes puede rondar los 69,13 euros mensuales, lo que podría ser un pequeño precio a pagar por la tranquilidad en caso de enfermedades o accidentes. Otro aspecto crítico a tener en cuenta es el tipo de trabajo que el estudiante puede estar realizando.
Muchos estudiantes optan por trabajos a tiempo parcial o proyectos de medio tiempo para ayudar a cubrir sus gastos. En muchos casos, estos empleos pueden considerarse "empleos de bajo umbral", o sea, que no superan una cierta cantidad de ingresos mensuales. Al trabajar, los estudiantes pueden optar por una auto-seguro que les proporcione beneficios adicionales en comparación con la cobertura familiar. Por ejemplo, los estudiantes empleados pueden beneficiarse de un seguro que incluya indemnizaciones por enfermedad y tiempo de espera para pensiones futuras. La ley también establece límites de ingresos para que una cobertura, en este caso un empleo de bajo umbral, permanezca activa.
Por ejemplo, si el ingreso mensual no excede 518,44 euros, una ujier de auto-seguro puede ser una opción viable. Este tipo de seguro permite que los estudiantes no solo mantengan una cobertura básica, sino que además acumulen tiempo para sus futuras pensiones. Sin embargo, la decisión de asegurarse de manera independiente no es solo cuestión de ahorrar dinero. La salud es un aspecto primordial en la vida, y el estrés asociado a la falta de cobertura puede afectar el rendimiento académico. Tener una póliza de seguro asegura que, si se produce un accidente o una enfermedad, los estudiantes puedan recibir atención médica sin preocuparse por los enormes costos que a menudo conlleva.
Esto puede llevar a una mejor experiencia universitaria y permitirles concentrarse en sus estudios y actividades extracurriculares. Para aquellos estudiantes que, de alguna manera, no puedan permanecer cubiertos por el seguro de salud de sus padres, hay opciones adicionales que pueden explorar. Por ejemplo, algunos países ofrecen seguros de salud a precios muy asequibles que son específicos para estudiantes. Estos seguros tienden a ofrecer coberturas adaptadas a las necesidades de los jóvenes, incluyendo consultas médicas, atención de urgencias, y, en algunos casos, el acceso a servicios de salud mental, que son vitales en el entorno universitario. Es importante que los estudiantes se informen sobre sus opciones de seguro de salud lo antes posible.
La planificación anticipada puede ayudarles a evitar sorpresas desagradables más tarde. Los estudiantes deben buscar información no solo sobre los costos, sino también sobre qué tipo de servicios están cubiertos y cuál es el proceso para acceder a esos servicios. Además, deben considerar la posibilidad de buscar asesoría de expertos en seguros o de organizaciones estudiantiles que puedan ofrecer información y recursos adicionales. Las consecuencias de no tener seguro de salud pueden ser devastadoras. Un accidente, una enfermedad repentina o la necesidad de atención médica especializada pueden llevar a miles de euros en deudas que, para un estudiante, son difíciles de manejar.