En un contexto mundial marcado por crecientes tensiones geopolíticas, un nuevo estudio ha revelado que una clara mayoría de los votantes probables en tres estados clave de EE.UU. considera que el país está al borde de una Tercera Guerra Mundial. Esta inquietante percepción, basada en una encuesta reciente realizada por el CATO Institute, ha resuena en un clima político donde las preocupaciones sobre la política exterior adquieren un protagonismo sin precedentes. La encuesta, que abarcó a votantes en los estados de Wisconsin, Michigan y Pennsylvania, mostró que un impresionante 59% de los votantes en Wisconsin opina que probablemente están cerca de una guerra a escala global.
En Michigan y Pennsylvania, los números son igualmente preocupantes, con el 54% y el 51% respectivamente compartiendo un sentimiento similar. Estas cifras iluminan un panorama donde la política exterior de EE.UU. está bajo fuego en medio de una creciente desconfianza hacia las decisiones estratégicas del gobierno. Un aspecto clave de la encuesta revela que una mayoría considerable en Wisconsin y Michigan, el 53% y el 52%, respectivamente, siente que Estados Unidos está "demasiado involucrado" en conflictos y asuntos globales.
En Pennsylvania, la cifra se mantiene alta, con un 50% de los votantes también expresando esta preocupación. Esto indica un clamor explícito por una reevaluación de la forma en que EE.UU. maneja su papel en el escenario internacional. Además, alrededor del 60% de los encuestados en los tres estados coincidieron en que la política exterior de EE.
UU. no prioriza los intereses americanos, lo que pone de relieve una desilusión generalizada hacia las estrategias implementadas en administración tras administración. Emma Ashford, investigadora principal en el Centro Stimson, un think tank centrado en la seguridad internacional, expresó que estos resultados son, en cierto modo, predecibles. "Reflejan hallazgos de otras encuestas en años recientes que indican que los votantes estadounidenses están insatisfechos con las elecciones de política exterior de EE.UU.
y desean un movimiento hacia un rol de 'liderazgo compartido'" en los asuntos globales. La voz de los votantes de los estados decisivos no parece ser un caso aislado en este contexto. Más llamativo es el hecho de que aproximadamente el 50% de los votantes en estos estados advirtieron que estarían menos dispuestos a votar por un candidato presidencial que no se alineara con sus puntos de vista sobre la política exterior, incluso si compartían opiniones en otros temas. Esta afirmación toma una gravedad adicional en el marco de la actual carrera presidencial, donde las encuestas colocan a la vicepresidenta Kamala Harris y al ex presidente Donald Trump en una competencia muy reñida. El aspecto de la política exterior se ha vuelto una cuestión de suma relevancia, en especial en un clima electoral tan ajustado.
Los votantes muestran una preferencia por Trump cuando se trata de política exterior, confiando en él más que en Harris por un margen de cuatro puntos en todos los estados encuestados. Este apoyo se traduce en una percepción de que Trump es más capaz de evitar que EE.UU. se involucre en guerras extranjeras. Al analizar la guerra entre Ucrania y Rusia, los votantes parecen tener un claro entendimiento de la importancia de dicho conflicto para la seguridad nacional estadounidense.
Sin embargo, también existe una notable discordancia sobre el nivel de apoyo militar y financiero que EE.UU. debería proporcionar a Ucrania. De acuerdo con la encuesta, al ser informados de que el gobierno estadounidense ya ha proporcionado 170 mil millones de dólares en equipo y ayudas a Ucrania, entre el 50% y el 57% de los votantes en los tres estados afirmaron que debería detener o reducir el apoyo adicional. Los temores de que el conflicto en Ucrania podría escalar hacia una guerra más amplia en Europa están latentes, ya que entre el 54% y el 63% de los encuestados creen que esto podría convertirse en una realidad.
Igualmente, en el conflicto reciente entre Israel y Hamas, alrededor del 80% de los votantes expresaron que el ataque de Hamas del 7 de octubre fue "inaceptable" y apoyaron un alto el fuego inmediato en Gaza. Aunque las preocupaciones por la política exterior están en auge, el deseo de los votantes de un rol más compartido en la vida internacional subraya una necesidad de cambio. La encuesta también puso de manifiesto que una mayoría de los votantes en Wisconsin, Michigan y Pennsylvania cree que EE.UU. debería adoptar un enfoque menos dominante y más colaborativo en sus relaciones globales.
Interesantemente, mientras que los votantes parecen favorecer la política exterior de Trump, también temen que su estilo de liderazgo podría llevar al país a una guerra mundial. Alrededor del 51% al 53% de los votantes en cada estado creen que Trump es más propenso a involucrar a EE.UU. en un conflicto global. Esta aparente contradicción podría residir en la percepción del juicio y la impulsividad de cada candidato.
Los votantes también se mostraron reacios a la intervención militar en Asia, especialmente en el caso de Taiwán. Un mínimo de entre el 1% y el 3% de los encuestados estarían dispuestos a enviar tropas estadounidenses si China interrumpiera sus capacidades comerciales, y apenas entre el 8% y el 9% apoyarían el envío de tropas en caso de una invasión china a Taiwán. Este índice revela un notable desinterés por la expansión militar en el extranjero, a pesar de que los votantes reconocen la importancia de cuestiones de seguridad relacionadas con Asia. En conclusión, la encuestad del CATO Institute no solo refleja las preocupaciones sobre la inminencia de un conflicto global, sino que también resalta el deseo de los ciudadanos estadounidenses por un cambio significativo en la dirección de la política exterior del país. La ansiedad por el estado actual de los asuntos internacionales se traduce en una relación cada vez más complicada entre el electorado y sus representantes políticos.
Con un clima electoral inminente y la política exterior emergiendo como un tema clave, los candidatos deben considerar cómo estos sentimientos reflejan las preocupaciones de los votantes mientras se preparan para un electorado cada vez más consciente y exigente.