El panorama político en Corea del Sur se encuentra en plena transformación a medida que se acercan las elecciones presidenciales previstas para junio de 2025. En este contexto, el apoyo a Lee Jae-myung, el candidato liberal de la oposición, ha experimentado un notable aumento, alcanzando un máximo en tres meses según la última encuesta de Gallup publicada el 11 de abril de 2025. Este incremento en su popularidad refleja un cambio en la percepción ciudadana que podría determinar el rumbo político y económico del país durante la próxima administración. Lee Jae-myung, líder del Partido Democrático (DP), ha consolidado una ventaja significativa sobre sus rivales conservadores, a la luz de acontecimientos recientes como la destitución del expresidente Yoon Suk Yeol. La salida de Yoon, causada por su controvertido intento de imponer la ley marcial, ha debilitado la imagen del partido gobernante, el Partido del Poder del Pueblo (PPP), cuyo respaldo ha descendido hasta el 30 por ciento mientras que el DP asciende a un 41 por ciento según el mismo sondeo.
Este cambio en el respaldo político implica un escenario favorable para las fuerzas progresistas que abogan por un modelo económico y social más equitativo. Lee Jae-myung, desde hace tiempo promotor de políticas de redistribución de la riqueza y defensor de un ingreso básico universal, ve ahora una oportunidad para captar un electorado más amplio al priorizar el crecimiento económico frente a su anterior énfasis en la justicia social. Este cambio de enfoque busca atraer a votantes indecisos que consideran la revitalización económica como la prioridad más urgente para Corea del Sur. El contexto socioeconómico del país actualmente presenta importantes desafíos. La economía surcoreana, fuertemente orientada a la exportación, ha sufrido un impacto considerable debido a la incertidumbre política y la guerra comercial que mantienen los Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump.
Asimismo, la abrupta decisión de Yoon Suk Yeol de declarar la ley marcial ha generado inquietud sobre la estabilidad y perspectiva económica en el corto y mediano plazo. En este sentido, el nuevo liderazgo está llamado a restaurar la confianza tanto interna como externa para fomentar el crecimiento y atraer inversiones. Además de la economía, la integración nacional emerge como una prioridad para los ciudadanos surcoreanos. La profunda división social y política que ha caracterizado los últimos años requiere un gobierno capaz de reconciliar posturas y promover la cohesión. El apoyo de Lee Jae-myung para impulsar un programa de políticas que fomente la unidad del país es un aspecto que puede ganar terreno en el electorado, especialmente después de la polarización generada por la crisis política reciente.
En materia de política exterior, Lee Jae-myung se ha mostrado dispuesto a adoptar una postura más conciliadora, especialmente hacia Corea del Norte. Esta aproximación busca relajar las tensiones y establecer un diálogo constructivo, mientras mantiene un equilibrio cuidadoso en las relaciones con potencias globales como Estados Unidos y China. A diferencia de su discurso anterior, ha moderado su crítica hacia Japón, evitando así confrontaciones diplomáticas que podrían afectar la estabilidad regional. El panorama conservador, por su parte, se muestra fragmentado y sin una figura que logre consolidar un liderazgo fuerte. Los candidatos que buscan encabezar el PPP, incluido Kim Moon-soo, exministro de Trabajo, junto con otros aspirantes como el exalcalde de Daegu Hong Joon-pyo, el alcalde de Seúl Oh Se-hoon y el exministro de Justicia Han Dong-hoon, enfrentan un proceso interno para definir su representante antes de la primaria programada para mayo.
La falta de unidad podría beneficiar aún más las aspiraciones de Lee y su partido. El crecimiento económico, considerado el principal tema para el electorado, junto con la necesidad de una integración nacional efectiva, están configurando las prioridades del próximo gobierno. Los resultados de las encuestas sugieren que una administración liderada por Lee Jae-myung tendría por delante el mandato de atender estos reclamos de la sociedad, con un Parlamento dominado por el DP que, al menos en la primera mitad del período presidencial, podría facilitar la aprobación de reformas. En conclusión, el aumento en el apoyo popular a Lee Jae-myung refleja no solo una posible transición política hacia un liderazgo más liberal en Corea del Sur, sino también un cambio en las exigencias y expectativas de la ciudadanía. Los surcoreanos parecen optar por un enfoque centrado en el crecimiento económico, la equidad social y la reconciliación nacional, en un momento en que el país enfrenta desafíos internos y externos significativos.
Estos elementos estarán decisivos para moldear el futuro político y económico de la nación, mientras se acerca una elección que podría redefinir el rumbo de Corea del Sur durante los próximos años.