La inclusión financiera es un desafío crucial en el mundo actual, donde miles de millones de personas siguen excluidas de los servicios financieros básicos. En este contexto, las monedas digitales emitidas por bancos centrales (CBDCs, por sus siglas en inglés) emergen como una solución innovadora con el potencial de transformar la forma en que interactuamos con el dinero y, a su vez, mejorar la inclusión financiera. Pero, ¿cómo pueden diseñarse estas monedas para maximizar su impacto en personas sin acceso a servicios bancarios? El diseño de una CBDC debe ser intencionalmente inclusivo. No se trata simplemente de digitalizar el dinero existente, sino de repensar la forma en que se ofrece el acceso financiero y qué características debe tener para ser verdaderamente accesible y útil. Para ello, es esencial adoptar un enfoque centrado en el usuario.
Esto significa considerar las necesidades, experiencias y limitaciones de aquellos que han sido tradicionalmente excluidos del sistema financiero, como las comunidades rurales, las personas con discapacidades y aquellos con niveles bajos de educación financiera. Uno de los elementos clave en este diseño es la "ventaja relativa". Para que una CBDC sea adoptada masivamente, debe ofrecer beneficios claros en comparación con las prácticas actuales. Por ejemplo, un sistema de pagos electrónicos que sea accesible, seguro y de bajo costo puede atraer a aquellos que deben lidiar con las altas tarifas y los retos de la infraestructura financiera convencional. Las características adicionales, como la posibilidad de realizar pagos sin conexión o la accesibilidad para personas con discapacidades, serían cruciales para lograr este objetivo.
El siguiente aspecto a considerar es la "compatibilidad". Los diseños de CBDCs deben alinearse con los valores y necesidades de sus potenciales usuarios. Esto implica un análisis profundo de las preocupaciones de seguridad, privacidad y facilidad de uso. Muchas personas que no han estado involucradas en el sistema financiero pueden sentirse intimidadas por componentes tecnológicos avanzados. Por lo tanto, las interfaces deben ser intuitivas y facilitar la comprensión, incluso para aquellos que tienen poca experiencia con herramientas digitales.
La "complejidad" también juega un papel fundamental. La educación financiera es esencial para el éxito de cualquier CBDC. Con un diseño intuitivo y accesible, y una educación clara sobre cómo usar las CBDCs, se puede reducir el riesgo de exclusión. Es vital que los procedimientos para acceder a estas monedas sean simples, eliminando barreras como requisitos de identificación complicados y asegurando que cualquier persona, independientemente de su nivel educativo, pueda realizar transacciones sin dificultad. La "capacidad de prueba" es otro criterio importante en el diseño de CBDCs.
Permitir a los usuarios probar las operaciones de CBDC en entornos controlados o en etapas piloto puede ser una manera efectiva de generar confianza y recoger comentarios esenciales para mejorar el sistema antes de su implementación total. Esto puede ayudar a identificar problemas prácticos y ajustar las características de la moneda para satisfacer mejor las necesidades de los usuarios. Además, contar con un mecanismo eficaz para reportar inconvenientes o experimentar amenazas puede aumentar la seguridad y la confianza del usuario en el nuevo sistema. Finalmente, la "observabilidad" es vital para que las CBDCs tengan un impacto real. Los resultados visibles del uso de una CBDC y su promoción son determinantes en la decisión de adoptar la nueva forma de dinero.
Ser completamente transparentes en cuanto a cómo funciona la CBDC, sus beneficios y los mecanismos de protección contra pérdidas o fraudes promoverá la confianza del público. Las reseñas de usuarios que compartan sus experiencias, así como campañas educativas, serán herramientas clave para aumentar la visibilidad y aceptación de CBDCs en la sociedad. Sin embargo, los responsables de la toma de decisiones, como los bancos centrales y los reguladores, deben enfrentar varios desafíos en el diseño e implementación de CBDCs. La regulación y la supervisión son esenciales para prevenir la exclusión financiera y mitigar riesgos, tales como la ciberdelincuencia y la protección de datos. Por ejemplo, el equilibrio entre una regulación menos estricta de las transacciones de bajo valor y la necesidad de prevenir actividades ilegales es un dilema significativo.
Las personas que operan en el sector informal podrían beneficiarse de un acceso más sencillo, pero esto también plantea el riesgo de que se utilicen estas estructuras para el lavado de dinero o la financiación del terrorismo. La capacidad de los países para implementar una CBDC efectiva dependerá de los recursos disponibles. Muchos países, especialmente en vías de desarrollo, carecen de la infraestructura tecnológica y del expertise necesarios para desarrollar y gestionar sistemas de CBDC complejos. La cooperación internacional, el intercambio de conocimientos y la asistencia técnica serán cruciales para abordar estas limitaciones. Otra cuestión importante es la gestión de los datos.
Las CBDCs generan una gran cantidad de información personal y transaccional, y su correcto manejo puede facilitar nuevas aplicaciones y optimizar sistemas de auditoría y control. Sin embargo, esto debe equilibrarse con la necesidad de proteger la privacidad de los usuarios y prevenir la pérdida de datos potencialmente irrevocable. Las soluciones deben incluir estructuras de gobernanza de datos claras, que aborden cómo se almacenará la información, quién tendrá acceso a ella y cómo podrán los usuarios gestionar sus propios datos. La reducción de tarifas es otra dimensión que debe ser considerada en el diseño de CBDCs. Si bien las tarifas bajas o incluso la gratuidad pueden ayudar a fomentar la inclusión, es necesario un modelo que garantice la sostenibilidad a largo plazo de la infraestructura.
Las CBDCs implican inversiones significativas en tecnología y educación, lo que sugiere que es necesario encontrar un equilibrio entre mantener tarifas accesibles y asegurar suficientes ingresos para el mantenimiento y la mejora del sistema. A medida que avanzamos hacia un futuro digital, se hace evidente que la adopción de CBDCs podría ser una respuesta valiosa para abordar la exclusión financiera global. El verdadero desafío radica en cómo se diseñan y se implementan estas monedas. Las decisiones de diseño que priorizan la accesibilidad, la simplicidad, la seguridad y la educación financiera pueden marcar una gran diferencia en la manera en que las personas interactúan con el dinero, ofreciendo un camino hacia una inclusión financiera más amplia y efectiva. La comunidad global está atenta al desarrollo de CBDCs, esperando que representen no solo una evolución monetaria, sino también una oportunidad para transformar la vida de millones de personas que aún se encuentran al margen del sistema financiero tradicional.
Las estrategias para abordar la inclusión financiera deben ser integradas y realizarse de manera colaborativa, considerando las realidades únicas de cada país y región. Así, el potencial de las CBDCs como vehículos de inclusión financiera puede ser realizado, contribuyendo al desarrollo económico y social a nivel mundial.