Los mercados globales están en constante movimiento, y esta semana, el pulso económico ha resonado con fuerza en las principales plazas financieras del mundo. Desde Wall Street hasta las bolsas europeas y asiáticas, los índices están siendo influenciados por una mezcla de resultados trimestrales, cambios en las políticas monetarias y expectativas electorales en los Estados Unidos. En primer lugar, Wall Street ha cerrado en verde, impulsado por un fuerte desempeño de Amazon que ha superado las expectativas del mercado. La gigante del comercio electrónico reportó ganancias sólidas, lo que ayudó a contrarrestar la decepcionante cifra de crecimiento del empleo en Estados Unidos para octubre. Mientras el índice S&P 500 se situó en 5,728.
80, en un aumento del 0.41%, sus pares, el Nasdaq y el Dow Jones, también siguieron esta tendencia positiva, con incrementos respectivos del 0.80% y 0.69%. Esta respuesta positiva de los mercados contrasta con la realidad de un crecimiento laboral que ha sido golpeado por recientes desastres naturales y huelgas que afectaron a varios sectores.
El entorno de incertidumbre en torno a la política económica también ha llevado a los inversores a preguntarse sobre el futuro de las tasas de interés, especialmente a medida que la Reserva Federal de EE. UU. continúa enfrentándose a la presión de estabilizar el crecimiento sin provocar inflación. En este contexto, la reciente valoración que muestra un "aterrizaje suave" para la economía ha proporcionado algo de alivio a los operadores del mercado, aunque la cautela es palpable. Mientras tanto, en Europa, el índice Euro STOXX 50 se incrementó en más de un 1% gracias a un fuerte rendimiento de los bancos, que lideraron la recuperación del mercado.
El FTSE 100 también registró una subida, impulsado por la mejora en las cifras de ventas de Reckitt Benckiser. Sin embargo, hay una sensación de vulnerabilidad, ya que se avecinan las elecciones estadounidenses, lo que podría influir en la dirección futura de las políticas económicas y en la confianza del mercado. Los mercados asiáticos, por otro lado, han enfrentado una presión diferente. El índice Nikkei 225 de Japón sufrió una caída significativa, cerrando con una disminución del 2.63%, lo que refleja la resistencia del mercado japonés a las presiones inflacionarias y a una economía global turbulenta.
La actividad fabril en Asia se ha estancado, y las cifras de ventas minoristas en Hong Kong han mostrado un descenso del 6.9%, lo que ha generado preocupación sobre la recuperación en la región. A pesar de los desafíos en Asia, hay signos de medidas proactivas por parte de varios gobiernos en la región. El gobierno chino ha comenzado a flexibilizar las reglas para las inversiones extranjeras en empresas cotizadas, una estrategia que podría inyectar capital fresco en su economía y ayudar a estabilizar su mercado financiero. Estas acciones son vistas como un intento de impulsar la confianza de los inversores y fortalecer el crecimiento económico en un periodo adverso.
En el ámbito de las materias primas, el petróleo ha tenido un desempeño mixto, con precios ligeramente en alza debido a temores sobre la inestabilidad en Irán, pero con una caída general en la semana. Los precios del oro también han mostrado ligeras caídas, mientras que otros metales como el cobre y los productos agrícolas se benefician de un leve aumento en la demanda. En cuanto a los criptomercados, la inestabilidad política parece estar impulsando un aumento en la inversión en fondos cotizados en criptoactivos, a medida que los comerciantes se preparan para la volatilidad que podría surgir alrededor de las elecciones en EE. UU. La influencia de la tecnología, especialmente en el sector de las criptomonedas y la inteligencia artificial, ha llevado a un aumento en el interés por la inclusión de nuevas empresas en índices como el Dow Jones, donde Nvidia está a punto de reemplazar a Intel, marcando un cambio significativo en el enfoque de los inversores sobre el futuro tecnológico.