HURACÁN MILTON DEJA A SU PASO DESTRUCCIÓN EN FLORIDA: 12 MUERTES REPORTADAS Y MILLONES SIN PODER Y AGUA En la mañana del 10 de octubre de 2024, los habitantes de Florida comenzaron a evaluar los estragos provocados por el huracán Milton, que dejó un rastro de destrucción a su paso. Con al menos 12 muertes confirmadas y millones de personas afectadas por cortes de energía y falta de agua, la comunidad se enfrenta a un arduo proceso de recuperación. El huracán Milton, que alcanzó la categoría 3 antes de tocar tierra en Sarasota, sorprendió a muchos con su intensidad y los daños significativos que causó. A pesar de que se temían peores efectos, el huracán se debilitó antes de su llegada a las costas de Florida, evitando un golpe directo en áreas claves como la bahía de Tampa. Sin embargo, su paso dejó una huella imborrable, evidenciada por los tornados que surgieron en varias comunidades.
Las tragedias ligadas al huracán comenzaron en el condado de St. Lucie, donde seis personas perdieron la vida debido a los tornados generados por el fenómeno meteorológico. En el condado de Volusia, se reportaron otros cuatro fallecimientos, incluidos dos víctimas de la caída de árboles sobre sus hogares. Las comunidades estaban llenas de temor y tristeza mientras se recopilaban detalles sobre los que habían perecido a raíz de este desastre natural. "Estamos muy tristes de ver cómo un tornado ha causado daños devastadores, incluyendo la pérdida de vidas", expresó el gobernador Ron DeSantis en una conferencia de prensa en Fort Pierce.
Las palabras de DeSantis resonaron con la angustia de los ciudadanos que vivieron el mosnstruo del huracán y los tornados que le siguieron. A pesar de las devastadoras consecuencias, muchos habitantes se mostraron agradecidos de que la tormenta no fuera más catastrófica. Las imágenes de comunidades afectadas mostraban calles inundadas, techos arrancados y edificios destrozados. El estadio Tropicana Field, hogar del equipo de béisbol Tampa Bay Rays, sufrió daños severos en su estructura, lo que llevó a su director a calificar la situación como "extremadamente grave". En Siesta Key, la isla turística que fue el punto de aterrizaje de Milton, los residentes comenzaron a regresar a sus hogares con un sentido de resignación, pero también de alivio por haber sobrevivido.
Las calles estaban cubiertas de escombros y evidencias del paso implacable de la tormenta. Scott Smith, dueño del popular bar Gilligan’s Island en la zona, reflejó los sentimientos de pérdida y esperanza en medio del caos. "Todo el mundo estaba preparado", comentó, mencionando cómo los residentes habían trabajado previamente para proteger sus propiedades. Sin embargo, el clima dejó claro que la limpieza no sería rápida ni fácil. A medida que se recolectaban datos sobre la magnitud del desastre, el director de la División de Manejo de Emergencias de Florida, Kevin Guthrie, indicó que se habían emitido aproximadamente 120 alertas de tornados a lo largo del estado.
En todos los informes, las comunidades afectadas compartían historias de rescate y desesperanza. Las primeras estimaciones de daños ascendían a entre 160 y 180 mil millones de dólares, lo cual destacaba la gravedad del desastre. En medio de esta cifra, más de 3.2 millones de clientes permanecían sin electricidad, lo que representaba cerca del 27% del estado. Las principales compañías de energía, como Duke Energy y Florida Power & Light, se encontraban en pleno proceso de restauración del servicio, aunque las condiciones del terreno, aún saturadas por un huracán anterior, complicaban los esfuerzos.
Las inundaciones en áreas costeras, particularmente en las comunidades entre Tampa y Fort Myers, preocuparon a las autoridades. La lluvia cayó incesantemente, convirtiendo la vida cotidiana en un desafío monumental. Los medios de comunicación locales mostraron imágenes desgarradoras de vecindarios completamente inundados, con autos varados y casas anegadas. A medida que los equipos de rescate comenzaron sus operaciones, se dirigieron a zonas donde se reportaban faltas de servicios básicos. Unos 107 residentes fueron rescatados de un centro de atención para mayores en el condado de Hillsborough, mientras los trabajadores de emergencias luchaban contra las intensas lluvias y el barro.
"La situación es crítica", dijo el jefe de bomberos de Miami, Robert Hevia. "Estamos haciendo un esfuerzo continuo para asegurar que las personas estén a salvo y recibir la ayuda necesaria". Aunque la fuerza del huracán había disminuido, sus efectos persistieron. Con el huracán debilitándose a una tormenta post-tropical, muchos en Florida aún coexistían con los peligros de la inundación. De acuerdo con el Centro Nacional de Huracanes, las bandas externas de tormenta continuaban generando condiciones inestables, lo que prometía un riesgo más prolongado de encharcamiento y desbordamiento de ríos.
Los informes de rescate continuaron en las horas posteriores al paso de Milton. Los ciudadanos estaban llamados a permanecer en casa para no interferir con los esfuerzos de rescate. Las autoridades instaron a todos a mantener la calma y seguir las indicaciones de las fuerzas de seguridad mientras el recuento de daños avanzaba. Con las cifras de fatalidades y daños aún sin definir completamente, los residentes luchan en medio del luto. Sin embargo, había un sentimiento palpable de resiliencia.
Mientras muchos se dirigían a refugios temporales y a las cercanías de sus hogares para evaluar daños, la comunidad Florida se unió en un acto de solidaridad. A medida que el sol se ponía tras las nubes, la perspectiva de la recuperación parecía un viaje largo, pero no imposible. Los floridanos son conocidos por su fortaleza ante la adversidad. "Estamos juntos en esto", decía uno de los voluntarios en un centro de acopio en Sarasota. La determinación de la comunidad de levantarse y recuperar lo que es suyo resuena en cada rincón afectado.
El huracán Milton, aunque lesivo, no solo fue una prueba de fuerza natural, sino también una oportunidad para que los floridanos demostraran su capacidad de unirse frente a la adversidad. Con una mirada hacia el futuro, el proceso de recuperación comenzará, con la esperanza de que la superación cree un mañana más fuerte y resiliente para todos.