En el dinámico y competitivo mundo de las criptomonedas, donde la innovación y la rapidez marcan el ritmo, sorprende que una institución con tantos años en el mercado como Grayscale Bitcoin Trust (GBTC) continúe ostentando un dominio tan sólido en términos de ingresos generados como fondo cotizado en bolsa (ETF) de Bitcoin durante 2025. Esta hegemonía va más allá de la simple acumulación de activos; detrás de su persistencia se encuentran factores estructurales profundos, comportamientos de inversores y estrategias financieras muy bien orquestadas. Desde sus orígenes en 2013, GBTC puso sobre la mesa una novedosa forma de invertir en Bitcoin regulado, brindando a los inversores acceso al criptoactivo sin necesidad de manejar carteras digitales ni enfrentarse a los riesgos de las exchanges no reguladas. Este modelo resultó revolucionario en su tiempo y permitió a miles de inversionistas institucionales y particulares posicionarse estratégicamente en una era aún temprana para el mercado cripto. El acontecimiento decisivo llegó el 11 de enero de 2024, cuando GBTC logró transformarse en un ETF al contado de Bitcoin tras ganar una batalla clave contra la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC).
Esta transición marcó un hito para el sector, pues la SEC reconoció que los ETFs pueden ofrecer menores costos operativos y un manejo fiscal más eficiente en comparación con los fondos tradicionales. Sin embargo, aun siendo un ETF, GBTC mantiene una estructura de tarifas notablemente alta, con una tasa de gastos que alcanza el 1.5%, hasta siete veces superior a la de algunos rivales clave como BlackRock's iShares Bitcoin Trust (IBIT), que tiene una comisión del 0.25%. Esta desproporción en tarifas se traduce en ingresos anuales que para GBTC llegan a los 268.
5 millones de dólares, cifra que supera los 211.8 millones generados en conjunto por todos los ETFs de Bitcoin al contado de Estados Unidos. Este escenario resulta paradójico dada la pérdida de activos bajo administración (AUM) que experimenta GBTC, con salidas de capital que superan los 18 mil millones de dólares desde principios de 2024. Las causas de esta fuga incluyen el atractivo que presentan los ETFs con tarifas más bajas y la disminución de un descuento histórico que tenía GBTC respecto a su valor neto del activo (NAV), un fenómeno que incentivó a muchos inversores a capitalizar esa brecha antes de que desapareciera. La fortaleza de GBTC en ingresos radica en su elevado nivel de tarifas aplicado sobre un considerable patrimonio, aun en descenso.
Este mecanismo genera una sólida fuente de ingresos que otros ETFs más baratos, aunque manejan más activos en conjunto, todavía no logran superar en términos absolutos. Pero esta ventaja es solo una pieza del complejo mosaico que explica el dominio de GBTC. Uno de los aspectos más importantes a considerar es la influencia que ejercen las fricciones fiscales sobre los inversores institucionales, empresas y familias con grandes carteras. Muchos mantienen posiciones en GBTC debido a las consideraciones tributarias que implica vender y mover capital hacia fondos con menores comisiones. Dado que muchos adquirieron sus participaciones a precios significativamente bajos en fases tempranas del mercado —con Bitcoins rondando apenas unos cientos de dólares— cualquier venta ahora genera altos impuestos sobre las ganancias de capital, que suelen ser gravadas alrededor de un 15 a 20%.
Estas barreras fiscales dificultan la rotación del capital y fomentan una fuerte inercia entre los inversores, quienes prefieren evitar eventuales pagos tributarios inmediatos a pesar de contar con opciones económicas más atractivas. En algunos casos, los inversores residen en vehículos con ventajas fiscales, como algunas cuentas de retiro, donde la posición en GBTC puede mantenerse sin activar eventos impositivos de corto plazo. Además, la tradición y la confianza juegan un papel fundamental en la retención de inversores. GBTC, al ser pionero y ofrecer un producto regulado desde hace casi una década, ha construido una reputación de seguridad y fiabilidad respaldada por custodios de renombre como Coinbase Custody. Muchos participantes del mercado, sean institucionales o retails, valoran la simplicidad de no tener que gestionar carteras digitales directamente y la legitimidad de operar a través de una entidad consolidada en bolsa.
La sensación de historia y robustez genera lealtad en segmentos específicos, amortiguando las pérdidas derivadas de la migración hacia productos nuevos y más baratos. Además, la disminución del descuento sobre el NAV en 2024, que pasó de cerca del 50% a casi cero, significó un ajuste que costó a inversores tácticos salir rápidamente del fondo, mientras que los inversores de largo plazo parecen encontrar un punto de equilibrio más sostenible. Este fenómeno ha llevado a Grayscale a implementar una estrategia de doble vía. Por una parte, mantiene su fondo principal GBTC con tarifas altas y una base sólida de activos que sigue generando ingresos sustanciales. Por otra, en marzo de 2025 lanzó el Grayscale Bitcoin Mini Trust, con una comisión mucho más baja de 0.
15%, buscando captar a aquellos inversores preocupados por costos, sin canibalizar el negocio principal. Aunque el Mini Trust ha captado influjos que superan los 168 millones de dólares, sus ingresos no se comparan con los del GBTC, que continúa dominando el espectro de ingresos en el mercado de criptomonedas institucionales. Esta estrategia dual permite a Grayscale retener a distintas categorías de inversores, equilibrando entre la preservación del negocio tradicional y la captación de nuevos capitales bajo modelos de bajos costos. Las cifras evidencian claramente cómo, a pesar de la evolución del mercado y la competencia agresiva de fondos como IBIT y FBTC, GBTC sigue siendo un gigante en términos de volumen y rentabilidad. Mientras BlackRock logró atraer miles de millones en nuevos activos rápidamente tras su lanzamiento y mantiene una dinámica sólida, no ha alcanzado a superar el volumen de ingresos que el modelo de tarifa alta de Grayscale sigue produciendo.
En definitiva, el dominio de Grayscale Bitcoin Trust en los ingresos de ETFs no es producto de la casualidad ni de una ventaja transitoria. Es el resultado de una conjunción compleja y balanceada entre historia, estrategia, comportamiento del inversor e infraestructuras fiscales vigentes que imposibilitan un desplazamiento inmediato. Mirando hacia adelante, el mercado de ETFs de Bitcoin al contado parece encaminado a seguir creciendo y diversificándose, con más jugadores poniendo sobre la mesa vehículos cada vez más económicos y eficientes. No obstante, la fortaleza sólida de GBTC continúa siendo un pilar en esta industria, un referente para inversores que valoran la experiencia, la estabilidad y la capacidad de generar ingresos mientras resisten los embates de fenómenos disruptivos. Este caso representa, en esencia, el escenario prototípico donde la innovación y la tradición coexisten, cada una moldeando el futuro del ecosistema digital.
La historia de Grayscale no solo es una lección de estrategia financiera y manejo de producto, sino también un espejo de cómo las complejidades fiscales y psicológicas pueden influir profundamente en el mercado de activos digitales. Así, en 2025, GBTC sigue dominando la corona de ingresos en el universo de ETFs de Bitcoin, símbolo de un equilibrio entre cambio y permanencia en la vanguardia del mundo financiero cripto.