La reputación como moneda: Yat Siu de Animoca Brands y el futuro de nuestras identidades digitales En un mundo cada vez más interconectado, donde nuestras vidas se despliegan en plataformas digitales, la forma en que nos presentamos y somos percibidos por los demás ha adquirido un valor sin precedentes. Yat Siu, cofundador y presidente de Animoca Brands, una de las empresas más innovadoras en el ámbito del web3 y el metaverso, comparte una visión audaz: “La reputación es la nueva moneda.” Este concepto, que podría parecer abstracto en un principio, tiene profundas implicaciones para el futuro de nuestras identidades digitales y cómo interactuamos en el espacio en línea. Animoca Brands ha estado a la vanguardia de la transformación digital, dedicándose a la inversión y desarrollo de proyectos relacionados con videojuegos y activos digitales, con más de 540 inversiones hasta la fecha. La empresa no solo observa el mercado, sino que se involucra activamente, creando un ecosistema donde los usuarios pueden obtener valor por su reputación y actividades en línea.
Según Siu, la construcción de una “capa de identidad digital” es fundamental para el futuro del web3, ya que permitirá a los usuarios controlar su información y su reputación de manera más efectiva. La idea de que la reputación pueda funcionar como una forma de capital es intrigante. En la vida real, las personas a menudo obtienen oportunidades basadas en su reputación: desde empleos hasta recomendaciones y asociaciones. Pero en el ámbito digital, este concepto ha permanecido en gran medida sin explotar. Siu argumenta que la tecnología blockchain ofrece una solución elegante a este vacío.
La cadena de bloques permite el registro de las interacciones de los usuarios, creando un “puntaje de reputación” que puede ser aprovechado para acceder a diversas oportunidades en el futuro. Imaginemos un escenario donde tu participación en juegos y comunidades web3 se traduce en una reputación que puede abrir puertas. A medida que los usuarios se involucren más en la comunidad, podrían ganar recompensas, como airdrops o bonificaciones por su actividad. Si tu historial muestra que has sido un jugador leal y has contribuido al crecimiento de un ecosistema, tu reputación podría ser el factor determinante para obtener privilegios exclusivos o incluso ofertas de trabajo. Sin embargo, no todo es tan sencillo.
¿Qué sucede si alguien construye una reputación negativa? Siu menciona ejemplos de acciones que podrían perjudicar la reputación de un usuario, como la rápida venta de tokens obtenidos a través de airdrops. Aunque vender activos puede ser financieramente ventajoso, esa acción podría ser vista como no contribuir al fortalecimiento de la comunidad. Esto plantea la pregunta de qué constituye realmente una "buena" o "mala" reputación en el espacio digital, un tema que todavía está en evolución. La privacidad y la seguridad son también cuestiones cruciales en la discusión sobre las identidades digitales. En contraste con la centralización de datos que ofrecen empresas como Google y Facebook, Siu destaca que la tecnología blockchain podría brindar una solución más segura.
Al utilizar un sistema que preserve el anonimato de los usuarios mientras rastrea su actividad en la cadena, se podría ofrecer un modelo donde la propiedad de los datos pertenezca enteramente al usuario. Esto es fundamental en un mundo donde la explotación de datos personales se ha vuelto una norma, y los usuarios a menudo no reciben compensación justa por el valor que generan. La implementación de un sistema de reputación en línea podría incluso hacer que el anonimato malicioso sea menos atractivo. En muchos casos en la actualidad, los actores maliciosos pueden operar sin consecuencias en el ámbito digital, utilizando una nueva dirección de billetera para borrarse físicamente de su historial previo. Si la reputación se convierte en un elemento primordial para las interacciones online, las personas podrían ser más cautelosas sobre cómo se comportan en la red, sabiendo que sus acciones podrían repercutir en su crédito reputacional y, por ende, en su acceso a determinadas oportunidades.
Siu es optimista sobre el futuro del uso de la identidad digital como un “modelo de puntuación” que podría romper barreras tradicionales. Él argumenta que, a largo plazo, esta reputación puede tener un valor equivalente, o incluso superior, al de los activos físicos. En esencia, el reconocimiento de un buen comportamiento en línea podría permitir a las personas acceder a créditos y otras oportunidades que normalmente estarían reservadas para aquellos con un historial financiero sólido. Este cambio podría ser radical, ofreciendo una forma alternativa de evaluación del riesgo donde permea la reputación en línea. Para que este nuevo modelo de reputación digital sea ampliamente adoptado, Siu señala que es crucial que los usuarios comprendan los beneficios.
En un ecosistema donde las plataformas suelen monetizar los datos de los usuarios sin ofrecer compensación, el modelo propuesto por Animoca Brands arroja luz sobre una nueva forma de interactuar. Si los usuarios ven la posibilidad de controlar y beneficiar de su propia reputación, será más probable que se comprometan con las plataformas que ofrecen estas oportunidades. El Mocaverse y el Moca ID son ejemplos de cómo Animoca Brands está avanzando hacia la construcción de este futuro. A través de estos sistemas, los usuarios pueden acumular un puntaje de reputación basado en su participación en diversas actividades, lo que les da la chance de ser recompensados de manera justa. En este sentido, Siu afirma que están dando un paso crucial a fin de que todos los socios de comunidad satisfacción y recompensas equitativas.
En conclusión, la visión de Yat Siu sobre el futuro de nuestra identidad digital y la reputación como moneda es emocionante y, en muchos aspectos, necesaria. Mientras avanzamos hacia una era donde el digital y el físico se entrelazan cada vez más, la forma en que gestionamos nuestra reputación tendrá implicaciones mucho más allá de la eficacia personal. La transformación de la reputación en una forma de capital podría redefinir cómo interactuamos, trabajamos y nos valoramos en la sociedad, tanto en línea como fuera de ella. Si esta tendencia se materializa, podríamos ser testigos de un cambio significativo en cómo navegamos nuestras carreras y relaciones.