En los últimos años, muchas personas han enfrentado situaciones financieras complicadas debido al aumento del costo de vida y la inflación. El endeudamiento, que puede surgir por diversas razones, desde gastos médicos inesperados hasta la acumulación de deudas de tarjetas de crédito, es un desafío que atañe a un número creciente de individuos y familias. Sin embargo, existen diversas estrategias y recursos que pueden ayudar a quienes se encuentran atrapados en un ciclo de deudas. A continuación, exploraremos las opciones disponibles y cómo se pueden implementar para lograr la libertad financiera. Uno de los primeros pasos a seguir al enfrentarse a deudas es realizar un inventario completo de la situación financiera.
Esto implica no solo conocer cuánto se debe, sino también a quién se le debe. Esta tarea puede parecer abrumadora, pero es fundamental tener una visión clara de la deuda total y de los acreedores involucrados. Una vez que se haya realizado esta evaluación, se debe proceder a elaborar un presupuesto. Es esencial sumar todos los ingresos, que pueden incluir salarios, beneficios sociales, y cualquier otra fuente de ingresos, y restar los gastos esenciales como alimentación, vivienda y servicios. Con el presupuesto claro, el siguiente paso implica la búsqueda de maneras de reducir los gastos.
Por ejemplo, es posible que se pueda negociar una reducción en el monto del impuesto municipal o cambiar a un paquete más económico de servicios de internet o televisión, lo cual puede generar ahorros adicionales. Por otra parte, la búsqueda de beneficios a los que se puede tener derecho, como subsidios o ayudas estatales, puede también proporcionar un alivio financiero significativo. Existen plataformas en línea, como MoneyHelper, que ofrecen calculadoras y herramientas para determinar a qué beneficios se podría acceder. Si el problema persiste y las deudas se vuelven manejables, es importante buscar asesoría. Hablar con un asesor financiero o un consejero de deudas puede proporcionar una perspectiva externa y experta.
Hay varias organizaciones que ofrecen asesoramiento gratuito sobre deudas, como StepChange y Citizens Advice. Estos recursos están diseñados para ayudar a las personas a comprender sus opciones y a formular un plan realista y alcanzable para pagar su deuda. Cuando se trata de gestionar las deudas, es esencial priorizar los pagos. Los expertos en finanzas aconsejan enfocar los esfuerzos en los llamados “deudas prioritarias”, que son aquellas que pueden tener consecuencias severas si no se pagan. Estos incluyen la hipoteca o el alquiler, facturas de servicios públicos, manutención de hijos, impuestos y multas judiciales.
No cumplir con estos pagos puede dar lugar a graves repercusiones, como el desalojo o acciones legales. Una vez asegurados los pagos prioritarios, se puede comenzar a abordar otras deudas, como las tarjetas de crédito o préstamos personales. La estrategia recomendada es hacer los pagos mínimos en todas las deudas, evitando así que se acumulen cargos por incumplimiento y que se vea afectado el historial crediticio. Luego, se debe dirigir más dinero hacia la deuda con la tasa de interés más alta, lo que puede ayudar a reducir la cantidad total de intereses pagados a lo largo del tiempo. Para aquellos que enfrentan dificultades específicas, como deudas relacionadas con facturas de energía, la situación puede ser aún más delicada.
Las empresas de servicios están obligadas a ofrecer planes de pago flexibles que permitan a los clientes abonar sus deudas en cuotas más pequeñas para evitar caer en un mayor desbalance financiero. Es crucial comunicarse con el proveedor de energía y negociar un plan que se ajuste a la capacidad de pago del deudor. En casos donde la carga de la deuda se vuelve insostenible, existen mecanismos como el “espacio de alivio” que pueden ofrecer un respiro temporal. Este programa, disponible en Inglaterra y Gales, permite a las personas en gestión de deudas solicitara un descanso de hasta 60 días, durante los cuales se protegen de más cargos e intereses. Esto puede ser vital para quienes se encuentran en una crisis y necesitan tiempo para reorganizar sus finanzas.
Si después de evaluar las opciones se determina que las deudas son simplemente imposibles de saldar, se debe considerar la insolvencia personal. Es un proceso serio que puede tener consecuencias a largo plazo, cediendo a la persona la posibilidad de empezar de nuevo, aunque afectará su historial crediticio durante varios años. Existen diferentes formas de insolvencia, y una de las más comunes es la Solicitud de Orden de Liberación de Deuda (DRO), que es un procedimiento sencillo destinado a personas con pocos activos y bajos ingresos. Desde junio de este año, el monto máximo de deuda que puede incluirse en una DRO ha aumentado a £50,000. Otra opción es la Acuerdo Voluntario Individual (IVA), donde la persona acuerda pagar una suma menor a sus acreedores durante un período determinado y el resto es condonado.
En casos más extremos, la quiebra puede ser el último recurso, obligando a los deudores a liquidar algunos de sus bienes para liquidar sus deudas. Para aquellos que residen en Escocia, existen diferentes alternativas, entre las que se incluyen el Esquema de Arreglo de Deuda, el Plan de Gestión de Deudas, o una Deuda Confiada. Es vital que las personas que atraviesan dificultades financieras busquen la ayuda necesaria antes de que el problema se agrave. El camino hacia la libertad financiera puede ser complicado, pero con la información adecuada, el asesoramiento y la determinación, es posible salir de la espiral del endeudamiento. Cada paso de este proceso es un paso hacia una vida más saludable desde el punto de vista financiero.
Lo más importante es no perder la esperanza y recordar que existen alternativas y ayudas disponibles.