En una intensa audiencia del Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes de EE. UU., el presidente de la Comisión de Bolsa y Valores (SEC), Gary Gensler, estuvo bajo el escrutinio de los legisladores de ambos partidos. La reunión, que se llevó a cabo el pasado martes, se centró en la regulación de las criptomonedas y, en particular, en el manejo del caso DEBT Box, un asunto que ha suscitado críticas tanto del lado republicano como del demócrata. Durante la sesión, el miembro de alto rango del partido republicano, Tom Emmer, no perdió la oportunidad de cuestionar a Gensler sobre su desempeño.
El calor de la discusión era palpable cuando Emmer hizo referencia a un fallo reciente de un juez federal en Utah, quien había criticado abiertamente a la SEC por su manejo del caso DEBT Box. El juez no solo indicó que la agencia había actuado de mala fe, sino que también le ordenó pagar sanciones, incluidos honorarios de abogados y costos. Además, el juez subrayó que la SEC había hecho declaraciones engañosas y admitió haber caído por debajo de las expectativas en su gestión de este caso. "¿Te avergüenza siquiera que estemos hablando de esto hoy?", preguntó Emmer, lo que desató una respuesta de Gensler, quien reconoció que "los asuntos en ese caso no se manejaron bien". Este intercambio marcó un momento crucial en la audiencia, donde los legisladores expresaron su frustración con la ambigüedad de las reglas que rigen el ecosistema de las criptomonedas.
Mientras algunos legisladores criticaban a la SEC por su enfoque presuntamente agresivo hacia la regulación de las criptomonedas, otros defendieron la labor de la agencia, argumentando que su función es proteger a los inversores y mantener la integridad de los mercados de capitales. La congresista Maxine Waters, destacada demócrata del comité, afirmó que la SEC está cumpliendo su trabajo y aseguró que la agencia está empeñada en garantizar que los mercados de capitales estadounidenses sigan siendo los más envidiados a nivel mundial. Este enfrentamiento ocurre en un momento crítico, ya que las elecciones de 2024 se acercan rápidamente. La regulación de criptomonedas se ha convertido en un tema candente en la política, donde las empresas de criptomonedas han gastado más de 119 millones de dólares en 2024, la mayor parte dirigida a comités de acción política. Este contexto desplaza el tema de la regulación de criptomonedas a un punto focal en la agenda política del próximo año.
Emmer también planteó preguntas sobre los recientes comentarios de la vicepresidenta Kamala Harris, quien había indicado que apoyaría tecnologías innovadoras como la inteligencia artificial y los activos digitales, siempre que se protejan a los consumidores y se establezcan reglas coherentes y transparentes. "¿Es también este su enfoque, señor Gensler, o piensa que ella lo está reprimiendo porque no considera que haya hecho lo suficiente para establecer reglas claras en los últimos tres años de su administración?", inquirió el congresista. Gensler defendió su posición, enfatizando que las leyes están presentes, pero subrayó que el Congreso tiene el poder de hacer cambios si así lo decide. Su declaración, aunque conciliadora, dejó en el aire la sensación de que se requiere un diálogo más profundo entre la SEC y los legisladores para despejar el clima de incertidumbre que rodea a las criptomonedas. El debate no se detuvo allí.
Otro demócrata, Ritchie Torres, aprovechó la oportunidad para cuestionar a Gensler sobre cómo la SEC define qué constituye un valor. Usó como ejemplo un boleto para un juego de los Yankees de Nueva York, intentando establecer si la venta de un boleto podría considerarse un contrato de inversión bajo las leyes de valores. Torres argumentó que el boleto no solo otorga acceso a un partido, sino que también podría tener un valor adicional en el mercado secundario. La pregunta planteó un dilema interesante en el ámbito de las criptomonedas, donde muchos activos digitales, incluidos los NFT, están siendo clasificados como inversiones. Gensler defendió su enfoque, aludiendo al Test de Howey, un criterio establecido en un caso de la Corte Suprema de EE.
UU. en 1946 usado para determinar si un activo califica como contrato de inversión. Explicó que lo determinante es cómo se ofrece y se vende un activo y si los compradores anticipan ganancias de un esfuerzo en un emprendimiento común. Sin embargo, la argumentación de Torres resaltó un punto crítico: la naturaleza de los activos digitales puede ser tan amplia y diversa que las reglas actuales pueden no ser suficientes para abarcar la totalidad del fenómeno. Mientras la audiencia avanzaba, la creciente indignación por la ambigüedad en la regulación de las criptomonedas se hizo más evidente.
Muchos representantes señalaron que la falta de claridad está perjudicando tanto a las empresas como a los inversores. La SEC ha otorgado múltiples sanciones y cargos contra varias entidades en el sector cripto, acusándolas de ofertas no registradas de valores, lo que ha añadido un sentimiento de incertidumbre en un mercado en rápida evolución. La situación se complica aún más por el hecho de que el marco regulador de las criptomonedas está lejos de ser definitivo. Los legisladores están abogando por un enfoque equilibrado que permita la innovación mientras se protege a los consumidores. Existe una necesidad urgente de crear un entorno regulatorio claro en el que las empresas de criptomonedas puedan operar sin temor a represalias legales, así como de garantizar que los inversores estén a salvo de fraudes y malas prácticas.
A medida que el año avanza y las elecciones se acercan, el tema de la regulación de criptomonedas se mantendrá en la vanguardia. Gensler y la SEC enfrentan no solo desafíos legales y de gestión, sino también presiones políticas y expectativas públicas. La necesidad de un diálogo continuo y productivo entre la SEC, los legisladores y el sector privado es urgente. En conclusión, el enfrentamiento de Gary Gensler ante el Congreso refleja una realidad cada vez más complicada en el mundo de las criptomonedas. Si bien la protección del inversor es esencial, también lo es fomentar un ambiente que permita el crecimiento y la innovación en un campo que tiene el potencial de transformar los mercados financieros.
Sin un marco regulatorio sólido y comprensible, el futuro de las criptomonedas y de la SEC podría estar en juego. La criptografía no es solo un tema financiero; es un fenómeno cultural y tecnológico que está modelando el presente y el futuro de la economía mundial.