En un contexto económico en constante evolución, la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) ha tomado la decisión de iniciar un ciclo de reducción de tasas de interés, lo que podría tener un impacto significativo en el ingreso de los emisores de stablecoins. Este giro en la política monetaria, el primero desde 2020, está levantando preocupaciones dentro de la industria de las criptomonedas, que ve en el corte de tasas una posible amenaza a la rentabilidad de las empresas que operan en este espacio. Para entender la magnitud de este impacto, es crucial considerar la estructura de los stablecoins. Estos activos digitales están diseñados para mantener un valor estable al estar respaldados por reservas en efectivo o inversiones equivalentes, siendo las más comunes los bonos del Tesoro de EE. UU.
En este sentido, los emisores de stablecoins han acumulado aproximadamente 125 mil millones de dólares en bonos del Tesoro, lo que representa más del 80% de sus reservas. Esta estrategia ha permitido a empresas como Tether y Circle generar ingresos significativos en un entorno de altas tasas de interés. Un informe reciente de CCData, un proveedor de datos de activos digitales, estima que cada reducción de 50 puntos básicos en las tasas de interés podría resultar en una disminución de 625 millones de dólares en los ingresos anuales por intereses que reciben estos emisores. Con la Fed anticipando recortes adicionales, que podrían sumar hasta 150 puntos básicos para finales de 2025, la industria de stablecoins se encuentra ante la posibilidad de enfrentar pérdidas multimillonarias. Estos recortes en las tasas de interés han surgido como respuesta a un entorno económico que ha mostrado signos de desaceleración.
En este contexto, la Fed busca estimular la inversión y el consumo al abaratar el costo del crédito. Sin embargo, para los emisores de stablecoins, esta política podría obligarlos a reexaminar sus estrategias de inversión. La reducción en los ingresos provenientes de los bonos del Tesoro podría llevar a estos emisores a buscar alternativas más arriesgadas para asegurar un retorno, como acciones o criptomonedas, lo que podría incrementar la vulnerabilidad de sus portfolios. Andrei Terentiev, director de ingeniería en Bitcoin.com, ha señalado que la tendencia a buscar activos de mayor riesgo se consolidará si las tasas continúan a la baja.
De acuerdo con Terentiev, esta búsqueda de mayores rendimientos podría desviar a los emisores de stablecoins hacia inversiones que, aunque potencialmente más lucrativas, también conllevan un mayor riesgo. Esto podría poner en jaque la estabilidad que originalmente se buscaba con la emisión de estos activos digitales. Otra implicación de las reducciones de tasas es la posible pérdida de confianza por parte de los inversores en el modelo de negocio de los stablecoins. Dado que estos activos dependen de la confianza en la capacidad de los emisores de mantener el valor y garantizar la liquidez, cualquier señal de debilidad en sus ingresos podría generar inquietud en el mercado. Esto podría resultar en una fuga de capital hacia alternativas más confiables, lo que, a su vez, exacerbado por el aumento de la competencia entre los emisores de stablecoins, podría forzar a las empresas a ofrecer mejores condiciones a sus usuarios.
Aunque la mayor parte de las operaciones de stablecoins están dirigidas a facilitar transacciones, la disminución de los ingresos afecta también las capacidades de desarrollo e innovación de las empresas emisoras. Los fondos que antes fluían hacia la creación de nuevas funcionalidades, mejoras en la tecnología y la expansión en mercados internacionales podrían ser redirigidos para cubrir el déficit que resultaría de las tasas más bajas. Esto podría limitar el crecimiento del ecosistema de stablecoins, un sector que ha mostrado un auge significativo en los últimos años. Sin embargo, no todo son malas noticias. Algunos expertos sostienen que este contexto podría impulsar a los emisores de stablecoins a ser más eficientes en sus operaciones y a adoptar modelos de negocio más sostenibles.
La necesidad de diversificar las inversiones podría llevar a una mayor innovación en el uso de nuevos instrumentos financieros e, incluso, a la exploración de modelos descentralizados que quizás puedan ofrecer estabilidad a largo plazo sin depender de las decisiones de la Fed. A medida que la industria observa los movimientos de la Fed, también se prevé un llamado a la regulación en el sector. Las debilidades que podrían surgir de esta situación pueden ser la justificación para una supervisión más estricta de las actividades de los emisores de stablecoins. Esto eventualmente podría llevar a que los emisores se adapten a un entorno regulatorio más claro, lo que, si bien presenta un desafío a corto plazo, podría resultar beneficioso a largo plazo al aumentar la confianza en estos activos. La posibilidad de que los emisores de stablecoins pasen a activos de mayor riesgo también plantea preguntas respecto a la estabilidad financiera general.