Eugene Fama, un renombrado economista y ganador del Premio Nobel en 2013, ha levantado una vez más el debate sobre el futuro de Bitcoin, afirmando que su valor "es probable que llegue a cero". En un contexto donde las criptomonedas han capturado la atención del mundo financiero y de los inversionistas, las declaraciones de Fama resuenan como una serie de advertencias que muchos promotores de Bitcoin preferirían ignorar. El contexto en el que Fama lanzó esta dura crítica es especialmente relevante. A finales de 2015, Bitcoin había experimentado una notable volatilidad y se movía alrededor de la cifra de 400 dólares. La moneda digital parecía recuperarse tras un periodo de caídas, lo que llevó a algunos inversionistas a hablar de un posible renacer del activo.
Sin embargo, Fama, conocido por sus posturas escépticas hacia los activos intangibles y especulativos, no se dejó engañar por el optimismo del mercado. En una entrevista con CoinTelegraph, Fama expuso sus preocupaciones sobre la estabilidad de precios de Bitcoin. Según él, el problema fundamental radica en que es "muy difícil saber cuánto necesitas para saldar". Este comentario se refiere a la extrema volatilidad a la que Bitcoin está sujeto, lo que dificulta su uso como una unidad de cuenta confiable. Sin una base estable que respalde su valor, los consumidores pueden preferir deshacerse de Bitcoin rápidamente, lo que podría conducir a una caída aún mayor de su valor.
El argumento de Fama plantea una cuestión crucial: ¿puede algo ser considerado una moneda o un activo confiable si su valor fluctúa de forma tan dramática? En su analogía, Fama comparó Bitcoin con el oro, un activo que ha sido utilizado como refugio de valor durante siglos. Aunque muchos ven a Bitcoin como el "oro digital", Fama no está convencido de que esta criptomoneda tenga una base sólida comparable. Para él, Bitcoin no representa una reserva de valor en la misma forma que el oro, que ha demostrado su durabilidad y estabilidad a lo largo de la historia. Es interesante considerar la historia de Bitcoin y cómo ha evolucionado desde su creación en 2009. Originalmente, fue concebido como un medio de intercambio descentralizado, algo que permitiría transacciones sin la intermediación de un banco o entidad financiera.
Sin embargo, con los años, las innovaciones y las aplicaciones tecnológicas que surgieron alrededor de la criptomoneda la han convertido más en un activo especulativo que en un método efectivo de pago. Fama no es el único investigador que se ha mostrado escéptico respecto a las criptomonedas. A lo largo de los años, varios economistas y analistas han planteado dudas sobre el futuro de Bitcoin, cuestionando su utilidad como moneda y su potencial para mantenerse a flote en un mercado cada vez más competitivo. Su postura es que, mientras Bitcoin carezca de estabilidad, su “sobrevivencia como unidad de cuenta” está en duda. En defensa de Bitcoin, sus entusiastas argumentan que su naturaleza descentralizada y su función como un sistema de pagos permite a los usuarios mantener el control de sus fondos.
Sin embargo, Fama también se refiere a este aspecto de la descentralización, sugiriendo que, en la práctica, esto puede hacer que los usuarios sean más reacios a confiar en ella para transacciones regulares. La falta de un valor estable podría llevar a los consumidores a tener conductas evasivas, utilizando Bitcoin principalmente para transacciones impulsivas, en vez de inversiones a largo plazo. Otro punto que Fama mencionó fue la relación entre Bitcoin y actividades ilegales. Dijo con ironía que, si bien puede ser un refugio valioso para algunos, su valor en el ámbito del comercio legal y cotidiano es más limitado. En su opinión, el uso de Bitcoin por parte de actores del mercado negro contribuye a su mala reputación y pone en tela de juicio su legitimidad como moneda “real” para transacciones legítimas.
A pesar de estas reafirmaciones pesimistas, hay un segmento creciente de la población que sigue creyendo firmemente en el futuro de Bitcoin y de otras criptomonedas. Muchos inversores individuales han entrado en el mercado, viendo oportunidades no solo de dinero rápido sino de la revolución que representa la tecnología blockchain. Este contraste de opiniones ilustra un debate que continuará mientras el mundo financiero evoluciona y la adopción de criptomonedas sigue en aumento. Fama, en su crítica al Bitcoin, plantea preguntas fundamentales sobre el papel del dinero en la economía moderna. A medida que la sociedad avanza hacia un futuro más digitalizado, es esencial considerar cómo se definirán y utilizarán los valores en un entorno cada vez más volátil.