La diversidad de proveedores: ¿qué es y por qué es importante? En un mundo cada vez más interconectado, la diversidad en todos los aspectos de la vida es más esencial que nunca, y esto incluye la manera en que las empresas gestionan sus cadenas de suministro. La diversidad de proveedores, un concepto que puede ser desconocido para muchos, se ha convertido en un pilar fundamental para el crecimiento económico y la equidad social. Pero, ¿qué es exactamente la diversidad de proveedores, por qué es tan relevante y por qué deberíamos preocuparnos por ello? La diversidad de proveedores se refiere a la práctica de las empresas de incluir en sus cadenas de suministro a proveedores que son de diversas comunidades, incluidas las empresas pertenecientes a minorías étnicas, mujeres, personas con discapacidades, veteranos y miembros de la comunidad LGBTQI+. Esto implica no solo seleccionar a un proveedor por su capacidad y costo, sino también considerar su trasfondo y la comunidad que representa. Por ejemplo, optar por un café de propiedad indígena para la oficina en lugar de una gran cadena internacional es un paso hacia la inclusión y la diversidad.
La sincronización entre la selección de proveedores y las metas de diversidad no es un simple capricho. La realidad es que, al fomentar la diversidad en sus cadenas de suministro, las empresas no solo contribuyen a la generación de riqueza y empleo en comunidades subrepresentadas, sino que también pueden desbloquear un potencial económico significativo que beneficia a toda la sociedad. En Nueva Zelanda, por ejemplo, donde la diversidad de proveedores está empezando a tomar fuerza, se centra en las empresas de propiedad maorí y pasifika. Sin embargo, esta tendencia se está expandiendo globalmente, ya que se reconoce el impacto positivo que puede tener en economías locales y nacionales. Una de las críticas más comunes hacia la diversidad de proveedores es que se considera una noción "woke" que pronto pasará de moda.
Pero esto es un error. Desde hace décadas, la diversidad de proveedores ha estado demostrando un impacto tangible en varias naciones. A nivel mundial, las empresas de minorías e indígenas generan trillones de dólares anualmente. En algunos países, la diversidad de proveedores no solo se considera una responsabilidad social, sino que se ha convertido en una obligación legal. En Estados Unidos, por ejemplo, muchas empresas están obligadas a establecer y mantener relaciones comerciales con empresas certificadas como minoritarias si desean ser consideradas para contratos gubernamentales.
Las estadísticas respaldan esta tendencia. En Australia, se ha demostrado que cada dólar gastado en una empresa indígena genera un retorno de impacto social de 4,41 dólares. Esto significa que el dinero invertido en estos negocios no solo contribuye a su crecimiento, sino que también se reinvierte en sus comunidades, generando empleo y oportunidades de desarrollo profesional para las personas locales. Así, apoyando a estas empresas, no estamos solo brindando un "apoyo", sino creando un ciclo positivo que mejora el acceso a la atención médica, la educación y otras necesidades básicas. La importancia de la diversidad de proveedores también radica en su capacidad para fomentar la innovación.
Las empresas que provienen de contextos desafiantes suelen tener una gran creatividad y resourcefulness. Sus perspectivas únicas, combinadas con un conocimiento indígena que a menudo se ha transmitido a través de generaciones, pueden transformar la forma en que se crean productos y se ofrecen servicios. La diversidad en las cadenas de suministro no solo puede enriquecer a las empresas individualmente, sino también fortalecer la economía en su conjunto. Sin embargo, a pesar de los beneficios evidentes, la diversidad de proveedores en Nueva Zelanda se encuentra en una etapa temprana de desarrollo. La organización Amotai, establecida en 2018, busca ayudar a conectar a las empresas de propiedad maorí y pasifika con oportunidades de contratación del gobierno y del sector privado.
Aunque el gobierno neozelandés ha establecido un objetivo de que el 8% de los contratos se asignen a empresas maoríes, muchos críticos argumentan que esto aún no es suficiente. En la actualidad, las empresas de propiedad indígena siguen enfrentando barreras significativas para ingresar a grandes contratos y acceder a capital que les permita crecer. A nivel internacional, países como Estados Unidos y Australia han logrado avances notables en este ámbito. En EE. UU.
, el Consejo Nacional de Desarrollo de Proveedores Minoritarios (NMSDC) ha estado promoviendo la diversidad de proveedores desde los años 70 y aspira a ayudar a las empresas certificadas a generar un billón de dólares en ingresos anuales para 2030. De manera similar, Supply Nation en Australia se ha convertido en un líder en este modelo, apoyando a miles de proveedores indígenas y presionando para que se implementen políticas más estrictas sobre cómo se definen y seleccionan a las empresas indígenas que pueden calificar para contratos gubernamentales. A medida que avanzamos hacia un futuro en el que la diversidad y la inclusión son fundamentales, es esencial que tanto el sector público como el privado continúen trabajando para integrar la diversidad de proveedores en sus estrategias. Esto no debería considerarse una iniciativa aislada, sino más bien un enfoque integral que inicie un cambio profundo en la forma en que operamos en el mundo empresarial. Al hacer esto, se está contribuyendo a cerrar las brechas de equidad y a fomentar un entorno más inclusivo que beneficia a todos.