El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha dado un paso importante en la clarificación de los procesos relacionados con los acuerdos de arbitraje a través de dos decisiones recientes: Coinbase Inc. v. Suski y Smith v. Spizzirri. Estos fallos ofrecen una orientación relevante no solo para las empresas, sino también para todos aquellos que estén involucrados en disputas legales en el ámbito del arbitraje.
A continuación, exploraremos los detalles de estas decisiones y sus implicaciones significativas. Comenzando con Coinbase Inc. v. Suski, el tribunal se enfrenta a una cuestión fundamental: cuando las partes firman múltiples contratos, algunos de los cuales requieren arbitraje y otros no, ¿quién decide si una disputa específica está sujeta a arbitraje? Esta situación surgió en Coinbase, una plataforma de intercambio de criptomonedas que requería que sus usuarios firmaran un acuerdo de usuario donde se establecía que todos los conflictos, incluso los relacionados con cuál debía arbitrar el problema, debían resolverse en arbitraje. Sin embargo, posterior a esto, Coinbase lanzó una promoción de sorteo cuyo reglamento establecía que todos los conflictos debían resolverse en los tribunales de California.
Los demandantes interpusieron una demanda colectiva en relación con la promoción, y tanto el tribunal de distrito como el Tribunal de Apelaciones del Noveno Circuito rechazaron la moción de Coinbase para forzar el arbitraje. El Tribunal Supremo respaldó esta decisión afirmando que había un conflicto entre los contratos y que un tribunal, y no un árbitro, debía determinar cuál de los acuerdos prevalecía en la resolución de esta disputa. Esta decisión subraya la importancia de la redacción clara y coherente de los acuerdos y las cláusulas de resolución de disputas en los contratos. Las empresas que celebran múltiples contratos deben ser especialmente cuidadosas para garantizar que las cláusulas de resolución de conflictos sean consistentes. En caso contrario, se corre el riesgo de que una disputa acabe en los tribunales, desviando recursos y tiempo de resolver el asunto principal.
Pasando a la segunda decisión, Smith v. Spizzirri, el caso se centra en un grupo de conductores de entrega que demandaron por violaciones de las leyes laborales. Los demandados intentaron obligar a los conductores a arbitrar y también a desestimar la demanda, pero a pesar de que los demandantes aceptaban que sus reclamaciones debían someterse a arbitraje, argumentaron que la Ley Federal de Arbitraje (FAA) requería que el tribunal de distrito mantuviera la demanda en espera hasta que concluyera el arbitraje, en lugar de desestimar el caso completamente. El Tribunal Supremo, en un fallo unánime, estuvo de acuerdo con los demandantes. El idioma de la FAA es claro: el tribunal debe “mantener” el juicio de la acción hasta que se haya llevado a cabo el arbitraje, tal y como establece la Sección 3 de la ley.
La jueza Sonia Sotomayor, escribiendo para el tribunal, destacó que “debe significar lo que debe significar” y que “permanecer” significa exactamente eso. Esta decisión subraya la idea de que las partes tienen derecho a que una disputa sea gestionada de manera ordenada y que la arbitrabilidad no debe llevar a la desestimación de un caso sin la debida causa. Es relevante notar que aunque este fallo asegura un procedimiento claro para los casos que involucran arbitraje, no implica que todas las demandas estén protegidas de la desestimación. En una nota a pie de página, el Tribunal Supremo aclaró que la FAA no prohíbe las mociones para desestimar casos basadas en razones “no relacionadas” con el hecho de que el asunto esté sujeto a arbitraje. Por lo tanto, un demandado que tenga una base tradicional para solicitar la desestimación, como la falta de jurisdicción, todavía puede presentar una moción y, en algunos casos, tener éxito.
La esencia de ambas decisiones resalta la necesidad de que las empresas desarrollen una estrategia comprensiva en materia de arbitraje. Esto incluye consultar con asesores legales desde el momento en que surgen litigios potenciales, asegurándose de que los contratos no contengan conflictos entre las cláusulas de resolución de disputas que podrían permitir a un demandante llevar un caso a los tribunales antes de que se resuelva la cuestión de la arbitrabilidad. En conclusión, las decisiones del Tribunal Supremo en Coinbase Inc. v. Suski y Smith v.
Spizzirri son cruciales no solo para el ámbito del arbitraje, sino también para el futuro de la resolución de disputas en los Estados Unidos. Estas resoluciones marcan un recordatorio de que la redacción y la coherencia en los contratos son fundamentales para evitar litigios innecesarios. La protección de los derechos de las partes en un contrato requiere no solo claridad en el lenguaje, sino también una comprensión profunda de las leyes que rigen el arbitraje. Las empresas deben estar atentas a estas consideraciones para minimizar el riesgo de enfrentar litigios en los tribunales y, al mismo tiempo, hacer un uso efectivo de los acuerdos de arbitraje. Con el entorno legal en constante evolución y las decisiones del tribunal estableciendo precedentes, ahora, más que nunca, es imperativo que las organizaciones evalúen y ajusten sus estrategias contractuales y de resolución de disputas.
La arbitraje puede ser una herramienta poderosa, pero su efectividad depende de la atención cuidadosa al detalle en el diseño de los contratos y a la anticipación de posibles conflictos.