En los últimos meses, Ethereum (ETH) ha captado la atención de inversores y analistas al intentar romper un prolongado período de tendencia bajista que comenzó a principios de febrero. A medida que la criptomoneda más importante después de Bitcoin trata de recuperar terreno, el nivel de $1,600 se ha convertido en una barrera crítica de soporte y resistencia para el activo digital. La capacidad de ETH para mantenerse por encima de este nivel podría marcar el inicio de un nuevo rally significativo o, en caso contrario, precipitar una nueva caída en su cotización. Durante la última semana de abril y los primeros días de mayo de 2025, Ethereum experimentó una actividad volátil donde mostró un aumento notable cercano al 5.4%, intentando superar tres veces en siete días consecutivos la resistencia situada en los $1,600.
Este comportamiento plantea una interrogante sobre si ETH podrá finalmente consolidar su posición y atraer compradores que impulsen su valor hacia niveles superiores, como los $1,700 o incluso los $2,000, pronosticados por algunos analistas. La evolución reciente de ETH se da en un contexto donde el mercado de criptomonedas enfrenta diversas presiones macroeconómicas y geopolíticas. Destacan la prolongada guerra comercial entre Estados Unidos y China, que ha provocado retrocesos a principios de abril y ha influido en la disminución del interés del mercado, llevando a Ethereum a tocar mínimos de dos años, llegando a caer por debajo de $1,400. Este nivel provocó que la criptomoneda confrontara zonas históricas de soporte, acercándose a los máximos de 2018, un hecho que no se veía desde hace tiempo y que refleja la magnitud del retroceso vivido. Análisis técnicos realizados por expertos en criptomonedas han identificado que Ethereum estuvo bajo la influencia de una resistencia descendente en el gráfico diario, vigente desde febrero, con varios intentos fallidos por parte del precio para superarla.
Solo recientemente, ETH logró romper esta línea de tendencia bajista, lo que muchos interpretaban como una señal positiva que podría confirmar un cambio de ciclo hacia una fase alcista. Sin embargo, el fracaso para mantener el precio por encima de $1,600 ha generado cierto escepticismo sobre la fortaleza del movimiento. El reconocido analista Carl Runefelt mostró un optimismo notable ante esta ruptura, mencionando la posibilidad de un movimiento parabolico al alza si ETH logra sostener su nuevo nivel de soporte. En su opinión, la resistencia clave perdida en febrero sobre los $3,000 podría estar en la mira de los inversores en un horizonte no tan lejano, abriendo la puerta a una recuperación importante. Pero las últimas horas mostraron una pausa y un retroceso, con los precios casi devolviendo las ganancias obtenidas, posicionándose entre $1,570 y $1,580 y reafirmando la importancia del soporte en los $1,500 que podría determinar la dirección final a seguir.
Otro analista que aporta una perspectiva un poco más cautelosa es Ali Martinez, quien advierte que para ratificar una nueva etapa alcista, Ethereum debe superar un nivel de resistencia mucho más alto, cercano a los $2,330. Este nivel representa una zona de venta significativa debido a la gran acumulación de tokens por parte de más de 12.6 millones de direcciones que compraron entre los 63 y 68 millones de ETH en ese rango. Romper esta barrera es esencial para que el precio deje atrás zonas de consolidación y muestre una fortaleza que podría atraer mayor interés institucional y minorista. En paralelo, algunos operadores centran su atención en la relación entre Ethereum y Bitcoin, específicamente el par ETH/BTC.
Según Crypto Fella, este par podría ser una herramienta valiosa para anticipar movimientos importantes, ya que el ratio ha alcanzado su nivel más bajo desde 2020. Históricamente, movimientos similares en este par han precedido fortalezas en Ethereum que posteriormente lo llevarían a niveles superiores, a veces con incrementos sustanciales en términos relativos frente al rey de las criptomonedas. Más allá del análisis técnico, el movimiento reciente de Ethereum también se ve influenciado por ciertos factores fundamentales. Por ejemplo, el retiro de más de $1.2 mil millones de Ethereum de exchanges centralizados ha sido interpretado como una señal de acumulación importante por parte de inversores a largo plazo, quienes prefieren mantener sus activos en billeteras privadas, reflejando confianza en la criptomoneda a mediano y largo plazo.
Estos comportamientos suelen anteceder subidas de precios cuando la demanda supera la oferta disponible en el mercado. Sin embargo, el entorno global no ha perdido su complejidad. Las tensiones macroeconómicas, la inflación persistente, y las incertidumbres geopolíticas continúan afectando el apetito por activos de riesgo, incluida Ethereum. Las políticas monetarias de los bancos centrales, especialmente la Reserva Federal de Estados Unidos, influyen directamente en el mercado cripto, ya que las decisiones sobre tasas de interés pueden modificar la entrada o salida de capitales hacia estos activos. Por ende, cualquier subida significativa debe ser evaluada dentro del contexto más amplio para anticipar posibles correcciones.
A nivel tecnológico, Ethereum se mantiene como una plataforma fundamental dentro de la industria blockchain, gracias a sus capacidades para contratos inteligentes y su liderazgo en el desarrollo de aplicaciones descentralizadas (dApps). Las mejoras continuas en su red, como la transición hacia mecanismos más eficientes de validación y mayor escalabilidad, generan optimismo sobre su sostenibilidad y utilidad futura. Estas características dan soporte a la narrativa alcista que muchos apoyan, a pesar de la volatilidad y las dificultades momentáneas en el precio. La dinámica del mercado también está vinculada al desempeño de Bitcoin y su comportamiento con respecto a niveles como $85,000, que también marcaron un punto de interés reciente. Bitcoin cerró la semana por encima de esta importante barrera tras días de fluctuaciones, lo que generó un ambiente positivo que benefició a altcoins como Ethereum.
No obstante, el movimiento debe consolidarse para confirmar un ciclo alcista amplio que pueda respetar las estructuras técnicas y fundamentales existentes. Las previsiones para Ethereum en lo inmediato dependen en gran medida de si logra o no mantener un soporte firme alrededor de $1,600, y posteriormente superar resistencias técnicas en los $1,700 y $1,800 para generar confianza en el mercado. Mientras tanto, los retrocesos hacia el rango de $1,500 podrían ser una señal de advertencia para los inversores más agresivos, pues podrían anticipar una fase de corrección o consolidación más profunda. Es importante también considerar el contexto del sentimiento de mercado, que es muy sensible a las noticias y movimientos macroeconómicos. En un entorno donde las criptomonedas son cada vez más adoptadas por instituciones y países, la volatilidad no solo responde a factores internos del ecosistema, sino también a eventos globales mayores que pueden cambiar la percepción de riesgo y la disposición a invertir en activos digitales.
En definitiva, Ethereum se encuentra en un punto de inflexión. La ruptura de su tendencia bajista de varios meses ha generado expectativas, pero la prueba real será su capacidad para sostener el nivel de $1,600 como soporte. La paciencia y el análisis cuidadoso serán clave para quienes deseen aprovechar las oportunidades que pueda ofrecer este mercado en movimiento. A medida que se desarrollen los próximos días y semanas, se definirán con mayor claridad las tendencias que dictarán el comportamiento de ETH en el corto y mediano plazo, siendo relevante para traders, inversores y entusiastas de las criptomonedas mantenerse informados y preparados ante la volatilidad inherente de este sector.