Kendrick Lamar, uno de los raperos más influyentes y aclamados de la última década, ha estado dando de qué hablar últimamente, no solo por su música, sino también por un incidente inesperado en su ciudad natal, Compton, California. La filmación de su más reciente video musical, “Not Like Us”, ha dejado a varios negocios locales lamentando pérdidas significativas en ingresos, lo que ha llevado a sus propietarios a pedir una compensación al artista, así como a su productora y a la ciudad. El 22 de junio, mientras se rodaba el video en un conocido centro comercial de Compton, la afluencia de espectadores para presenciar el evento resultó en un caos tal que los negocios aledaños vieron cómo sus puertas se cerraban. Corina Pleasant, dueña de Alma’s Place, un establecimiento querido por los locales, expresó su frustración. A pesar de tener un estacionamiento lleno, los clientes no podían acceder al local debido a la multitud que se había formado.
“Había un montón de personas que solo habían venido a ver la filmación y, como resultado, nuestra clientela decidió irse”, comentó Pleasant en una entrevista. Los dueños de negocios cercanos argumentaron que, debido al desorden que imperó durante la grabación, se vieron obligados a cerrar sus operaciones. “Nosotros también tenemos empleados a los que necesitamos pagar, pero no estábamos generando ningún ingreso”, añadió. A pesar de que las reglas de la ciudad pueden permitir filmaciones, un aviso previo sobre la actividad podría haber mitigado las pérdidas. Los propietarios de los negocios afectados se sienten entre la espada y la pared.
Por un lado, tienen un artista de renombre mundial, un ícono del hip-hop que ha llevado el nombre de Compton a nuevas alturas. Por otro lado, la realidad económica los confronta con la dura verdad de que su subsistencia diaria depende de cada cliente que entra por sus puertas. “No se trata de odiar a Kendrick; de hecho, somos sus fans. Pero hay que entender que esto tuvo un efecto directo sobre nosotros”, subrayó John Thompson, propietario de un taller de reparación de automóviles cercano. A medida que la noticia ha comenzado a circular en los medios, la comunidad de Compton ha respondido con una mezcla de sentimientos.
Algunos apoyan la idea de que Kendrick debería hacerse responsable de las pérdidas, argumentando que los artistas deben estar más conscientes del impacto que tienen en su ciudad natal. Otros, sin embargo, sienten que es un poco excesivo pedirle a un artista que compense a los negocios por lo que fue un evento que también podría haber beneficiado a la comunidad al atraer más atención a la ciudad. Lamar, quien ha sido un ferviente defensor de su comunidad, ha demostrado un compromiso real con Compton a lo largo de su carrera. Sin embargo, este reciente incidente ha generado un debate sobre la responsabilidad social y económica de los artistas. ¿Deberían ser responsables de las consecuencias económicas de sus obras artísticas, especialmente cuando afectan a negocios locales? El uso de Compton como telón de fondo para su video no es una casualidad.
Kendrick ha estado utilizando su música para explorar y abordar los problemas de su ciudad, desde la violencia hasta la desigualdad y el sufrimiento sistémico. “Not Like Us” no es solo otro video musical; es una representación visual de la lucha y la resiliencia de su comunidad. Sin embargo, la pregunta permanece: ¿debería un artista tener que asumir la carga financiera que su arte puede causar? Los propietarios afectados han dirigido sus quejas a la producción del video y a la ciudad, pidiendo un reembolso por las pérdidas sufridas. Solicitan que Kendrick y su equipo se hagan responsables y, si bien el impacto de su música puede ser positivo en muchos sentidos, también parece que hay que considerar las repercusiones negativas. “Si él realmente se preocupa por nosotros, hará algo”, reflexionó Pleasant.
“No estamos pidiendo mucho, solo lo justo”. Mientras tanto, la conversación ha comenzado a tomar fuerza en redes sociales, donde algunos residentes han expresado su apoyo a los empresarios locales. Los hashtags y las publicaciones sobre el tema se han multiplicado, lo que ha llevado a un aumento en el diálogo comunitario. Sin embargo, los líderes de la comunidad, quienes están al tanto de la difícil situación económica en Compton, piden a todos que se unan en lugar de abrir divisiones. El incidente ha recordado a muchos que la fama y el éxito pueden tener un precio complejo, y que la relación entre artistas y su comunidad no siempre es sencilla.
Kendrick Lamar ha alcanzado un estatus casi mítico, pero con ese estatus viene una responsabilidad adicional, especialmente cuando esa fama puede impactar a quienes lo apoyaron desde sus inicios. Al final, lo que se espera es que este conflicto sirva como un puente para una conversación más amplia sobre las relaciones entre artistas y sus comunidades. ¿Cómo pueden los artistas, las autoridades y los negocios unir fuerzas para eventuales proyectos que no perjudiquen a nadie y, en cambio, beneficien a todos? Kendrick Lamar no ha hecho comentarios oficiales al respecto y es probable que su agenda de conciertos y su participación en el espectáculo de medio tiempo del Super Bowl de 2025 siga ocupando su atención. Sin embargo, el tiempo dirá si él y su equipo reconocerán el impacto de sus decisiones en su ciudad natal y actuarán en consecuencia. Compton sigue siendo un lugar notable por su cultura, su música y su gente, y a medida que evoluciona, es esencial que el éxito de unos no llegue a costa de la lucha y el esfuerzo de otros.
La comunidad espera que este episodio de “Not Like Us” no sea solo otro capítulo en la historia de sus interacciones con una estrella, sino un paso hacia un entendimiento mutuo que beneficie a todos en el futuro.