En los primeros meses de 2025, PepsiCo ha experimentado una notable disminución en sus ingresos debido a una caída en la demanda del consumidor en varios mercados clave, especialmente en Norteamérica. Este fenómeno ha obligado a la compañía a reevaluar su estrategia comercial y a implementar cambios significativos para recuperar terreno en un mercado cada vez más competitivo y sensible a los precios. En este contexto, el CEO de PepsiCo, Ramón Laguarta, ha salido al frente para reconocer los retos y presentar las medidas que la empresa está tomando para estar más alineada con las expectativas de sus clientes. Durante el informe de resultados del primer trimestre de 2025, PepsiCo reportó una disminución casi del 2% en sus ingresos netos en comparación con el mismo periodo del año anterior. En particular, los ingresos provenientes de la división de alimentos en Norteamérica bajaron un 1%.
Por su parte, el volumen de snacks salados se redujo en un preocupante 4%, reflejando un cambio en los hábitos de consumo. En el área de bebidas, el panorama fue similar: las ventas en Estados Unidos se mantuvieron estables en términos de ingresos, pero el volumen de las bebidas no carbonatadas cayó un 6%, mientras que las bebidas carbonatadas disminuyeron un 1%. Estos datos evidencian un estancamiento e incluso retroceso en segmentos tradicionales que históricamente han sido pilares fundamentales para la empresa. El CEO Ramón Laguarta se mostró consciente de que las condiciones económicas y sociales están afectando el poder adquisitivo del consumidor, lo que incide directamente en sus decisiones de compra. Durante la llamada con inversionistas y medios, explicó que se percibe un ambiente de incertidumbre en muchos mercados, con consumidores más cautelosos y conscientes del gasto, una tendencia que ha llevado a PepsiCo a replantear su propuesta de valor para mantener la fidelidad y frecuencia de compra.
Uno de los principales cambios introducidos por PepsiCo para adaptarse a esta nueva realidad es el enfoque en ofrecer opciones de menor costo a través de presentaciones más pequeñas. Se ha detectado que los consumidores, al tener un ingreso disponible restringido, prefieren adquirir productos en tamaños más reducidos que les permitan gestionar mejor su presupuesto sin renunciar completamente a los productos y marcas que les gustan. Esta estrategia implica potenciar la venta de unidades individuales y paquetes pequeños, tanto en snacks como en bebidas, facilitando el acceso para un público que busca controlar más sus gastos pero desea seguir disfrutando de sus opciones favoritas. Este cambio en el portafolio también combina una mayor atención a las promociones y ofertas para incentivar la compra frecuente. La idea es generar más puntos de contacto con el consumidor en su día a día y disminuir la presión del precio unitario, un factor clave en un entorno donde la sensibilidad económica está a la alza.
De esta manera, PepsiCo busca no solo mantener su participación en el mercado, sino también crear una dinámica donde el consumidor sienta que puede acceder fácilmente a sus marcas sin sacrificar calidad o experiencia. Otra preocupación significativa ha sido la percepción sobre los ingredientes presentes en los productos de PepsiCo. En los últimos años, la tendencia global hacia una alimentación más natural y saludable ha tenido un impacto considerable en las preferencias del consumidor. Cada vez más personas examinan la lista de ingredientes y evitan componentes artificiales, lo que ha generado cuestionamientos sobre el uso de colorantes y aditivos en productos tradicionales. En reconocimiento a este cambio de paradigma, Laguarta anunció una iniciativa ambiciosa para eliminar los colorantes artificiales de varias de las marcas principales de la empresa, incluyendo Lay's y Tostitos, con un compromiso de completa transición para finales de 2025.
Actualmente, más del 60% del portafolio de PepsiCo ya no contiene colorantes artificiales, un avance importante que la compañía planea extender a toda su línea de productos en los próximos años. El objetivo no solo es adaptarse a la demanda del mercado, sino también liderar un movimiento responsable en la industria alimentaria, facilitando que los consumidores tengan opciones más naturales y puedan elegir de forma informada según sus preferencias personales. Ramón Laguarta también enfatizó que, a pesar de que la ciencia respalda la seguridad de los ingredientes utilizados, la empresa entiende la importancia de atender las inquietudes de los clientes y evitar generar percepciones negativas que puedan afectar a largo plazo. Por ello, el proceso de cambio será meticuloso y coordinado, procurando no causar alarmas innecesarias, sino promover una transición transparente y positiva hacia productos más alineados con los valores actuales de salud y sostenibilidad. Además de las modificaciones en producto y precio, PepsiCo está evaluando ajustes en su estrategia de comunicación para conectar mejor con sus consumidores.
Esto incluye campañas informativas que expliquen los beneficios de las nuevas fórmulas, el compromiso con ingredientes naturales, y la accesibilidad económica a través de diferentes tamaños y formatos. El objetivo es fortalecer la confianza y mantener la relevancia de las marcas en un mercado donde los consumidores cada vez demandan más autenticidad y coherencia corporativa. El contexto actual también refleja desafíos macroeconómicos globales, como la inflación, cambios en la cadena de suministro y la competencia de nuevas marcas emergentes que ofrecen productos alternativos más saludables o artesanales. En este sentido, PepsiCo necesita no solo adaptarse a las condiciones de mercado sino innovar para no perder cuota frente a esas ofertas que están captando el interés y el gasto de nichos específicos de consumidores. La compañía ya ha mostrado en años recientes que tiene la capacidad de reinventarse, impulsando productos con ingredientes mejorados y lanzando líneas nuevas que responden a tendencias como el bienestar, la sostenibilidad y el consumo consciente.