Con tan solo 23 años, Luis Haberl se ha convertido en uno de los jóvenes más destacados del Oktoberfest, una de las ferias más grandes y emblemáticas del mundo. Este festival, que atrae a millones de visitantes a Múnich cada año, es un lugar de celebración, tradición y, por supuesto, buena comida y bebida. Luis no solo ha heredado el legado familiar, sino que también busca aprender y crecer bajo la tutela de su madre, Antje, y su abuela, Anneliese, quienes han sido figuras clave en su vida y carrera. La Ochsenbraterei, el famoso puesto familiar de cerdo asado, ha sido un pilar en el Oktoberfest desde hace generaciones. Para Luis, este es más que un simple negocio; es una tradición familiar que ha sido cuidadosamente cultivada a lo largo de los años.
Desde el momento en que Luis asumió el papel de dueño junto a su madre en 2022, ha estado inmerso en un mundo donde la dedicación y la pasión por el servicio son esenciales. Luis recuerda con claridad su primer Oktoberfest como joven wirt: “Fue una experiencia abrumadora. La energía, el bullicio, el entusiasmo de la gente… todo esto me llenó de emoción.” Sin embargo, el camino no ha sido fácil. Manejar un puesto en el Oktoberfest requiere un trabajo arduo, una planificación meticulosa y, sobre todo, una fuerte resistencia física y mental.
A pesar de los desafíos, Luis se siente afortunado de tener a su madre y a su abuela a su lado, compartiendo su invaluable sabiduría. Mientras se preparaba para la nueva edición del Oktoberfest, el trío decidió hacer algo especial: un recorrido por el festival. En un día soleado, tres generaciones de la familia Haberl se unieron para disfrutar de un tiempo en el campo. Era una rareza ver a las tres mujeres juntas en pleno festival, ya que normalmente están demasiado ocupadas con sus responsabilidades. “Fue encantador pasar tiempo juntos, simplemente pasear y recordar viejos tiempos”, dijo Antje con nostalgia en su voz.
Durante su paseo, cada miembro de la familia compartió anécdotas de años pasados. Anneliese, a sus 82 años, habló sobre los primeros días del puesto y cómo había crecido a lo largo de las décadas. “Recuerdo cuando todo esto era mucho más pequeño. Hemos construido algo increíble a lo largo de los años,” recalcó su mirada llena de orgullo. Para Luis, escuchar estas historias es crucial; le ofrecen una conexión directa con sus raíces y una comprensión más profunda de la dedicación que ha sido necesaria para hacer de la Ochsenbraterei un símbolo del festival.
Luis también observa de cerca cómo su madre maneja el puesto. “Ella es una increíble líder. Veo cómo se relaciona con los empleados y cómo resuelve problemas que surgen. Me gustaría ser tan eficaz como ella,” comentó, enfatizando el papel de Antje como modelo a seguir. La relación de Luis con su madre va más allá de los negocios; hay un profundo respeto y amor, lo que facilita el aprendizaje en cada interacción.
Por otro lado, Luis también se enfrenta a la presión de acabar con las expectativas que vienen de ser parte de una familia tan conocida en el festival. “A veces siento que tengo que demostrarme a mí mismo y a los demás que puedo hacer esto. Pero cuando estoy trabajando, me siento en casa,” explica. Esta conexión con el festival es esencial para Luis, ya que le permite mantenerse motivado incluso cuando las cosas se complican. El Oktoberfest no solo es un negocio para la familia Haberl; es un lugar donde se crean recuerdos y se forjan relaciones.
Durante su paseo, Luis se sintió inmerso en la atmósfera festiva, donde la música, el baile y el aroma de la comida se entremezclan. “A veces me detengo y miro a mi alrededor, y simplemente me siento agradecido de ser parte de esto,” comparte Luis, con una mirada soñadora. Cada año, el festival no solo es una oportunidad para trabajar, sino también un momento para apreciar lo que la vida tiene para ofrecer. El legado familiar también es evidente en la forma en que integran nuevas ideas en el puesto. Aunque Luis se nutre de la experiencia de su madre y abuela, también busca aportar su propia energía y frescura.
“Quiero modernizar ciertos aspectos, pero siempre con respeto por nuestras tradiciones,” dijo. Esta combinación de lo antiguo y lo nuevo es lo que mantiene relevante a la Ochsenbraterei en un evento que ha evolucionado tanto a lo largo de los años. La comida es, sin duda, una parte esencial del Oktoberfest, y la preparación del cerdo asado es un arte que ha sido perfeccionado por la familia Haberl. Luis ha aprendido de sus antepasados las técnicas que hacen especial a su platillo. “Cada vez que asamos un cerdo, es como si estuviéramos celebrando nuestra historia y nuestro futuro al mismo tiempo,” reflexiona.
La entrega profunda a la calidad alimentaria es lo que distingue a la familia en un campo tan competitivo. A medida que Luis continúa su camino en el Oktoberfest, está decidido a no solo mantener el estándar que su familia ha establecido, sino también a llevarlo a nuevos horizontes. “Quiero hacer que se sientan orgullosos de mí, de que tengo la fuerza y la creatividad para innovar,” añadió. La pasión por el servicio se convierte en su motor, y la determinación por seguir el legado familiar se nutre de los momentos pasados con su madre y abuela. A medida que el Oktoberfest de 2023 se acerca, Luis, Antje y Anneliese están listos para enfrentar el desafío con entusiasmo y amor.
La familia, unida por la tradición y el deseo de crear algo significativo, ha aprendido que la verdadera esencia del Oktoberfest no radica solo en la comida o la bebida, sino en las conexiones que se establecen y en los recuerdos que se crean durante estos días de celebración. Luis, a sus 23 años, es el símbolo de una nueva generación de anfitriones que, aunque aprenden del pasado, están dispuestos a llevar el legado hacia el futuro. Con el apoyo de su madre y abuela, sabe que, sin importar qué desafíos se presenten, siempre tendrá un fuerte cimiento sobre el que construir. La historia familiar de la Ochsenbraterei es un claro recordatorio de que, al final del día, lo más importante no solo es cómo se sirve el cerdo asado, sino el amor y el esfuerzo que se vierte en cada plato.