El mundo de los tokens no fungibles, o NFT, ha estado bajo el escrutinio público desde su auge inicial hace algunos años, pero recientemente ha quedado expuesto un punto débil significativo en la infraestructura que sustenta estos activos digitales, específicamente a raíz de un incidente que involucró a Nike y su colección CloneX. El 24 de abril de 2025, miles de imágenes de esta colección ligada a la reconocida marca desaparecieron temporalmente de internet debido a un problema técnico con el proveedor de servicios de alojamiento Cloudflare. La falla no fue originada por un hackeo ni por una falla en la cadena de bloques, sino por un error administrativo interno relacionado con la gestión del servicio de hosting. Cloudflare, que albergaba las imágenes de los NFT de Nike fuera de la cadena, redujo inesperadamente la cuenta de RTFKT —el estudio digital de moda responsable de la creación de CloneX y adquirido por Nike en 2021— a un plan gratuito antes de la finalización del contrato. Esto llevó a una violación automática de los términos de servicio, provocando que dichas imágenes dejaran de estar accesibles para los usuarios.
Este incidente puso en evidencia una problemática fundamental en el ecosistema NFT: aunque el token esté registrado en la blockchain, el contenido al que representa, como imágenes y videos, suele estar almacenado en servidores centralizados. Cuando estos servidores presentan problemas, el valor visual y funcional del NFT es efectivamente anulado, ya que lo que queda es simplemente un apuntador a un enlace roto. La colección CloneX, lanzada en 2021 en colaboración con el artista japonés Takashi Murakami, fue en su momento un referente en el mercado de NFT. Las piezas menos costosas alcanzaban precios por encima de los 60,000 dólares, y las más raras superaban el millón de dólares. Esta cotización impulsó a Nike a adquirir RTFKT y apostar fuertemente por el futuro de los coleccionables digitales y el metaverso.
Sin embargo, tras un prolongado mercado bajista y una disminución del interés, la empresa anunció en diciembre de 2024 que cerraría RTFKT, dejando la gestión técnica en manos de Samuel Cardillo, último responsable del proyecto. El bloqueo temporal causó gran angustia entre los coleccionistas y evidenció la fragilidad de estos activos digitales frente a fallas técnicas ajenas a la blockchain. Más de 19,000 NFT se volvieron invisibles en plataformas de mercado como OpenSea y Blur, poniendo en riesgo miles de inversiones. La comunidad familiarizada con el mundo cripto reaccionó con preocupación, recordando que la propiedad digital no es invulnerable y que la confianza en servicios centralizados puede ser un talón de Aquiles. Samuel Cardillo explicó públicamente que la causa del problema fue una reducción prematura del plan contratado con Cloudflare y no un impago.
Al presentarse esta transición antes de lo previsto, se activó un error por el cual Cloudflare dejó de transmitir imágenes y videos, afectando directamente a la colección. Durante varias horas, los sitios web vinculados a RTFKT permanecieron fuera de servicio mientras se negociaban y aplicaban soluciones. El impacto no se limitó a lo técnico. Un día después de la incidencia, un grupo de inversores afectados presentó una demanda colectiva contra Nike en la corte federal de Brooklyn. Liderada por el ciudadano australiano Jagdeep Cheema, la demanda alega que la empresa promocionó estas NFTs como activos digitales valiosos, pero luego abandonó el proyecto de forma abrupta, causando pérdidas económicas significativas.
Los demandantes argumentan que estas NFTs deberían considerarse valores no registrados y critican la falta de claridad en los riesgos que Nike no comunicó debidamente. Esta demanda colectiva exige compensaciones por más de cinco millones de dólares e invoca la violación de leyes de protección al consumidor en varios estados de Estados Unidos, incluidos Nueva York, California, Florida y Oregón. Además de la merma en el precio de los tokens, que ahora cotizan muy por debajo de sus valores máximos, los demandantes destacan que la desaparición del proyecto significó la pérdida de todo el ecosistema asociado como recompensas, misiones y acceso exclusivo que se ofrecía a los propietarios. En respuesta a la crisis, Phil Mataras, CEO de la red descentralizada para almacenamiento ar.io, señaló que la empresa está trabajando con RTFKT para migrar los contenidos a una plataforma más resiliente y descentralizada, como Arweave.
Este movimiento busca evitar que situaciones similares vuelvan a ocurrir, garantizando así que los contenidos permanezcan accesibles independientemente de fallas en proveedores centralizados. Nike, por su parte, hasta la fecha no ha dado declaraciones oficiales sobre la demanda ni sobre el incidente de Cloudflare. Sin embargo, la polémica suma una mancha más al debate en torno a la sostenibilidad y confiabilidad del universo NFT, particularmente cuando grandes corporaciones están involucradas y una cantidad considerable de dinero está en juego. Este episodio ilumina un desafío clave del mercado NFT: la dependencia en infraestructuras tradicionales y centralizadas para alojar contenidos digitales que representan valores importantes. La experiencia de CloneX es un llamado a la comunidad cripto para seguir desarrollando soluciones que integren plenamente el almacenamiento descentralizado y eliminen al máximo los riesgos derivados de terceros que pueden fallar o actuar de manera inesperada.
Para los coleccionistas e inversionistas, la lección es clara. A pesar de que la blockchain asegura la propiedad del token, el valor real de un NFT radica en el acceso y la visibilidad de su contenido. Mantener estos activos seguros y perpetuos requiere no solo proteger la cadena, sino también innovar en la forma y lugar donde se almacenan los archivos multimedia. Mientras la demanda contra Nike avanza en el sistema judicial, el caso se convierte en un precedente para futuras disputas relacionadas con NFTs y responsabilidades corporativas. Además, acelera las conversaciones sobre normas, transparencias y prácticas recomendables para mantener la confianza en estos mercados digitales emergentes.
En conclusión, la caída de Cloudflare y la consiguiente desaparición momentánea de las imágenes de Nike CloneX NFT ha revelado la fragilidad aún presente en el ecosistema NFT. La combinación de factores técnicos, económicos y legales en este suceso subraya la necesidad de adoptar tecnologías descentralizadas y establecer normativas claras para proteger a los consumidores e inversores. Mientras tanto, Nike deberá enfrentar las secuelas de esta crisis y cómo recobrar la confianza de sus usuarios y el mercado en general. El futuro de los NFT dependerá en gran medida de la respuesta que den las empresas involucradas y la evolución de las soluciones tecnológicas que permitan un almacenamiento inmune a incidentes como el ocurrido.