El escándalo que ha sacudido a la comunidad de Pasco, en el este de Washington, ha dejado a muchos feligreses decepcionados y en una situación financiera precaria. Francier Obando Pinillo, quien fue el pastor de la iglesia Tiempos de Poder, se enfrenta a graves acusaciones tras ser detenido por el FBI y acusado de defraudar a miembros de su congregación y a otros inversores por un total de 5.9 millones de dólares. Según la demanda federal, se prometieron retornos mensuales que alcanzaban hasta un 40% a través de inversiones en criptomonedas, que resultaron ser completamente ficticias. Según el informe, Pinillo recaudó esta impresionante suma de dinero al atraer a creyentes poco experimentados en el mundo de las criptomonedas.
Utilizando su posición como pastor y líder religioso, Pinillo logró construir una red de confianza entre sus seguidores, quienes creían en su honestidad y en sus promesas de altas ganancias. Las solicitudes de inversión se realizaban en su mayoría en español, lo que le permitía dirigirse a una comunidad específica que no tenía el conocimiento necesario para entender los riesgos asociados con las inversiones que estaba ofreciendo. El esquema de Pinillo se centró principalmente en lo que él decía eran operaciones de "staking" de activos digitales, como Bitcoin. Prometía a los inversores que podían ganar recompensas mediante el uso de una plataforma automatizada de trading que supuestamente había creado y que dirigía a través de su empresa, SolanoFi. Sin embargo, la evidencia presentada en la demanda revela que no hubo tales inversiones, ni tampoco la plataforma nunca existió.
Los inversores, en cambio, recibían declaraciones de cuentas falsas que mostraban un crecimiento mensual impresionante. Por ejemplo, una de las víctimas había invertido aproximadamente $36,000 en marzo de 2022 y vio que su saldo se presumía que creció a más de un millón de dólares en febrero de 2023. Pinillo promovió su "inversión" como una oportunidad sin riesgo, colmando a sus inversores de promesas de que podrían retirar su dinero fácilmente en un período de tres meses. Sin embargo, la realidad era drásticamente diferente, ya que la mayoría de los fondos que recibió fueron usados para beneficio personal o para hacer pagos a otros inversores en una típica estructura Ponzi. A su vez, esto dejó a muchos feligreses sintiéndose traicionados y sin la ayuda financiera que esperaban recibir.
La situación se tornó aún más sombría cuando los problemas empezaron a surgir. Pinillo no tardó en utilizar excusas para justificar por qué no podía devolver el dinero a sus inversores. Tras la quiebra del intercambio de criptoactivos FTX a finales de 2022, muchos inversores que buscaban respuestas fueron alimentados con la noción engañosa de que sus activos estaban atrapados en la plataforma fallida y que, por tanto, no podían ser recuperados. Frustrados y sin respuestas, algunos inversores intentaron confrontarlo directamente, solo para ser ignorados o recibir respuestas evasivas. El panorama de esta historia muestra a un hombre que usó la fe y la confianza de su comunidad para llevar a cabo un plan engañoso de gran envergadura.
Las personas que buscaron su guía no solo perdieron sus ahorros, sino que también se vieron envueltas en una red de mentiras que les ha dejado cicatrices tanto financieras como emocionales. Las consecuencias legales para Pinillo son severas. Enfrenta 25 cargos de fraude electrónico y un cargo por operar un negocio de transmisión de dinero sin licencia. Cada cargo de fraude electrónico podría resultar en hasta 20 años de prisión, lo que suma una posible condena de más de 500 años de cárcel si es hallado culpable de todos los cargos. Además, la Comisión de Comercio de Futuros de Productos Básicos (CFTC) ha presentado una demanda civil en su contra, pidiendo el reembolso a los clientes, así como la recuperación de las ganancias ilícitas, multas y una prohibición permanente para seguir operando en el ámbito de las inversiones.
Los feligreses, que una vez veían a Pinillo como un líder espiritual, se sienten traicionados y preocupados por su futuro financiero. Muchos de ellos han tenido que recurrir a asesoramiento legal y otros recursos para buscar recuperar su dinero. Algunos han compartido sus historias de desesperación y pérdida en los medios de comunicación, con la esperanza de que sirvan de advertencia a otros. Este caso subraya la importancia de la educación financiera y la necesidad de que los inversores se informen adecuadamente antes de poner su dinero en manos de otros. Muchos de los inversores de Pinillo eran personas vulnerables que creyeron que habían encontrado una oportunidad de salir adelante.
Lo que parece ser un caso humilde de fe convertido en fraude pone de relieve cómo los estafadores pueden aprovecharse de la confianza que las comunidades a menudo colocan en sus líderes religiosos. El escándalo ha dejado una profunda marca en la comunidad de Pasco. La iglesia Tiempos de Poder, que una vez fue un refugio de fe y esperanza, ahora está asociada a un acto de fraude monumental. Pinillo, aunque arrestado, sigue publicando videos en línea, manteniendo su imagen de profeta y líder espiritual, lo que genera aún más incomodidad entre sus antiguos seguidores. La comunidad está en estado de revitalización, buscando reconstruirse y aprender de este trágico episodio.
La historia de Francier Obando Pinillo y su esquema de inversión fraudulento servirá como un recordatorio duradero de la vulnerabilidad que enfrentan aquellos que buscan una mejor vida y un futuro más brillante. A medida que avanza el proceso judicial, muchos están pendientes de cómo se desarrollará este caso y las repercusiones que tendrá en la comunidad de Pasco y más allá. La fe, aunque un pilar esencial de muchas comunidades, también puede ser un doble filo si no se maneja con la responsabilidad y la transparencia que merecen los creyentes. En resumen, este caso ha revelado no solo el potencial de fraude en el ámbito de las criptomonedas, sino también cómo la confianza, una vez quebrantada, puede tardar años en sanar.
