El inicio del año 2025 ha presentado un escenario complejo para las criptomonedas, caracterizado por una caída sostenida en la capitalización total del mercado y una notable reducción en el volumen de trading diario. Durante el primer trimestre, la capitalización global de las criptomonedas retrocedió en más de 600 mil millones de dólares, lo que representa una disminución cercana al 19%, arrastrando consigo una significativa reducción en la participación e interés de los inversores. A pesar de este descenso generalizado, Bitcoin ha demostrado un comportamiento resiliente, aumentando su dominio del mercado y consolidándose como la criptomoneda líder en medio de la crisis de altcoins. En enero de 2025, Bitcoin alcanzó un nuevo máximo histórico de 106,182 dólares, signo de la confianza que aún mantiene entre los inversores y usuarios. Sin embargo, esta cifra no se mantuvo, y para el cierre del primer trimestre, su precio descendió un 11.
8%, situándose en torno a los 82,514 dólares. Esta caída, aunque considerable, es leve en comparación con la severa depreciación sufrida por otras monedas alternativas, especialmente Ethereum, que en el mismo período registró una caída del 45.3%, ubicándose por debajo de los 1,805 dólares y borrando así sus ganancias conseguidas durante 2024. La diferencia en el rendimiento entre Bitcoin y otras criptomonedas clave ha impactado directamente en la dominancia relativa de cada una. Bitcoin aumentó su cuota de mercado en 4.
6 puntos porcentuales para alcanzar un dominio del 59.1%, un nivel no visto desde el primer trimestre de 2021. Este fenómeno sugiere que, durante períodos de incertidumbre y volatilidad, los inversores optan por refugiarse en la criptomoneda más establecida y con mayor reconocimiento global. Por otro lado, Ethereum, cuyo ecosistema tiene un peso considerable en las finanzas descentralizadas (DeFi) y en la adopción de contratos inteligentes, sufrió una significativa pérdida de dominio, disminuyendo su participación en el mercado a 7.9%, el nivel más bajo desde finales de 2019.
Esta caída también refleja la pérdida de valor en el Total de Valor Bloqueado (TVL) en las plataformas DeFi desarrolladas sobre Ethereum, que disminuyó un 35.4%, pasando de 112.6 mil millones de dólares a apenas 72.7 mil millones al final del trimestre. La depreciación en TVL subraya la reducción en el interés y la liquidez dentro de los proyectos basados en esta red.
Otros proyectos como Solana y la cadena Base también sufrieron una disminución considerable en sus métricas de valor bloqueado y actividad. Solana perdió 23.5% en TVL y experimentó una fluctuación en su rendimiento general, aunque logró mantener una presencia significativa en el espacio de intercambio descentralizado (DEX). De hecho, Solana fue la cadena dominante en operaciones DEX, registrando un incremento del 35.3% en volumen hasta alcanzar los 293.
7 mil millones de dólares, gracias en parte a fenómenos populares como el auge de las memecoins políticas, especialmente el conocido ‘TRUMP coin’. A pesar de esto, Ethereum logró recuperar parcialmente la cima en operaciones DEX hacia marzo, capturando un 30.1% del mercado frente al 23.4% de Solana. En cuanto a las plataformas de intercambio centralizadas (CEX), el primer trimestre también reflejó una contracción en los volúmenes de negociación.
El top 10 de estas plataformas reportó un volumen conjunto cercano a los 5.4 billones de dólares, lo que representa una caída del 16.3% respecto al trimestre anterior. Binance, el líder indiscutido del mercado, mantuvo su posición dominante con una cuota de mercado del 40.7%, aunque su volumen mensual cayó notablemente, sobre todo en marzo, al situarse en 588.
7 mil millones de dólares, lejos del billón superado en diciembre de 2024. Entre las plataformas, algunas experimentaron declives más abruptos, como Bybit, que sufrió una reducción de más del 50% en su volumen de trading. En contraste, HTX fue la única en registrar crecimiento en el primer trimestre, con un aumento del 11.4%. Estas variaciones reflejan posiblemente cambios en la preferencia de los usuarios y la consolidación del mercado en torno a exchanges con mayor confianza y liquidez.
La actividad de trading general también se vio afectada negativamente. El volumen diario promedio en el mercado de criptomonedas bajó un 27.3%, pasando de 200.7 mil millones de dólares en el cuarto trimestre de 2024 a 146 mil millones en el primer trimestre de 2025. La correlación entre los días de mayor volumen y caídas en el precio de Ethereum revela una sensibilidad elevada de este activo a la volatilidad del mercado y a eventos específicos que fomentan ventas masivas.
Entre las criptomonedas que conservaron su participación en el mercado se encuentran XRP y BNB, que lograron mantener su cuota a pesar del panorama adverso. Su estabilidad relativa puede estar vinculada a factores como la adopción institucional, evolución regulatoria favorable y desarrollos tecnológicos internos que otorgan confianza a los inversores. Como respuesta a la volatilidad e incertidumbre, los inversores han mostrado una creciente preferencia por los stablecoins, que se han beneficiado de la necesidad de refugio y estabilidad en medio del desplome generalizado. Este cambio de apetito por riesgo ha dinamizado el ecosistema de activos digitales, posicionando a los stablecoins como una pieza clave para la estabilidad temporal y la facilitación de operaciones dentro del mercado. Los desafíos en el primer trimestre también ponen en relieve la importancia de la diversificación y la gestión de riesgo para los participantes en el mercado cripto.
La polarización entre Bitcoin y las altcoins, junto con la caída de los volúmenes de trading y TVL, ejemplifican cómo las olas de incertidumbre pueden afectar de manera dispar a diferentes segmentos dentro del criptoecosistema. De cara al futuro, la recuperación del mercado dependerá en gran medida de factores externos como la estabilidad económica global, el avance en regulaciones claras para las criptomonedas y la adopción tecnológica eficiente de las plataformas blockchain. Además, la innovación en soluciones escalables para cadenas como Ethereum y el fortalecimiento de protocolos seguros en las redes descentralizadas serán vitales para la recuperación y crecimiento sostenido. En conclusión, aunque el primer trimestre de 2025 se caracterizó por una notable caída en la capitalización total del mercado y un descenso en la actividad inversora, Bitcoin reafirmó su posición como el líder indiscutible del espacio cripto, aumentando su dominancia y sirviendo como refugio en tiempos de turbulencia. El comportamiento contrastante de Ethereum y otras altcoins destaca la necesidad de vigilancia constante y análisis profundo para tomar decisiones informadas en un mercado tan dinámico y volátil.
La resiliencia de Bitcoin en este contexto ofrece una perspectiva interesante sobre cómo las criptomonedas pueden comportarse bajo presión, además de señalar hacia dónde podrían dirigirse las tendencias en el ámbito cripto en el corto y mediano plazo.