El panorama financiero en Estados Unidos ha experimentado una notable volatilidad durante las últimas semanas, marcada por la publicación del informe de inflación correspondiente al mes de abril. Este informe ha revelado señales alentadoras de desaceleración en los aumentos de precios, un dato que ha influido considerablemente en el comportamiento reciente de los principales índices bursátiles: el Dow Jones Industrial Average, el S&P 500 y el Nasdaq Composite. El informe de inflación de abril mostró un ritmo de aumento de precios más lento en comparación con los meses anteriores, destacándose como el más bajo desde 2021. Esta noticia brindó un respiro a los inversores que estaban preocupados por el impacto de las recientes políticas arancelarias implementadas durante el mes, especialmente las relacionadas con la administración del presidente Trump. Sin embargo, esta sensación inicial de alivio pronto dio paso a una serie de ajustes en los mercados, reflejando la complejidad del entorno económico actual.
El S&P 500 fue uno de los índices que mejor respondió a estas novedades. Después de haber caído a mínimos significativos a principios de abril debido a los vaivenes causados por cambios en las tarifas comerciales, logró recuperarse de manera espectacular. En apenas seis semanas, el índice logró borrar por completo sus pérdidas acumuladas en 2025, marcando la recuperación más rápida tras una caída del 15% en más de cuatro décadas. Esta remontada rápida ha sido impulsada, en gran medida, por una confianza renovada que se traduce en mejores perspectivas para el crecimiento económico y una menor amenaza de recesión. Un factor clave en esta recuperación ha sido el fuerte desempeño de las acciones del sector tecnológico.
El Nasdaq Composite, un índice fuertemente inclinado hacia compañías tecnológicas, registró una subida cercana al 1.8%, luego de haber entrado recientemente en un mercado alcista, es decir, un aumento de al menos un 20% desde sus mínimos recientes. El ascenso de este sector está encabezado por gigantes tecnológicos como Nvidia, Tesla y Meta, que se beneficiaron de la aparente reducción de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, además del interés sostenido en tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial. Nvidia, en particular, destacó por impulsar el rally tecnológico al reingresar al selecto club de empresas con valor de mercado superior a los 3 billones de dólares. Las noticias positivas relacionadas con acuerdos comerciales y avances en chips para inteligencia artificial alimentaron el entusiasmo de los inversores, consolidando su posición como uno de los valores más influyentes del mercado.
No obstante, el panorama no fue completamente positivo. El Dow Jones Industrial Average mostró una ligera caída, contraria a la tendencia de los otros índices. Esta baja estuvo principalmente relacionada con la fuerte caída del 18% en las acciones de UnitedHealth, uno de sus componentes principales. La empresa sanitaria sorprendió al mercado al suspender su guía de resultados para 2025 y anunciar la salida inmediata de su CEO, lo que generó incertidumbre entre los inversionistas y, por ende, presión a la baja en el índice. La publicación del índice de precios al consumidor (IPC) para abril fue especialmente observada por los operadores, ya que podría ofrecer pistas importantes acerca de los próximos movimientos de la Reserva Federal en cuanto a la política de tipos de interés.
La lectura mostró un aumento anual de precios del 2.3%, ligeramente por debajo de lo esperado y marcando el dato más bajo en cuatro años. Mes a mes, también se observó una progresión moderada, sugiriendo que las presiones inflacionarias no se intensificaron durante la implementación de varios aranceles nuevos. Esta aparente desaceleración de los precios alejó, al menos temporalmente, la expectativa de un aumento inminente en las tasas de interés. En cambio, los mercados comenzaron a abrir la puerta a la posibilidad de una reducción de tasas para septiembre, lo que contribuyó a alimentar un sentimiento más optimista en general.
Sin embargo, este optimismo se vio matizado por la cautela de los inversores respecto a los efectos diferidos de las tarifas comerciales. Muchas empresas, como Honda y otras automotrices, ya han advertido sobre el impacto negativo que los aranceles podrían tener en sus resultados a lo largo del año, llegando a prever pérdidas millonarias. Esta realidad pone en evidencia que la dinámica inflacionaria sigue siendo compleja y puede cambiar en los próximos meses a medida que se materialicen estos costos adicionales. En el sector tecnológico, otro evento relevante fue la inclusión de Coinbase en el índice S&P 500, la primera vez que un exchange de criptomonedas forma parte de este indicador clave. Este hecho simboliza un cambio significativo en la aceptación y normalización del sector cripto, que en los últimos años había estado bajo una intensa presión regulatoria.
La inclusión de Coinbase no solo fue bien recibida, sino que también impulsó la cotización del activo, reflejando una creciente confianza en el potencial de las tecnologías financieras e innovaciones asociadas a las criptomonedas. Por otro lado, el acuerdo temporal de tregua de 90 días alcanzado entre Estados Unidos y China en materia arancelaria ha sido un factor crucial para aliviar algunas tensiones comerciales que venían afectando la confianza en los mercados globales. La reducción de tarifas, que en algunos casos implicó una baja desde niveles tan altos como el 145% hasta un 30%, facilitó la reapertura de relaciones comerciales y tuvo un impacto directo en la valoración de empresas con alta exposición internacional. Entre estas compañías destaca Boeing, que vio un repunte notable en sus acciones tras confirmarse que China permitiría la entrega de nuevos aviones, revirtiendo una suspensión anterior relacionada con las medidas arancelarias. Pese a estas señales positivas, el mercado sigue siendo sensible a las complejidades geopolíticas y económicas actuales.
Las políticas del gobierno, las decisiones de la Reserva Federal y la evolución de la situación comercial bilateral entre Estados Unidos y China serán elementos clave para determinar la dirección que tomarán los mercados en los próximos meses. Adicionalmente, el comportamiento de los bonos también refleja esta incertidumbre. El rendimiento del bono del Tesoro a 10 años alcanzó su nivel más alto en más de un mes, situándose cerca del 4.5%. Esta subida indica que los inversionistas están ajustando sus expectativas respecto al crecimiento y la inflación, balanceando la esperanza de una moderación de precios con el riesgo de que la política arancelaria afecte al mercado de manera profunda más adelante.