El auge de los activos digitales ha revolucionado los mercados financieros a nivel global, llevando a instituciones tradicionales a adaptar sus estrategias para incluir tecnologías emergentes como blockchain y criptomonedas. En este contexto, Nasdaq, una de las bolsas de valores más importantes de Estados Unidos y del mundo, ha publicado recientemente una carta dirigida a la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés), en la que solicita una mayor claridad y regulación comprensible aplicable a los activos digitales. Esta solicitud refleja la creciente demanda de un régimen regulatorio que permita integrar eficazmente los activos digitales con los mercados financieros tradicionales, y que a su vez proteja a los inversores y fomente la innovación tecnológica sin incertidumbres legales. Nasdaq destaca en su comunicación la necesidad urgente de establecer una taxonomía clara y precisa que clasifique los activos digitales en categorías específicas. Según la bolsa, la ambigüedad actual genera desafíos tanto para los reguladores como para los participantes del mercado, pues dificulta la aplicación coherente de las leyes y provoca interpretaciones variadas que afectan la confianza de inversores institucionales y minoristas.
Propuestas como la del comisionado Peirce, que sugiere una clasificación estructurada en cuatro grandes categorías, se consideran ejemplos viables para avanzar en este aspecto. La primera categoría agruparía los valores financieros tokenizados, definidos bajo la Ley de Valores de 1933, excluyendo los contratos de inversión. La segunda incluiría contratos de inversión en activos digitales, que seguirían bajo jurisdicción de la SEC. La tercera consideraría a los activos digitales que son commodities bajo la Ley de Intercambio de Commodities, y la última englobaría a otros activos digitales que no encajen en las tres categorías anteriores. Una clasificación robusta como la que propone Nasdaq es vista como fundamental para evitar duplicidades regulatorias y abusos de normativa.
Además, la bolsa enfatiza que la tokenización de valores no debe alterar la aplicabilidad de las leyes federales que regulan su oferta y comercialización, ya sea pública o privada. Esta precisión busca garantizar que el marco legal tradicional se adapte a nuevas formas tecnológicas sin generar lagunas legales que puedan perjudicar a los inversores o desestabilizar el mercado. Otro tema crucial señalado por Nasdaq en su carta es la necesidad de proteger tanto a los inversores minoristas como a los institucionales. La volatilidad inherente al mercado de criptomonedas y activos digitales genera riesgos significativos, y la falta de reglas claras puede exponerlos a pérdidas sustanciales o fraudes. Nasdaq insta a la SEC y otras entidades regulatorias, como la Comisión de Comercio de Futuros de Commodities (CFTC), a diseñar medidas de protección efectivas que aumenten la confianza del público en esta clase de activos.
En paralelo, recomiendan que los procesos regulatorios y normativos sean receptivos a la innovación y a la eficiencia operativa, fomentando un ambiente en el que las nuevas tecnologías puedan prosperar sin excesivas trabas burocráticas. Parte del argumento de Nasdaq se fundamenta en que la industria de activos digitales en Estados Unidos está creciendo de manera acelerada, al mismo tiempo que enfrenta incertidumbres regulatorias causadas en parte por el miedo y la indecisión de las autoridades. Esta situación no solo retrasa la adopción masiva de activos digitales sino que también limita la competencia frente a mercados internacionales donde la regulación es más clara o favorable. Por ello, la bolsa resalta la importancia de que los organismos regulatorios se adapten con rapidez y flexibilidad para no quedar rezagados frente a estos desarrollos globales. Además de la taxonomía y la protección inversora, Nasdaq identifica la necesidad de generar un campo de juego equitativo para activos que, por sus características, deberían recibir tratamientos regulatorios similares.
La diversidad actual en la aplicación de reglas podría generar distorsiones injustas en el mercado, afectando la liquidez, la competencia y la asignación eficiente de recursos. Por ende, la homogeneización regulatoria es vista como un mecanismo para mitigar riesgos sistémicos y promover la estabilidad financiera. También es relevante la opinión expresada por el nuevo presidente permanente de la SEC, Paul Atkins, quien ha manifestado su compromiso con clarificar el marco regulatorio para criptoactivos, tomando el relevo de su predecesor interino, Mark Uyeda. Durante su breve mandato, Uyeda tuvo un papel activo en la reducción de litigios emblemáticos contra empresas criptográficas y promovió una visión más conciliadora frente a esta industria. El enfoque de Atkins augura un fortalecimiento del diálogo entre reguladores y participantes del mercado, con la vista puesta en un desarrollo ordenado y sostenible del sector.
Dejar en manos del mercado tecnológico y de innovación la regulación sin un soporte normativo concreto podría generar efectos negativos tanto en la confianza de los inversores como en la protección del sistema financiero. Por ello, Nasdaq resalta la importancia de implementar reglas claras que responsabilicen a las plataformas y actores de los activos digitales frente a riesgos sistémicos, de modo que se promueva la transparencia y resiliencia del ecosistema completo. Este llamado al SEC para establecer directrices evidentes tiene implicaciones positivas para la popularización de los activos digitales. La eliminación de la incertidumbre jurídica facilitará la inversión institucional, lo que a su vez podría resultar en una mayor liquidez y estabilidad en los mercados cripto. Además, un marco regulatorio bien diseñado contribuye a la credibilidad global de Estados Unidos como un centro financiero innovador y competitivo.