¿Puede la criptomoneda convertirse en la solución al fraude en vuelo? En el mundo de la aviación, el fraude en vuelo se ha convertido en un problema alarmante que afecta no solo a las aerolíneas, sino también a los pasajeros. Según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), el fraude relacionado con pagos en la industria de la aviación costó alrededor de mil millones de dólares en 2020. A medida que las aerolíneas abandonan el efectivo en favor de los pagos electrónicos debido a su conveniencia y rapidez, los métodos de fraude se han sofisticado, planteando un desafío significativo en los cielos. El problema con las transacciones electrónicas durante los vuelos radica en la falta de conectividad a Internet. Cuando un avión se eleva a 35,000 pies, los sistemas de pago tradicionales se quedan sin la capacidad de autenticar transacciones.
Esto ha llevado a un aumento en la utilización de tarjetas de pago fraudulentas, ya que los estafadores aprovechan la incapacidad de las aerolíneas para verificar la validez de las mismas en tiempo real. Al utilizar tarjetas de crédito robadas, caducadas o de saldo cero, los delincuentes pueden adquirir productos libres de impuestos a bordo, que luego revenden a precios inflados, dejando a las aerolíneas con grandes pérdidas. A medida que se ha intensificado el uso de estrategias de seguridad, como la Directiva de Servicios de Pago revisada (PSD2), que exige autenticación de cliente robusta (SCA) en transacciones, los fraudes en el aire han demostrado ser un desafío difícil de resolver. La SCA requiere múltiples formas de verificación para completar un pago, pero estas medidas de seguridad se tornan ineficaces en el aire donde la conexión a Internet es limitada o inexistente. Un enfoque innovador que ha surgido en la discusión sobre cómo prevenir el fraude en vuelo es la utilización de criptomonedas y tecnologías blockchain.
Imaginemos un sistema de “tokens” criptográficos que puedan ser utilizados por las aerolíneas en conjunto, basado en una alianza que agrupe a varias compañías aéreas. Este sistema permitiría a los pasajeros comprar tokens utilizando métodos de pago tradicionales antes del vuelo, almacenándolos en una billetera digital segura, accesible a través de una aplicación en sus teléfonos móviles. La idea es que estos tokens estén vinculados a una moneda estable, como el euro o el dólar estadounidense, lo que mitigaría la volatilidad que plaga a las criptomonedas más conocidas como Bitcoin o Ethereum. Una vez adquirido, el pasajero podría utilizar el token para realizar compras durante el vuelo, eliminando la necesidad de un procesamiento de pagos que puede ser susceptible a fraudes. Antes de despegar, el avión sincronizaría su versión local del blockchain con los nodos del sistema, asegurándose de tener la base de datos más actualizada de transacciones.
Durante el vuelo, los clientes podrían realizar pagos utilizando su billetera digital, y el blockchain local certificaría la transacción casi instantáneamente. Esto eliminaría el riesgo de fraude, ya que el sistema podría verificar de inmediato si el pago es legítimo. Cuando el avión aterrizara, las transacciones se enviarían al resto de la red blockchain para su validación, lo que no solo garantizaría una experiencia de pago segura, sino que también permitiría a las aerolíneas conocer al instante la validez de cada transacción. Este sistema no solo sería eficiente, sino que también podría reducir significativamente los costos de las comisiones cobradas por los procesadores de tarjetas de crédito. Uno de los mayores incentivos para que las aerolíneas adopten este tipo de sistema de pago es la reducción del fraude a bordo.
Además de las pérdidas económicas, el fraude también puede afectar la reputación de una aerolínea. La implementación de soluciones basadas en blockchain podría ofrecer un cambio positivo en la forma en que se gestionan los pagos durante el vuelo. Las aerolíneas, al adoptar un sistema basado en criptomonedas, también podrían ofrecer incentivos atractivos a sus clientes. Por ejemplo, podrían vender tokens a un valor reducido, lo que alentaría a los pasajeros a utilizar su sistema de pagos. Esto podría transformar la forma en que se venden productos a bordo, haciendo que sea más viable financieramente tanto para la aerolínea como para los pasajeros.
La posibilidad de que una criptomoneda se convierta en una herramienta de pago utilizada en la vida cotidiana va en línea con la tendencia de digitalización general de la economía. Los sistemas de pago móviles y los billeteras digitales están en auge, lo que significa que la aceptación de nuevos métodos de pago es cada vez más relevante para los consumidores. Sin embargo, la adopción de criptomonedas en la aviación no está exenta de desafíos. Uno de los mayores obstáculos es la regulación. Los marcos legales para el uso de criptomonedas varían significativamente de un país a otro, lo que podría dificultar la implementación de un sistema uniforme que funcione en colaboración con múltiples aerolíneas que operan en diferentes jurisdicciones.
Además, la percepción pública de las criptomonedas aún está evolucionando. Muchas personas ven a las criptomonedas como una inversión volátil en lugar de un medio de intercambio válido. Convencer a los clientes de que un sistema basado en criptomonedas es seguro y beneficioso puede requerir tiempo y esfuerzo. A pesar de estos desafíos, la implementación de soluciones basadas en blockchain y criptomonedas presenta una oportunidad única para las aerolíneas de mitigar los problemas relacionados con el fraude en vuelo. Este enfoque innovador no solo podría mejorar la seguridad financiera durante los vuelos, sino que también podría establecer las bases para el uso generalizado de criptomonedas en la vida cotidiana.
El futuro de los pagos en vuelo podría ser mucho más que simplemente un intercambio electrónico de dinero; podría transformarse en una experiencia fluida y confiable que beneficie tanto a las aerolíneas como a los pasajeros. Así, la pregunta persiste: ¿podrá la criptomoneda convertirse en la solución al fraude en vuelo? La respuesta puede depender de la capacidad de la industria para adaptarse y adoptar nuevas tecnologías que transformen la forma en que volamos y pagamos. Solo el tiempo dirá si este enfoque revolucionario se convierte en la norma en el futuro de la aviación.