Ethereum, la plataforma número uno para contratos inteligentes y aplicaciones descentralizadas, ha vivido una transformacion profunda en los últimos años. Desde su máximo histórico cercano a los 5,000 dólares en noviembre de 2021, Ether (ETH) ha experimentado una caída que ha borrado más del 70% de su valor. Esta tendencia bajista ha generado preocupación y debate en la comunidad cripto, especialmente en torno a cuál es el papel actual y futuro de Ethereum dada la proliferación de soluciones Layer 2 y la explosión de proyectos DeFi que operan sobre estas capas adicionales. Ethereum nació con la ambición de ser la computadora mundial descentralizada, un ecosistema en el que aplicaciones y finanzas pudieran funcionar sin intermediarios. Sin embargo, con el crecimiento masivo de la red llegaron problemas intrínsecos de escalabilidad y costos.
En respuesta, se han desarrollado múltiples soluciones basadas en cadenas secundarias o Layer 2, que permiten procesar transacciones de manera más eficiente y económica sin sacrificar la seguridad provista por la mainnet Ethereum. Uno de los hitos claves en esta transición fue la actualización Dencun en marzo de 2024, que redujo considerablemente las tarifas para transacciones en Layer 2. Esto facilitó la masiva adopción de estos protocolos en el ecosistema DeFi, ya que proyectos y usuarios pueden realizar operaciones con costos mucho menores. Sin embargo, esta evolución tiene una consecuencia paradójica: mientras las cadenas Layer 2 crecen en volumen y adopción, la mainnet Ethereum registra una disminución en transacciones directas y en las tarifas generadas, afectando negativamente la percepción y el valor de ETH. Conceptualmente, Ethereum comenzó siendo un entorno donde el valor se acumulaba directamente en su cadena principal.
Ahora, sirve más bien como una red de seguridad y asentamiento para Layer 2, donde la mayoría de las operaciones se ejecutan fuera de la mainnet y luego se consolidan de forma eficiente y segura. Esta dinámica abre una pregunta crucial: ¿las Layer 2 están extrayendo el valor económico de Ethereum o están creando un ecosistema complementario que a la larga beneficiará a la mainnet? El caso de Base, la cadena Layer 2 impulsada por Coinbase, ilustra bien esta complejidad. Base ha logrado generar alrededor de 94 millones de dólares en ganancias, pero solo transfiere un monto mucho menor, 4.9 millones, en tarifas a la red principal. Esto pone en evidencia que, aunque Layer 2 fomenta un crecimiento acelerado y más accesible de DeFi, también reduce el flujo de comisiones que históricamente ha sustentado el valor de ETH.
La reducción de costos provocada por Dencun ha facilitado el aumento del valor total bloqueado (TVL) en Ethereum, que superó los 44 mil millones de dólares. No obstante, los ingresos por comisiones y tarifas vinculadas al procesamiento en la mainnet han bajado drásticamente. Este fenómeno está cuestionando el modelo deflacionario que Ethereum buscaba alcanzar tras la implementación del mecanismo de quema de tokens en sus transacciones. Ahora el crecimiento anual esperado del suministro de ETH es inferior al 1%, lo que implica que la deflación está lejos de materializarse de manera significativa, afectando la percepción del token en mercados e institucionales. Este contexto ha impactado también en la demanda institucional.
Los ETFs de Ethereum en Estados Unidos, que deberían ser vehículos atractivos para capitales significativos, no han logrado captar el interés esperado. Esto se puede atribuir a la incertidumbre sobre la rentabilidad de ETH en su estado actual, así como a cuestiones regulatorias y al cambio en la estructura de ingresos para valorizar la red. La próxima actualización conocida como Pectra insinúa intentos técnicos para revertir o mitigar esta tendencia. Pectra introducirá varias mejoras que buscan optimizar la gestión de validadores y aumentar la eficiencia en depósitos y salidas dentro del ecosistema, aspectos cruciales para quienes participan en el staking de ETH. Más allá de estas mejoras técnicas, la actualización intentará hacer más eficiente el uso de datos, privilegiando el mecanismo de blobs sobre call data, un cambio que podría favorecer mayor uso y adopción de Layer 2.
Expertos como Marko Ratkovic, CTO de Graphite Network, señalan que Pectra podría incentivar aún más el crecimiento de usuarios en las Layer 2, apuntalando una mayor eficiencia y atracción hacia estas soluciones. Sin embargo, también advierten que estas mejoras son principalmente técnicas y no abordan directamente las preocupaciones más amplias de integración entre las finanzas tradicionales y las descentralizadas, especialmente en regulaciones y verificación de identidad, áreas donde la adopción institucional enfrenta barreras significativas. Por otro lado, la volatilidad de ETH ha aumentado en el primer semestre de 2025, con investigaciones que indican un salto notable en la volatilidad implícita y con probabilidades de que el precio caiga por debajo de los 1,400 dólares aumentando. La incertidumbre parece dominar el mercado, en parte debido a factores macroeconómicos pero también por las dudas persistentes en cuanto a la utilidad económica real de ETH cuando una parte sustancial del flujo y uso está migrando hacia soluciones adicionales. La realidad actual abre un debate sobre la posición relativa de Ethereum en el espacio cripto.
Por un lado, sigue siendo el ecosistema fundamental que habilita la innovación y seguridad para miles de proyectos, especialmente dentro de DeFi. Por otro lado, las capas adicionales compiten con la cadena principal y capturan una parte importante del valor económico, desplazando parte del protagonismo y de los ingresos que históricamente respaldaban al token. A largo plazo, el desafío para Ethereum será encontrar un equilibrio sostenible entre mantenerse como la base segura y confiable para las nuevas estructuras y al mismo tiempo garantizar que el valor generado por el ecosistema se transmita lo suficiente a la mainnet y, por ende, a los holders de ETH para preservar y potenciar el valor del token. Finalmente, sectores emergentes dentro de la Web3 y proyectos como Graphite intentan llenar algunos huecos para atraer a inversores institucionales ofreciendo soluciones a problemas regulatorios y de confianza. La convergencia entre mejoras técnicas, regulación favorable y demanda creciente podría determinar el rumbo definitivo de Ethereum en los próximos años.
En conclusión, el auge de DeFi y las cadenas Layer 2 no solo está transformando la arquitectura tecnológica del ecosistema Ethereum, sino que también está desafiando su modelo económico y la rentabilidad asociada a ETH. Mientras que estas soluciones permiten a Ethereum escalar y ampliar su alcance, evidencian la necesidad de adaptaciones continuas y estratégicas para mantener la relevancia y el valor del mayor altcoin en un mercado cada vez más competitivo y fragmentado.