En un giro significativo para el comercio global y el sector de la logística, DHL Express ha decidido levantar el embargo que había impuesto en los envíos business-to-consumer (B2C) con un valor superior a 800 dólares hacia Estados Unidos. Esta decisión se produce después de que el gobierno estadounidense revirtiera una regulación aduanera que había generado complicaciones operativas y retrasos en las entregas. Esta noticia representa un alivio importante para las empresas y consumidores que dependen del comercio electrónico internacional, especialmente en el contexto de la creciente digitalización y globalización de mercados. La controversia comenzó a principios de abril de 2025, cuando la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés), siguiendo indicaciones de la Casa Blanca, redujo el umbral para que ciertos envíos requirieran una declaración formal. Este umbral pasó de 2,500 dólares a 800 dólares, lo que significó que un volumen considerablemente mayor de paquetes debían someterse a un proceso aduanero más estricto, conocido como entrada formal.
Esta medida ocasionó un aumento abrupto en la carga administrativa y en los tiempos de procesamiento para los operadores logísticos, provocando importantes cuellos de botella. DHL, un gigante en el sector de la mensajería y la logística perteneciente al grupo Deutsche Post, reaccionó a este cambio con la suspensión temporal de la aceptación de envíos B2C cuya valoración excedía los 800 dólares. La medida buscaba mantener la calidad y los niveles de servicio a pesar de la inesperada y significativa carga adicional que suponían los nuevos procesos. La suspensión afectó exclusivamente a las entregas hacia consumidores finales, no a los envíos business-to-business (B2B) ni a los paquetes de bajo valor, conocidos como envíos de minimis, cuyo valor está por debajo del límite citado. Este cambio regulatorio no solo complicó la operativa logística de DHL, sino que también impactó negativamente la experiencia del consumidor final, quien enfrentaba demoras y posibles costos adicionales en sus importaciones particulares.
La principal dificultad residía en la necesidad de mayor documentación para cada paquete, incluyendo el requisito de una fianza aduanera y formularios más complejos, lo que ralentizaba la liberación rápida de las mercancías. Sin embargo, las negociaciones entre DHL y el gobierno estadounidense dieron como resultado un replanteamiento de la norma que había afectado de manera crítica los envíos de valor medio. La CBP decidió cancelar el endurecimiento de los requisitos para bienes intermedios, lo que permitió que las mercancías valoradas entre 800 y 2,500 dólares volvieran a beneficiarse del proceso de entrada informal. Este es un procedimiento más expedito para la liberación aduanera que requiere menos documentación, habitualmente solo la factura comercial y la guía aérea, y no exige la presentación de una fianza. Este ajuste normativo ha sido celebrado dentro del sector porque equilibra la necesidad legítima de control aduanero con la fluidez del comercio y la operativa logística.
DHL manifestó en su comunicado que la disposición del gobierno para entender las complejidades técnicas y operativas fue crucial para restablecer un escenario más favorable para los consumidores estadounidenses. A pesar de la suspensión levantada, la empresa advirtió que aún podrían experimentarse ciertos retrasos mientras se normalizan las operaciones y se gestionan los retrasos acumulados en los procesos de importación. A nivel de comercio electrónico, esta situación puso en relieve la importancia del umbral de minimis y la diferenciación entre entrada formal e informal. El sistema de entrada informal, vigente para envíos con valor menor a 2,500 dólares en California y otras regiones, facilita enormemente la venta y entrega de productos en línea en un tiempo razonable. La restricción inicial implicaba un mayor costo y complejidad que podrían traducirse en un aumento de precios y reducción de competitividad para pequeños y medianos comerciantes, además de generar descontento entre compradores en EE.
UU. Pero la historia no termina aquí, ya que el contexto de las regulaciones aduaneras estadounidenses sigue evolucionando. A partir del 2 de mayo de 2025, el gobierno planea eliminar la exención de aranceles para los envíos de bajo valor procedentes de China y Hong Kong. Esto implica que incluso los envíos con valor inferior a 800 dólares deberán pagar derechos, lo que representará un nuevo reto para importadores y minoristas que manejan un gran volumen de productos originarios en estas zonas. La eliminación de esta exención arancelaria para productos de bajo valor impactará directamente en el mercado americano, que tradicionalmente ha recibido una gran cantidad de envíos internacionales a bajo costo desde la región asiática.
Hasta ahora, bajo la exención conocida como 'de minimis', los consumidores podían recibir envíos pequeños frecuentemente sin pagar impuestos o aranceles, lo que ayudaba a mantener abiertos canales comerciales esenciales para el comercio minorista en línea. Frecuentemente, los envíos de minimis provienen de China, y su papel en el ecosistema del comercio electrónico es vital. Ahora, con esta suscripción más estricta a cargas impositivas, las empresas deberán adaptar sus estrategias de venta y logística para evitar pérdidas o retrasos, y a los consumidores les podría repercutir un aumento en los precios o tiempos más extensos para la recepción de productos. DHL y otros proveedores de servicios logísticos se encuentran en el centro de estos cambios regulatorios, teniendo que ajustar sus sistemas de gestión documental, recursos humanos y tecnológicos para atender las nuevas demandas. La situación obliga además a que minoristas y plataformas e-commerce informen con claridad a los clientes sobre posibles demoras y costos adicionales para mantener la confianza y evitar experiencias negativas.
A nivel más amplio, esta secuencia de cambios refleja la actitud del gobierno estadounidense frente al comercio internacional y la protección de sus fronteras fiscales y comerciales. La necesidad de controlar más rigurosamente las importaciones podría estar relacionada con intereses de seguridad nacional, la lucha contra el fraude aduanero, o la protección de industrias locales ante una competencia global cada vez más feroz. Los expertos en comercio y logística señalan que la fluctuación de estas normativas muestra la fragilidad del equilibrio entre regulación y facilitación comercial. Si bien la burocracia es indispensable para proteger la economía y la sociedad, también es fundamental asegurar que no se generen barreras que afecten la agilidad necesaria en un mundo dominado por el comercio electrónico y la demanda de envíos rápidos y confiables. En conclusión, el levantamiento del embargo por parte de DHL sobre los envíos de valor medio constituye una buena noticia para el sector logístico y el comercio digital, permitiendo la reactivación de un segmento importante de envíos hacia Estados Unidos sin las trabas administrativas previas.
Sin embargo, la eliminación de la exención arancelaria para envíos pequeños desde China y Hong Kong anticipa nuevos retos que podrían cambiar dinámicas comerciales y exigir mayor adaptabilidad a los actores involucrados. Los consumidores, comerciantes y empresas de logística deberán estar atentos a estos cambios y ajustar sus expectativas y operaciones en consecuencia. La comunicación abierta, la innovación en procesos aduaneros y la colaboración entre sector público y privado serán claves para gestionar con éxito estos desafíos y mantener la fluidez del comercio internacional en un entorno regulatorio cada vez más complejo.