El 24 de mayo de 2024, el mundo del internet se vistió de luto tras la noticia de la muerte de Kabosu, la famosa perra Shiba Inu que se convirtió en un ícono de la cultura meme y el rostro de Dogecoin, la criptomoneda que comenzó como una broma y que ha calado hondo en el corazón de millones de aficionados. Kabosu, que había estado enferma de leucemia y enfermedad hepática, falleció en los brazos de su dueña, Atsuko Sato, quien la rescató de un criadero hace 14 años. La noticia dejó una profunda huella en la comunidad de amantes de los perros y en aquellos que siguieron la trayectoria de este carismático animal a través de las redes sociales. Kabosu fue adoptada por Sato en 2008, y aunque su fecha exacta de nacimiento nunca fue determinada, se le estimó una edad de 18 años al momento de su muerte. Su historia es un testimonio de cómo un perro rescatado puede cambiar no solo la vida de su dueño, sino también el mundo digital en el que vivimos.
La imagen de Kabosu, con su característica expresión de sorpresa y sus patas cruzadas, se convirtió en el punto de origen de uno de los memes más replicados de todos los tiempos. Todo comenzó en 2010, cuando Sato publicó una fotografía de Kabosu en su blog, la cual rápidamente ganó popularidad y se propagó como la pólvora en plataformas como Reddit. El meme "Doge", que se caracteriza por utilizar un inglés incorrecto y muy divertido para representar los pensamientos de Kabosu y otros Shiba Inu, capturó la imaginación de un público amplio. La imagen se hizo tan famosa que, en 2021, una representación digital de ella fue vendida como un NFT por la sorprendente suma de 4 millones de dólares, lo que evidenció el impacto que Kabosu y su meme han tenido en la cultura contemporánea y en el mundo del arte digital. Pero la influencia de Kabosu va más allá de ser solo un meme.
Fue uno de los pilares que dieron vida a Dogecoin, una criptomoneda creada en 2013 por los ingenieros Billy Markus y Jackson Palmer como una parodia a otras criptomonedas serias como Bitcoin. A pesar de sus humildes comienzos, Dogecoin ha crecido hasta convertirse en una de las criptomonedas más valiosas del mundo, con una capitalización de mercado de aproximadamente 23 mil millones de dólares. La moneda ha encontrado un ferviente apoyo por parte de personalidades influyentes como el rapero Snoop Dogg y el bajista de Kiss, Gene Simmons, pero su mayor defensor ha sido sin duda el multimillonario Elon Musk, quien ha utilizado la plataforma Twitter, ahora conocida como X, para promover la criptomoneda, llevando su valor a nuevas alturas. La salud de Kabosu fue un tema de preocupación para sus seguidores en los últimos años. En 2022, fue diagnosticada con leucemia y enfermedad hepática, lo que llevó a su dueña a compartir su lucha en las redes sociales.
En una reciente entrevista con la agencia AFP, Atsuko Sato expresó que sentía que el "poder invisible" de las oraciones y el apoyo de los fanáticos en todo el mundo habían contribuido a la recuperación temporal de Kabosu. Sin embargo, el desenlace finalmente llegó, y su fallecimiento ha dejado un vacío innegable en la comunidad que la siguió a lo largo de los años. Atsuko, de 62 años, escribió en su blog: "Ella se fue tranquilamente como si estuviera dormida mientras yo la acariciaba. Creo que Kabo-chan fue la perra más feliz del mundo. Y yo fui la dueña más feliz".
Su conmovedora despedida resonó en el corazón de muchos, recordándonos la conexión genuina que puede existir entre un ser humano y su mascota. Con el paso del tiempo, Kabosu no solo se convirtió en un ícono de internet, sino que también se ha transformado en un símbolo de solidaridad a través de la comunidad de criptomonedas. La organización Own The Doge, dedicada a celebrar y preservar el legado de Kabosu, ha recaudado fondos para crear una estatua de la famosa perra, la cual fue inaugurada en un parque en Sakura en noviembre del año anterior. Este homenaje no solo refleja el cariño y la admiración que los fans sienten hacia Kabosu, sino también cómo un simple perro puede ser el catalizador para un cambio positivo en el mundo. La historia de Kabosu también subraya el impacto de las redes sociales en la creación y difusión de la cultura contemporánea.
En un mundo donde el contenido se consume rápidamente, su imagen se ha mantenido relevante durante más de una década. Kabosu es un recordatorio de que las cosas más simples, como una fotografía de un perro, pueden resonar y conectarnos en maneras que ni siquiera podríamos imaginar. El legado de Kabosu va más allá de la risa que generó en sus mejores días. También sirvió como un puente para unir a comunidades, ayudar a diversas causas y motivar a sus seguidores a contribuir, como se evidenció cuando, gracias a su popularidad, se donaron más de un millón de dólares a organizaciones benéficas internacionales. Estas donaciones son consideradas por Save the Children como su "mayor contribución de criptomonedas" hasta la fecha.